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La labor de la FAO


Décimo período de sesiones de la conferencia de la FAO
Nombramiento

Décimo período de sesiones de la conferencia de la FAO

Cada reunión plenaria de la Conferencia de la FAO, supremo órgano rector de la Organización, crea una atmósfera peculiar. En el Décimo Período de Sesiones, celebrado en Roma del 31 de octubre al 20 de noviembre de 1959, tal característica pareció ser la perseverancia, pese a que, a diferencia de reuniones anteriores, no hubo batalla abierta acerca del nivel del presupuesto para el ejercicio económico siguiente, o sea el bienio 1960-61.

Característica del período de sesiones fue la frecuencia con que se puso de relieve la importancia de los bosques en la economía mundial, pudiéndose citar al respecto las decididas intervenciones de muchos forestales, entre los que merece mención especial el Profesor Eino Saari, Jefe de la Delegación de Finlandia.

Como de costumbre, la Conferencia tuvo que despachar un programa muy apretado y se subdividió en varias comisiones y comités para hacer frente a su cometido en el tiempo disponible. Aquí sólo calle citar algunas de las conclusiones y de los acuerdos que aparecen en el informe definitivo.

Acerca de las actividades de la FAO en el sector de los montes y los productos forestales, la Conferencia felicitó al Director General por el alcance y el valor intrínseco del programa realizado durante 1958 y 1959 y de los proyectos que se propone emprender durante el bienio siguiente, que fueron aprobados en general. Se expresó la esperanza de que el Director General procuraría que las futuras consignaciones estuvieran en armonía con las crecientes responsabilidades de la FAO en este terreno, teniendo en cuenta las necesidades globales de la Organización.

Con respecto a 1958 y 1959, la Conferencia señaló especialmente la terminación del estudio de los recursos y las necesidades de madera para la región de Asia y del Pacífico y del Tercer Inventario Forestal Mundial (1958); los progresos alcanzados en la recopilación de una terminología forestal multilingüe; la cooperación de la Organización Internacional del Trabajo en la labor del Comité mixto FAO/CEE sobre técnicas de trabajo forestal y capacitación de trabajadores forestales; las reuniones conjuntas sobre las relaciones entre los montes y la agricultura, celebradas en Turquía en 1959 por organismos auxiliares de la Comisión Forestal Europea y de la Comisión Europea de Agricultura y la asistencia técnica prestada con arreglo al PAAT n muchos países en desarrollo.

Se expresó el reconocimiento al Gobierno de la República Arabe Unida por los edificios y medios proporcionados para la Escuela Regional de Guardas Forestales del Cercano Oriente. Se encareció nuevamente a los gobiernos de la región de América Latina que presten apoyo al Instituto Forestal Latinoamericano de Investigación y Capacitación de Mérida, Venezuela. Se aprobó un proyecto de acuerdo para el funcionamiento del Instituto con carácter permanente, proyecto que ha de someterse a los gobiernos interesados para su ratificación.

PROGRAMA DE LABORES PARA 1960-61

Era inevitable que, con los limitados recursos disponibles, el Director General siguiera un criterio selectivo tocante a los proyectos que habían de realizarse con arreglo al Programa Ordinario en el bienio próximo. La selección hubo de hacerse también teniendo en cuenta que los montes tienen en todas partes una función protectora vital que cumplir y que, además, era probable que se requiriera un incremento en la producción mundial del orden de 500 millones de metros cúbicos de madera industrial en los quince o veinte años próximos. Estos dos puntos presentaban singulares dificultades en las regiones menos desarrolladas, dificultades que justificaban la importancia concedida por el Director General a la ampliación y mejora de los montes y de la ordenación de cuencas hidrográficas y al fomento del desarrollo de las industrias forestales en dichas regiones.

La Conferencia se mostró de acuerdo con la política de atender con creciente empeño a facilitar las actividades del PAAT relacionadas con los montes y productos forestales.

La Conferencia manifestó su conformidad con los sectores elegidos por el Director General para prestarles especial atención en el período 1960-61, entre los cuales figuran los siguientes:

a) los problemas del aprovechamiento de la tierra, incluidos los problemas forestales relacionados con el asentamiento y la colonización;
b) evaluación de los beneficios indirectos de los montes (influencias de los bosques);
c) las operaciones forestales y las técnicas de trabajo;
d) la investigación, en la que actúa como asesor científico de la FAO la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal;
e) la educación forestal, en su sentido más amplio, incluido el fomento de las becas y de los viajes de técnicos al extranjero. y la organización de proyectos de demostración;
f) las encuestas sobre recursos y necesidades de madera; g) los análisis de los beneficios derivados de las inversiones forestales y otros problemas económicos fundamentales.

La importancia concedida a la coordinación regional de los planes de fomento de los montes y las industrias forestales fue favorablemente comentada. La Conferencia señaló a la atención del Director General una recomendación formulada por algunos delegados en el sentido de que se formara un grupo de trabajo que estudiara los aspectos y técnicos de la producción y el comercio de traviesas de ferrocarril en la zona meridional de la América Latina.

Campaña mundial contra el hambre

La Conferencia tomó nota especialmente de las múltiples maneras en que la silvicultura podría aportar elementos necesarios en la Campaña contra el hambre propuesta por el Director General. El mejoramiento de la ordenación de los pastizales forestales y de las viviendas rurales y urbanas, el embalaje de alimentos para su distribución en grandes cantidades, el abastecimiento de leña, la contribución de los terrenos arbolados de las explotaciones agrícolas a los ingresos rurales, son ejemplos notorios. El agua es un elemento fundamental en la producción de alimentos, y la buena ordenación de montes y cuencas hidrográficas (zonas de captación de aguas) aseguran una disponibilidad sostenida de agua.

La propuesta de una Campaña contra el hambre, concebida por el Director General y apoyada por el Consejo Económico y Social en su reunión del verano de 1959, tiene como objetivo fundamental «crear en todo el mundo un clima favorable para afrontar de modo realista los problemas del hambre y la penuria, analizar objetivamente sus causas y aplicar con audacia y energía los remedios adecuados». Se basa esencialmente en la intensificación de los esfuerzas en los diversos sectores de la FAO y prevé actividades de información y educación, investigación y programas nacionales prácticos.

Temas generales

Muchos delegados subrayaron la importancia de organizar más viajes de estudio como medio de capacitación forestal. Estos viajes, normalmente, deberían ser una parte de las reuniones técnicas, pero en determinados casos sería más indicado organizarlos independientemente de éstas.

La Conferencia tomó nota del ofrecimiento de la Argentina de poner a la disposición de los Estados Miembros interesados las instalaciones de su nueva Escuela Nacional de Montes. Se expresó la esperanza de que tales instalaciones pudieran ampliarse para poder ofrecer una capacitación especializada en corrección de torrentes y conservación de suelos, según fue recomendado por una reciente misión del PAAT, y también que se recibiera una ayuda internacional para este fin. Asimismo, la Conferencia recibió con satisfacción el ofrecimiento de Austria de poner los recursos de su nuevo instituto de investigaciones de aclimatación de alta montaña de Patscherkofel (Tirol) a disposición de los países interesados, gesto éste de asistencia técnica bilateral.

Las propuestas del Director General de organizar una segunda Conferencia Mundial del Eucalipto y una consulta, también mundial, sobre los problemas de la producción, el empleo y el comercio de madera contrachapada, fueron aprobadas.

La Conferencia escuchó también con gran satisfacción un informe del delegado de los Estados Unidos de América sobre los progresos conseguidos en la preparación del Quinto Congreso Forestal Mundial. Acogió también con agrado las medidas tomadas en el Canadá para la celebración de viajes de estudio y otras actividades, dadas a conocer por el delegado de dicho país. Se pidió a los Estados Miembros, de acuerdo con lo estipulado en la Resolución N° 21/57 del Noveno Período de Sesiones de la Conferencia, que den todo el apoyo posible a este importante acontecimiento forestal, especialmente facilitando una amplia participación de los servicios, institutos y organismos nacionales y no oficiales, de representantes de la industria y de particulares.

La Conferencia encareció a los Estados Miembros 3 que dediquen cada vez mayor atención al mejoramiento de los servicios nacionales de estadística relacionados con los montes y los productos forestales y a la realización de inventarios forestales nacionales exactos, con el concurso de la FAO en la medida que permitan los fondos disponibles. Se subrayó que todos los problemas relacionados con el fomento de los montes y las industrias forestales tienen un aspecto económico. También se hizo hincapié en que las estadísticas precisas son fundamentales para las actividades forestales de todo i orden y para la formulación de políticas forestales. Se felicitó al Director General por la calidad y la utilidad de la información estadística y económica sobre montes y productos forestales reunida y publicada por la Organización. Los forestales asistentes a la Conferencia, después de haber sido informados de las conclusiones del
Comité del Programa relativas a las medidas tomadas a propósito de las tareas estadísticas de la Organización, desearon manifestar su parecer de que, excepción hecha de la tabulación y el cálculo mecánico para las publicaciones ordinarias, tales como el Anuario Estadístico de Productos Forestales, toda separación del planeamiento, la recopilación y el análisis de estadísticas de las otras actividades de la Dirección de Montes y Productos Forestales conduciría a una pérdida de calidad y de eficacia.

Comisiones Forestales Regionales

La Conferencia tomó nota de los informes del Décimo Período de Sesiones de la Comisión Forestal Europea, del Segundo de la Comisión Forestal para el Cercano Oriente, del Sexto de la Subcomisión Mixta de Problemas Forestales del Mediterráneo (Silva Mediterranea), y del Sexto de la Comisión Forestal Latinoamericana. Señaló las propuestas y recomendaciones contenidas en ellos a la atención del Director General y de los Estados Miembros.

Se reafirmó el apoyo a la política del Director General encaminada a fortalecer ano más las actividades regionales de la FAO en lo relativo a montes y productos forestales. Las Comisiones Forestales Regionales y sus órganos auxiliares deben desempeñar un papel cada vez más importante en cuanto a facilitar a los Estados Miembros oportunidades para debatir conjuntamente, en el plano regional, los problemas de interés mutuo, como, por ejemplo, la repercusión en las políticas forestales de las actuales tendencias hacia la integración económica de grupos regionales. Las Comisiones podrían servir también para conseguir que los gobiernos concedan la importancia debida a los montes en la planificación del aprovechamiento de tierras y que el papel de éstos conserve la adecuada perspectiva en relación con todas las demás formas de aprovechamiento de la tierra.

La Conferencia fue informada de la terminación, con el concurso de la FAO, de un estudio económico para el fomento forestal en la Argentina y tomó nota de una propuesta en la que se sugiere que este tipo de estudios podrían ser iniciados por organismos nacionales con la ayuda de expertos extranjeros en otros países de América Latina, e incluso de otras regiones interesadas, aprovechando la experiencia adquirida en la recopilación de los informes redactados a propósito del Proyecto de Fomento para la Región Mediterránea.

La Conferencia manifestó especial satisfacción por el hecho de que los Estados Miembros estén de acuerdo actualmente en que se aumente el número de comisiones forestales regionales a fin de abarcar la totalidad de las regiones a que alcanzan las actividades de la Organización. En su virtud, aprobó la creación de las comisiones forestales regionales africana y norteamericana. Sus funciones serán asesorar en la formulación de políticas forestales y revisar y coordinar su aplicación en el plano regional, intercambiar información y aconsejar respecto a los problemas técnicos.

Se pidió al Director General que convocara un primer período de sesiones de la Comisión Forestal Africana antes del de la Conferencia de 1961. Los trámites se harán en consulta con los Estados Miembros interesados y con la Comisión de Cooperación Técnica en Africa al Sur del Sahara (CCTA). En cuanto a la Comisión Forestal Norteamericana, se celebraría un primer período de sesiones en la época y en el lugar que determinen los Gobiernos del Canadá, México y los Estados Unidos de América.

TENDENCIAS DEL PROGRAMA

La Conferencia decidió ampliar las obligaciones de la FAO, incluyendo la ordenación de la fauna silvestre en sus actividades normales, tal como propuso inicialmente la Comisión Forestal Europea, recomendó que la Organización elabore un programa práctico de trabajo a propósito de esta cuestión, y pidió al Director General que consultara a los Estados Miembros, a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos y al Consejo Internacional de la Caza, con vistas a presentar propuestas concretas ante su 11° Período de Sesiones.

La Conferencia refrendó los propósitos del Director General de ampliar considerablemente las actividades de la FAO encaminadas al fortalecimiento, en los Estados Miembros, de la estructura orgánica y administrativa para la planificación del fomento forestal y la prestación de servicios con él relacionados y para la realización de investigaciones y de trabajos de extensión y de educación. Particularmente convino en que debía prestarse mayor atención a la investigación y la capacitación, incluso a la que corresponde al nivel de posgraduados. Se expresó la opinión de que la coordinación regional de la investigación y la capacitación era esencial para el logro de los objetivos de la FAO, y de que a este fin la Organización debe mantener o establecer grupos asesores regionales para todas las regiones insuficientemente desarrolladas, en la medida que los fondos lo permitan.

También deberá considerarse la ampliación de los trabajos referentes a la explotación y extracción forestales, inventariado de los recursos forestales, y aspectos económicos de las políticas forestales. Deberá llevarse a término, tal como se planeó, el ciclo escalonado de estudios de los recursos y las necesidades regionales de madera.

La Conferencia invitó además al Director General a que reforzara la colaboración de la Dirección de Montes y Productos Forestales con la de Fomento de Tierras y Aguas en los estudios relacionados con la ordenación racional y la conservación de los recursos naturales (aguas, montes y suelos). Esta ordenación racional y esta conservación deberán constituir parte integrante de las políticas nacionales de planificación y de aprovechamiento de la tierra, y de los programas de fomento económico y social.

La Conferencia pidió también al Director General que estudiara la ampliación de las actividades de la Organización en lo relativo al mejoramiento de los árboles forestales, y especialmente a la extensión del cultivo de especies de crecimiento rápido de importancia económica en los países templados, áridos y tropicales.

Fomento de la pasta y el papel

Se expresó unánimemente el reconocimiento que merece la atención prestada por el Director General a los problemas de la pasta y el papel, según ponen de manifiesto las actividades del Grupo Asesor para América Latina, la asistencia directa a los Estados Miembros, y la Conferencia sobre el Fomento de la Pasta y el Papel en Asia y en el Lejano Oriente que, en colaboración con la Comisión Económica de las Naciones Unidas para dicha zona, se celebrará en Tokio en 1960. A la vista del informe de la Consulta Mundial sobre la demanda, el suministro y el comercio de pasta y papel, celebrada en Roma en septiembre de 1959, la Conferencia consideró que los problemas de la pasta y el papel deben recibir en el plano internacional mayal atención que hasta ahora. Expresó la esperanza de que el Director General, al trazar sus programas futuros, pueda tomar medidas para la expansión de las actividades de la FAO en lo referente a la pasta y el papel en grado suficiente para que la Organización pueda dar efecto a las recomendaciones de la Consulta y recomendó que cree un grupo de expertos que le asesore sobre las labores de la FAO en este dominio y que, a fin de conseguir una orientación eficaz, dicho grupo refleje de modo general los intereses de los países productores y consumidores y que sea representativo de las diversas regiones.

Fomento de tierras y aguas

La Conferencia reconoció plenamente la importancia y la complejidad de los problemas con que se tropieza al tratar de conseguir una mejor coordinación de las actividades agrícolas y forestales tocante a las políticas de aprovechamiento de tierras.

Sin duda alguna, muchos de los problemas que plantea dicho aprovechamiento sólo pueden quedar debidamente resueltos si los agrónomos y forestales los abordan conjuntamente. Como ejemplos de tales problemas pueden citarse los que surgen de la planificación del aprovechamiento de tierras, prácticas de conservación de suelos, ordenación de cuencas hidrográficas, asentamiento, modificación física del paisaje y reajuste de las formas de vida de los agricultores en regiones en que deben ponerse en ejecución medidas de repoblación forestal o de conservación de suelos en armonía con los intereses de la sociedad tomada en su conjunto; se hizo mención especial del problema de la agricultura migratoria en las regiones tropicales. Se tomó nota de que la necesidad de una cooperación entre agrónomos y forestales se sentía aún más agudamente por estar asumiendo importancia cada vez mayor las nuevas modalidades de aprovechamiento de tierras, que suponen la simultaneidad de la plantación de árboles y la explotación agrícola en el mismo terreno.

La Conferencia opinó que los adelantos alcanzados en el fomento de tal cooperación habían sido algo lentos en todo el mundo, excepto en un corto número de países. Se reconoció que una de las principales razones a que esto obedece ha sido la falta de un enlace adecuado en la capacitación de forestales y agrónomos y que también había contribuido en muchos casos la falta de medidas oportunas por parte de las administraciones nacionales.

Sin embargo, a juicio de la Conferencia, tal cooperación entre forestales y agrónomos no representaba simplemente un problema de administración o de enseñanza, sino también de trabajo en equipo sobre cuestiones técnicas concretas. A este respecto, podrían citarse casos en que sería necesario un mayor conocimiento técnico para facilitar tal cooperación: por ejemplo, la determinación del ritmo de repoblación forestal con arreglo a las circunstancias locales de las cuencas hidrográficas o a los problemas peculiares a cada una de éstas.

Teniendo presentes tales consideraciones, la Conferencia aprobó la iniciativa del Director General de promover una coordinación más estrecha de las actividades agrícolas y forestales en el sector del aprovechamiento de tierras, de la cual constituía un buen ejemplo el Proyecto de Fomento para la Región Mediterránea. Este constituía un enfoque coordinado de los problemas de aprovechamiento de tierras con vistas a resultados concretos.

La Conferencia estimó que esta iniciativa, desarrollada en un plano internacional, sería de gran ayuda a los Estados Miembros para conseguir tal coordinación en sus respectivas esferas nacionales. De importancia especial a este respecto era el viaje de estudio organizado por la FAO en Turquía para los miembros de los Comités y Grupos de Trabajo de la Comisión Forestal Europea (CFE) y de la Comisión Europea de Agricultura (CEA) interesados en los problemas de aprovechamiento de tierras y aguas. Las discusiones entre forestales y agrónomos en esa ocasión prepararon el terreno para el acuerdo concertado entre la CFE y CEA con arreglo al cual los oficiales de la CFE y el Comité Ejecutivo de la CEA constituirían un comité permanente, encargado de las políticas de aprovechamiento de tierras relativas a actividades conjuntas agrícolas y forestales, así como de garantizar su armonía desde un punto de vista económico-social con los objetivos perseguidos por una política de fomento general.

La Conferencia reconoció la importancia de extender este procedimiento a regiones donde los problemas comunes a la agricultura y a la silvicultura no tienen menor importancia que en Europa, o de idear al respecto otro nuevo. Sin embargo, la Conferencia hizo observar que la posibilidad de llegar a una cooperación de este tipo en otras regiones exigía nuevos estudios, cuyos resultados deberían someterse a la consideración de los gobiernos interesados en la primera oportunidad.

Ordenación de cuencas hidrográficas

La Conferencia examinó la labor de la FAO en el sector de la ordenación de cuencas hidrográficas, deteniéndose especialmente en el análisis de las conclusiones a que se llegó en el Seminario y Viaje de Estudios de la FAO sobre Ordenación de Cuencas Hidrográficas, celebrado en los Estados Unidos de América del 10 de agosto al 5 de octubre de 1959. La Conferencia subrayó los puntos siguientes:

a) El creciente reconocimiento de la factibilidad de la ordenación de cuencas hidrográficas. Hoy se reconocen plenamente las posibilidades técnicas de mejorar la cantidad y calidad de las aguas y de luchar contra las inundaciones mediante programas combinados de ordenación de tierras y de obras de ingeniería.

b) El creciente reconocimiento de la unidad física de una cuenca hidrográfica y del área regada por sus aguas; el fomento de aguas no debe ya considerarse una operación técnica aislada: por el contrario, la lucha contra la erosión, la repoblación forestal, el mejoramiento de los canales, la construcción de pantanos e incluso el fomento de las aguas freáticas deben hoy considerarse como partes integrantes de una actividad general de ordenación de aguas y de cuencas hidrográficas.

c) La relativa falta de conocimientos técnicos acerca de la ordenación de cuencas hidrográficas. Debe ano llegarse a conclusiones claras y precisas sobre ciertas cuestiones y parece existir la necesidad de nuevas investigaciones técnicas sobre ordenación de cuencas hidrográficas.

d) La insatisfactoria condición de las evaluaciones económicas respecto del fomento de cuencas hidrográficas. No existe ano una metodología bien definida que pueda servir de norma respecto a los gastos en que se puede incurrir en dicho fomento. Se convino en que en toda determinación de la relación entre costos y beneficios deben tenerse presentes las condiciones económicas y sociales de cada país.

e) La necesidad de conseguir el apoyo y la activa participación de los usuarios de la tierra en la ejecución de los programas de ordenación de cuencas hidrográficas.

PROYECTO DE FOMENTO PARA LA REGIÓN MEDITERRÁNEA

El Director General abrió el debate refiriéndose a la historia del Proyecto de Fomento para la Región Mediterránea y a la cooperación que había recibido de las Naciones Unidas y de sus organizaciones filiales. Seguidamente, esbozó el enfoque integral y la idea general de fomento que lo informaban.

La Conferencia encomió el enfoque de los problemas forestales como elemento esencial de un aprovechamiento equilibrado de la tierra y con la consideración debida al desarrollo económico y social general de los países interesados, pero expresó la opinión de que se podía haber dado mayor relieve a la formulación de principios para una política de aprovechamiento de tierras y aguas. Se sugirió también que debería incluirse el estudio de este Proyecto en los programas de las universidades y demás instituciones docentes de la región interesadas en el aprovechamiento de la tierra y que debería crearse en la región una facultad para el estudio del aprovechamiento de tierras y aguas. Por último, se subrayó la necesidad de que todos los países interesados consoliden y continúen la labor emprendida y se recomendó que la Organización desempeñe un papel importante en la iniciación y coordinación de las actividades previstas en el Proyecto.

Tanto los países mediterráneos como los no mediterráneos expresaron su firme aprobación del proyecto, considerándolo un buen ejemplo de cooperación constructiva entre gobiernos. Los representantes de la UNESCO y de la OIT pusieron de manifiesto el interés de sus organizaciones por el proyecto y su voluntad de cooperar en su prosecución. La Conferencia escuchó también las manifestaciones del Director del Instituto de Estudios Sociales de La Haya, quien tiene la intención de organizar como medida suplementaria conferencias académicas de especialistas en ciencias sociales para estudiar algunos de los aspectos teóricos del fomento económico y social de la cuenca del Mediterráneo.

La amplitud del enfoque, la calidad del diagnóstico de la situación, y, especialmente, la firme orientación del proyecto hacia medidas prontas y concretas, fueron comentadas favorablemente. Se manifestó que los informes nacionales y los programas que en los mismos se propugnan serán probablemente beneficiosos también para otros países además de para los directamente interesados.

Había necesidad urgente de desarraigar en la zona una antigua tradición de deforestación y erosión del suelo. La presión demográfica en tierras de productividad limitada, especialmente bajo un clima semiárido, probablemente conduciría a un grave empeoramiento de la situación. La coordinación del desarrollo de todos los sectores de la economía era un requisito previo para toda elevación de los bajos niveles de vida actuales. A pesar de las evidentes diferencias que existen entre la situación de los diversos países, hay muchos problemas que interesan a todos y esto justifica que se aborden con un carácter regional. El análisis señaló varios tipos de proyectos que podrían emprenderse con provecho por grupos de países.

Muchos delegados indicaron que los objetivos del proyecto estaban muy en consonancia con las opiniones de sus propios gobiernos, aunque, desde luego, cada uno de ellos debía tomar debidamente en cuenta circunstancias particulares. La aprobación fue más concreta en lo referente a las «zonas propulsoras» y al enfoque regional directo, así como a la importancia de evitar la dispersión de los limitados recursos económicos, administrativos y técnicos.

Turquía anunció su propósito de crear una zona de fomento en Antalya y Grecia otra en la cuenca del Aliakmon, en Macedonia Occidental. Túnez y Marruecos estudiaban igualmente el establecimiento de zonas propulsoras. En Yugoeslavia se habían iniciado ya diversos proyectos y se estudiaba la posibilidad de realizar otros. Era de esperar que los progresos conseguidos en estas zonas se extendieran gradualmente al resto de cada uno de los países interesados; además, la experiencia adquirida en cada zona de fomento sería útil para los demás países.

Algunos delegados opinaron que se podía haber prestado más atención al estudio de los mercados de productos básicos particulares y a otras investigaciones más específicas. Sin embargo, se estimó unánimemente que aunque se podría haber efectuado un estudio más profundo si se hubiera dispuesto de más tiempo y de más medios económicos, la necesidad de proceder a una acción rápida forzaba el paso. Se expresaron dudas acerca de la utilidad de los modelos económicos y de las proyecciones que abarquen de 15 a 20 años, pero la mayoría opinó que estas estimaciones cuantitativas eran útiles para dar una perspectiva adecuada a los programas de fomento. Varios delegados señalaron que la cumplimentación satisfactoria de los programas depende de la existencia de mercados extranjeros favorables, y, a este propósito, expresaron la necesidad de una cooperación internacional mayor en la comercialización de los productos exportables.

Se admitió, en general, que la carga del desarrollo económico era grande. Se aprobó unánimemente el relieve dado en el informe a la necesidad de que cada uno de los países interesados efectúe esfuerzos extraordinarios. Se consideró necesario lograr una estructura administrativa adecuada, una mano de obra bien capacitada y una inversión considerable; de lo contrario, con el rápido crecimiento de la población, los países mediterráneos correrían el riesgo de sufrir graves retrocesos en su nivel de vida. Las inversiones deberían extenderse al programa forestal que debe considerarse también como un programa de obras públicas tendente a favorecer la conservación del suelo, sobre todo en las zonas de montaña, y a absorber la población rural excedente.

Aunque gran parte del esfuerzo incumbía a los propios países, la ayuda externa era, sin embargo, decisiva. Esta podía comprender el aprovechamiento eficaz de los excedentes. Para incrementar la eficacia de la ayuda exterior, se consideró necesario planear y coordinar cuidadosamente toda asistencia bilateral y multilateral. Varios delegados manifestaron el deseo de sus países de extender la ayuda técnica o financiera a los programas de fomento de los países mediterráneos.

ASISTENCIA TÉCNICA

La Conferencia aprovechó la circunstancia de cumplirse el décimo aniversario del Programa Ampliado de Asistencia Técnica para expresar una vez más su firme apoyo a tal Programa y para elogiar al Director General por la labor realizada con arreglo al mismo. La Conferencia observó que desde septiembre de 1959, 1.773 expertos de la FAO, contratados en más de 40 países, han prestado sus servicios sobre el terreno; que se han concedido unas 1.600 becas; que se han organizado unos 100 centros de capacitación; y que el número de países y territorios en que la FAO presta su asistencia se ha elevado de 48 en 1953 a 68 en 1960.

Al reafirmar su confianza en la utilidad del Programa Ampliado de Asistencia Técnica, la Conferencia manifestó cierta preocupación por el hecho de que las crecientes y continuas aportaciones de los países participantes han quedado más que absorbidas por los acrecentados costos del Programa y por el mayor número de países beneficiarios. En vista de ello encareció a los gobiernos participantes que aumentaran sus aportaciones, siempre que ello fuera posible, de forma que pueda llegarse a una situación en la que no continúe ensanchándose el desnivel entre las solicitudes y los recursos, como ha ocurrido respecto a 1959 y 1960, sino que, por el contrario, disminuya.

La Conferencia, reconociendo que el Programa Ampliado se basa en conjunto en las decisiones adoptadas independientemente por cada uno de los países beneficiarios, expresó, sin embargo, cierta inquietud por la ligera disminución observada en la parte que corresponde a la FAO. A este respecto, se encareció a los gobiernos beneficiarios que, al solicitar asistencia técnica, tengan plenamente en cuenta el papel fundamental de la agricultura y la alimentación en el desarrollo de una economía nacional.

La Conferencia observó que el problema y los trámites de la contratación de expertos, incluidos los anuncios de vacantes, se estudiarían en un próximo período de sesiones del Consejo de la FAO. No obstante, opinó que debía señalar a la atención de los gobiernos, sobre todo de los países que hasta el presente habían proporcionado muchos expertos, la necesidad de que continuaran permitiendo a sus técnicos la aceptación de misiones encomendadas por la Organización.

La Conferencia reafirmó su firme apoyo a las bocas concedidas con arreglo al Programa Ampliado de Asistencia Técnica y puso de relieve la necesidad de capacitar técnicos de categoría media. En este sentido, se hizo observar la utilidad de los centros regionales de capacitación. Se lamentó el descenso en el número de bocas solicitadas, aunque se reconoció que también otros programas facilitan asistencia para la capacitación de personal. La Conferencia estimó, sin embargo, que era conveniente que los gobiernos beneficiarios emprendieran un análisis de sus necesidades globales de capacitación, relacionándolas con los medios ofrecidos por todas las fuentes de ayuda exterior. Esto favorecerá la coherencia de los programas nacionales de capacitación y su consiguiente mejoramiento.

Fondo Especial de las Naciones Unidas

La Conferencia observó que el Fondo Especial de las Naciones Unidas establecido en octubre de 1958 por la Asamblea General, ampliará el alcance de los programas de asistencia técnica de éstas y de los Organismos Especializados y que, conforme a los principios y criterios que rigen el funcionamiento del Fondo Especial, las actividades de éste complementarán las del Programa
Ampliado de Asistencia Técnica.

El Fondo Especial inició sus actividades en 1959 sobre la base de los 26 millones de dólares a que ascendían las contribuciones para ese año. La Conferencia quedó informada que de los 13 primeros proyectos que el Consejo de Administración del Fondo Especial había aprobado, 5 serán ejecutados por la FAO, habiendo solicitado de ésta el Director General del Fondo que actuara como organismo ejecutante, a lo que el Director General de la FAO accedió. Fue además informada que de los 32 proyectos que se examinarían en diciembre de 1959, la Organización actuará con respecto a 12 como organismo ejecutante. Resulta, por tanto, que la FAO se encargará de la ejecución de una tercera parte aproximadamente de las actividades totales del
Fondo Especial durante su primer año de funcionamiento.

Se observó que serán de entera responsabilidad de la Organización, como organismo ejecutante, la eficacia y la calidad de la realización de los proyectos del Fondo Especial que se le asignaren. A este propósito, la Conferencia se enteró con beneplácito de que el Director General tenía intención de contratar, a su vez, la realización de algunos proyectos, o partes de los mismos, con institutos nacionales o firmas particulares.

COMITÉ DE MONTES Y PRODUCTOS FORESTALES

Para examinar el programa de la Organización referente a montes y productos forestales se creó un Comité Técnico especial; la Conferencia nombró presidente del mismo al Sr. J. Jungo, Inspector General de Montes de Suiza. Este Comité y el de Agricultura celebraron una reunión conjunta para estudiar los asuntos de interés mutuo; para tal reunión se eligió como relator al Sr. J. de Vaissière, Inspector General de Aguas y Montes de Francia.

A las sesiones del Comité de Montes y Productos Forestales asistieron 53 delegados entre los que figuraban forestales de 32 países¹ y elementos no forestales de otros seis. Estuvieron presentes un representante de la Organización Internacional del Trabajo, el Presidente de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal y el Secretario General de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos. El Comité eligió para las vicepresidencias al Sr. E. Dabas, Administrador General de Bosques de la Argentina y al Sr.
K. Hamad, Director Auxiliar del Departamento de Montes del Sudán. Fue elegido relator el Sr. D. R. de Wet, Secretario de Montes del Departamento de Montes de la Unión Sudafricana.

(¹ Afganistán, Alemania, Argentina, Austria, Birmania, Camboja, Canadá, Cuba, España, Estados Unidos de América, Federación Malaya, Filipinas, Finlandia, Franela, Ghana, Grecia, Honduras, Indonesia, Italia, Noruega Polonia, Portugal, Reino Unido, Sudán, Suecia, Suiza, Túnez, Turquía, Unión Sudafricana, Venezuela, Viet-Nam, Yugoeslavia.)

Nombramiento

Sir Henry Beresford Peirse, del Reino Unido, ha sido nombrado Director Adjunto de Montes y Productos Forestales de la FAO.

Director General Adjunto de la Comisión de Montes de la Gran Bretaña desde 1953, sir Henry ha sido autorizado por su gobierno a prestar servicio en la FAO por espacio de dos años. Nacido en 1905, estudió en Eton y en el Magdalen College de Oxford. De 1929 a 1953 fue miembro de la Comisión de Montes para Escocia, salvo durante la segunda guerra mundial, y en los seis últimos de aquellos veinticuatro años ocupó la Dirección de Montes para Escocia. En 1940 abandonó el servicio militar, reclamado por el Departamento de Suministro de Maderas del Ministerio de Abastecimientos, desde donde se reincorporó a la Comisión de Montes, ya casi al final del conflicto.

Sir Henry presidió la Comisión Forestal Europea de la FAO entre 1955 y 1957 y el Grupo de Trabajo sobre Plantación y Repoblación desde 1958 hasta ahora. También ha sido delegado forestal del Reino Unido en las tres últimas Conferencias de la FAO.


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