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Exposición forestal ambulante en Etiopía


Recursos forestales del mundo
Objeto de ea encuesta
Las respuestas
Análisis de los resultados
Estimaciones mundiales
Conclusiones

EL Oficial de Asistencia Técnica de la FAO preparó, con muy poco gasto, una exposición forestal sencilla y de fácil transporte y adaptación, a fin de mostrarla en Etiopía en ocasión de la Fiesta Nacional del Arbol y de hacerla circular luego ampliamente entre la juventud del país, desde los niños de las escuelas primarias hasta los estudiantes de los colegios agrícolas de nivel universitario.

El fin de la exposición era hacer ver al público que la destrucción de los montes por el fuego, las cortas sin freno y la agricultura nómada da como resultado la erosión del suelo por el agua y el viento, la difusión de condiciones de aridez, la escasez de madera, la irregularidad del suministro de agua y las inundaciones (paneles 1-12). Los restantes paneles (13-24) subrayaban las etapas necesarias para el fomento forestal, sobre todo, la formación profesional de toda categoría, la realización de investigaciones, la protección de los recursos existentes y la ampliación de la cubierta forestal mediante la repoblación, un aprovechamiento y una ordenación mejores, y la colaboración del público en general en la aplicación práctica de una política forestal nacional.

Los 24 paneles de tablero de fibra fueron armados sobre marcos de metal en forma de U y soportes tubulares de hierro. Toda la exhibición se puede embalar fácilmente en dos jaulas con un peso total de 400 Kg. y se acomoda sin dificultad en el remolque de un jeep.

Una vez expuestos los paneles en las escuelas, se pidió a los niños que escribieran ensayos sobre el tema de la desaparición de los bosques nacionales y las consecuencias de la destrucción forestal. Un resultado directo de la exposición fue que el Ministerio de Instrucción Pública decidió que en el plan de estudios para los escolares de 12 años de edad y más se incluyera una clase sobre principios de conservación y que se les diera enseñanza práctica sobre labores de vivero y plantación de árboles.

FIGURA 1. - Los dos primeros paneles de la exposición y modo de montarlos. En el primer panel figura el retrato del Emperador y su declaración: «Nosotros plantaremos un árbol y daremos un ejemplo así para que tú también lo plantes».

FIGURA 2. - En el panel 2 se pone de relieve la desaparición de la cubierta forestal de Etiopía, mostrando en contraste, en mapas adyacentes, la distribución natural original de los montes, unos 500.000 kilómetros cuadrados, o sea el 48 por ciento de la superficie del país, con su extensión actual: 72.000 kilómetros cuadrados, o sea, sólo el 6 por ciento de la superficie total de Etiopía.

FIGURA 3.-En el panel 3 se hace patente, mediante fotografías y el empleo de un fondo, en colores, el efecto destructor del fuego sobre los recursos forestales. El segundo de los factores de destrucción es la aorta sin freno.

FIGURA 4. -El panel 5 es un buen ejemplo del empleo de fotografías sobre un fondo gris (que simboliza la tierra desnuda y árida) para mostrar el tercer factor de la destrucción forestal: las prácticas agrícolas extensivas y defectuosas seguidas con frecuencia por un pastoreo excesivo.

FIGURA 5. - En el panel 6 se indican los grados de intensidad de la erosión mediante matices de colores y la combinación de fotografías y la representación gráfica de la gravedad de cada fase de erosión, empezando en una fotografía aérea de tierras forestales y el esbozo del perfil de un suelo fértil y concluyendo con la completa erosión de un terreno hasta I a misma roca.

FIGURA 6. - En el panel 8 se muestra en forma gráfica el efecto de los rompevientos para reducir la evaporación y desecación e incrementar el rendimiento de las cosechas y los ingresos agrícolas.

FIGURA 7. - Las fotografías, dibujos lineales e indicaciones en moneda local del panel 9 ponen en evidencia que la madera nacional puede reemplazar el material importado y que es mas barata. El titulo «La deforestación da origen a escasez de madera» resume la lección que debe sacarse de este panel.

FIGURA 8. - El fondo utilizado en el panel 10 es otro buen ejemplo del empleo del dibujo para señalar a la atención inmediata el tema que se presenta, a saber, el de la irregularidad de las disponibilidades de humedad. Un fondo semejante seria eficaz para demostrar el efecto destructor de la erosión hídrica y el hecho de que la deforestación da origen a inundaciones, lo cual es el tema del panel 11.

FIGURA 9. - El panel 12 es un resumen esquematice de los motivos y efectos de la deforestación y con él se cierra la primera parte de la exposición. Los otros 12 paneles, que empiezan con un resumen, presentado en forma análoga, de las etapas del fomento forestal, sirven para ilustrar dichas etapas una por una.

FIGURA 10. - Luego de mostrar algunos aspectos de la formación profesional y de la labor de investigación, se indican en el panel 16 las formas de protección y conservación se ofrecen, además, otros aspectos relativos a una repoblación forestal óptima y lo que ello significa, para tratar a continuación del aprovechamiento racional de los recursos, y el beneficio que ello representaría para el país, y de las fases necesarias para la formulación de planes de ordenación.

FIGURA 11. - En el panel 20 se ofrecen en forma ilustrada los principios de los buenos y mulos procedimientos de apeo y se vincula la regeneración natural con la repoblación forestal de la zona.

FIGURA 12.-En relación con la conservación de los suelos, los dos diagramas muestran la misma zona topográfica de Etiopía en su actual condición de erosión y la manera como aparecería si se aprovechara bien la tierra.

FIGURA 13. - El panel 22 tiene importancia especial en conexión con los objetivos de ¿a exposición ya que pone en evidencia ¿a aguda que ¿a juventud, mediante sus actividades escolares, puede aportar para que el país consiga alcanzar el desarrollo y la extensión forestales previstos.

FIGURA 14. - En los paneles 23 y 24 se resumen, en el uno en amhar y en el otro en inglés, las advertencias contenidas en la primera parte de la exposición y se hace un llamamiento a los individuos y al país en genera para que cooperen en detener la destrucción de los montes y en saldar el déficit forestal hasta ahora producido.

Recursos forestales del mundo

Bajo el titulo Inventario Forestal Mundial de 1958 la FAO acaba de publicar los resultados del tercer inventario forestal. A continuación reproducimos la mayor parte del texto de la introducción de dicho trabajo y además una selección de los cuadros que resumen la encuesta.

T«ODA política forestal nacional bien estudiada propende a la explotación y aprovechamiento racionales de la riqueza silvícola, basándose en el principio de la mayor utilidad para el mayor número de beneficiarios. La formulación de tal política requiere un conocimiento tan exacto de los recursos madereros del país como las circunstancias lo permitan. Corresponde al inventario forestal suministrar los datos, pero con el objeto de que todos los elementos necesarios estén contenidos en él, debe consignar las informaciones pertinentes sobre superficie boscosa, composición y régimenes de propiedad y de administración, a la vez que estimaciones del volumen de madera en pie, incremento anual corta y extracción.

«Dos consideraciones imponen el deber de preparar inventarios mundiales. En primer lugar, la población de la tierra aumenta sin cesar a razón del 1 1/2 por ciento anual en conjunto, al paso que los recursos forestales varían muy poco en períodos cortos, a lo menos en extensión. La situación reclama que en todo el mundo se hagan esfuerzos encaminados a asegurar que la producción forestal se intensifique a medida de las exigencias. En segundo término, los recursos forestales de ningún modo existen siempre en los países donde se hace sentir la necesidad de sus productos, puesto que los agentes naturales que determinan la distribución de los bosques no se subordinan a las fronteras políticas. Por consiguiente, es indispensable coordinar las políticas forestales nacionales. En otras palabras, los pueblos de todas las naciones y regiones se dan cuenta, cada vez más clara, de su interdependencia, de que no hay más que " un mundo".

«Estos hechos interesan a la FAO no sólo porque los montes son un almacén de importantes materias primas, sino porque al propio tiempo desempeñan un papel decisivo en la economía agrícola, ya que sirven de protección a los campos de cultivo y regulan el régimen de las aguas. Así pues, el conocimiento de los recursos forestales del mundo tiene carácter de vital importancia para la ejecución del programa de la Organización en sus aspectos más amplios, y no atañe simplemente a su Dirección de Montes.»

Con esos términos abría la FAO su publicación sobre los resultados del Inventario Forestal Mundial de 1953¹. La validez persiste aun de aquellas palabras que expresaban sucintamente la naturaleza y la finalidad de un inventario de los recursos forestales mundiales y las razones de que la FAO hubiera asumido la responsabilidad de levantar inventarios de esa clase, por lo que también ahora pueden servir de introducción al presente volumen.

Recursos forestales Mundiales, FAO, marzo, 1955. Los resultados del primer inventario (1947) se publicaron en Unasylva, Vol. II, N° 4, 1948, y Vol. IV, N° 2, 1950, con el título: «Recursos Forestales del Mundo».)

Cuando la Conferencia de la FAO recomendó el año 1951, en su Sexto Período de Sesiones, que la Organización recogiera y publicara a intervalos de cinco años la información disponible sobre los recursos forestales mundiales, reconocía que tales encuestas debían repetirse periódicamente. La razón no está sólo en que la superficie forestal, el material en crecimiento, el incremento y las cortas cambian sin cesar por el influjo de una gran diversidad de factores técnicos, económicos y sociales, sino en que las estadísticas nacionales mejoran sensiblemente en extensión y en calidad. Las zonas incluidas en los inventarios nacionales de muchos países son cada año mayores, y al propio tiempo los nuevos métodos de inventario permiten recoger más detalles con más precisión. La fotografía aérea, gracias a los perfeccionamientos del equipo y unida a las encuestas en tierra en que se hace uso de los modernos métodos de muestreo, ha permitido en muchos países que disponen de fondos limitados para los trabajos de inventario subir de punto las condiciones en que se levantan los inventarios nacionales. Muchas veces se ha podido además obtener para ello la ayuda técnica de la FAO o de otros países que participan en programas bilaterales de asistencia técnica.

Para preparar el tercer inventario forestal mundial se han seguido las líneas trazadas ya con ocasión de los inventarios anteriores. Se ha obtenido el dictamen de un grupo de técnicos sobre la amplitud del inventario y sobre la terminología que debía emplearse. Expertos de todas las regiones han comunicado observaciones muy provechosas sobre el proyecto de cuestionario. Los modelos, una vez establecidos definitivamente, han sido enviados a todos los Estados Miembros, incluso los territorios dependientes, y comunicados a algunos países que no eran miembros de la Organización. Al propio tiempo el personal de la FAO recogía informaciones de fuentes oficiales y no oficiales sobre los recursos de otros países que tampoco eran miembros.

Se han recibido contestaciones al cuestionario de 143 países que representaban el 88 por ciento de la superficie forestal mundial. Para el inventario de 1953 contestaron 126 países que representaban el 73 por ciento de dicha superficie. No todas las contestaciones pueden considerarse completas; ha sido preciso, pues, suplir sus deficiencias con ayuda de profesionales autorizados de los países que forman parte de la Organización, de expertos de la FAO que trabajan en proyectos de Asistencia Técnica, de memorias oficiales y, en último recurso, de los datos recogidos en los informes de 1953 y 1947.

El Cuadro 1 indica las fuentes de información de los inventarios de 1953 y de 1958. Si se tiene presente que las estadísticas oficiales en que se apoyaba una parte importante del inventario de 1953 estaban considerablemente atrasadas, parece justificado pretender que el presente inventario aporta con más fundamento que los anteriores una imagen cabal de la extensión que tienen las zonas forestales en el mundo.

CUADRO 1. - FUENTES DE INFORMACIÓN

Fuentes

Inventario, 1958

Inventario, 1953

Número de países

% de la superficie forestal mundial

Número de países

% de la superficie forestal mundial

Respuestas:





al cuestionario de 1958

143

88



al cuestionario de 1953

13

2

126

73

al cuestionario de 1947

5

2

10

3

Estadísticas oficiales

34

5

57

24

Informes extraoficiales

15

3

5

-

TOTAL

210


198


En la introducción al informe sobre los resultados del inventario forestal mundial de 1953 se explicaban con algún detalle las razones que impedían comparar las cifras de 1953 con las recogidas en 1947, y se añadía: «Los progresos constantes que se logran actualmente, unidos a la mayor uniformidad de los métodos puestos en práctica y a la claridad terminológica, permiten esperar que se podrá analizar la situación y llegar a importantes conclusiones cuando los resultados del inventario de 1958 se comparen con los del presente.» Aquella esperanza no se ha realizado más que en parte. La razón está en que así como en 1955 se suponía que el modelo de los futuros inventarios mundiales no sería sustancialmente distinto del que se había establecido para 1953, se ha creído más tarde que convenía introducir algunos cambios a iniciativa de los expertos encargados de definir el objeto de la encuesta de 1958. Luego se examinan esos cambios y las razones que los han justificado. Algunos de ellos han tenido sin duda por efecto reducir la comparabilidad entre los inventarios sucesivos. Pero la mayor dificultad de la comparación no viene de ahí. Mucho más importante es el influjo que tiene el mejoramiento de las estadísticas nacionales. En las páginas que siguen se recogen algunos ejemplos de sus efectos. Lo que no debe perderse de vista al interpretar las cifras que aparecen en los cuadros y en el texto del presente volumen es que ninguno de los elementos componentes de las estadísticas es más preciso, ni está más al día que los datos de los inventarios nacionales en que se basan. Levantar un inventario forestal nacional es empresa larga y costosa. El tiempo y el dinero que se lleve no dependen solamente de las clases de bosques que se deben examinar sino también del grado de detalle que la administración nacional de montes se proponga obtener. Al preparar sus planes de inventario cada administración ha de conciliar, por una parte, la intensidad de la encuesta y la superficie a que haya de extenderse y, por otra parte, los fondos de que se disponga y el tiempo en que necesite haber obtenido el resultado. Incluso en países relativamente ricos en que se tiene una noción clara de la significación de los recursos forestales y en que se dispone de fondos adecuados para esos trabajos se ha de transigir y aceptar una solución de un modo u otro incompleta. Algunos recurren a un sistema de inventario continuo, de manera que cada año se haga la encuesta en una zona y se haya cubierto la totalidad de la superficie forestal en un ciclo de diez o quince años, que se vuelve a empezar inmediatamente después. Los resultados parciales que se recogen cada año pueden servir, por supuesto, para afinar las estimaciones de los totales nacionales. En otros países ocurre también que se dé al inventario una disposición particular para atender las necesidades nacionales más urgentes; cabe recoger, por ejemplo, una información relativamente incompleta sobre la totalidad de la superficie forestal, limitándola incluso a la situación y a la extensión, y obtener en cambio datos detallados (especies, distribución por edad o por diámetro, material en crecimiento e incremento) en aquellas zonas que estén ya en explotación o cuya explotación vaya a emprenderse en breve. Por lo general, la mayor parte de los datos de los inventarios nacionales consisten en estimaciones basadas en inventarios parciales. Los países en que no existe un inventario completo son todavía muy numerosos.

Por otra parte, un inventario nacional representa una tentativa de encontrar respuesta a una serie de cuestiones relacionadas con la elaboración de la política forestal del país. No puede esperarse nada parecido de un inventario mundial que ha de reducirse a registrar una serie limitada de hechos salientes para dar una imagen general de la naturaleza y extensión de la cubierta forestal del mundo de las riquezas que contiene y de los cambios que en ella se operan por influjo del hombre.

Objeto de ea encuesta

Al preparar el cuestionario de 1958, la Secretaría y los técnicos que la asesoraron tuvieron muy presente la conveniencia de no interrumpir la continuidad con respecto a los inventarios anteriores. Un examen detallado de los resultados del último inventario evidenciaba al propio tiempo que era indispensable introducir algunos cambios. En ciertos casos las respuestas recibidas indicaban que procedía redactar con más claridad las definiciones adoptadas para tener la seguridad de que quienes recibieran el cuestionario no tendrían duda ninguna sobre las informaciones requeridas. Otras veces la lectura atenta de las contestaciones de 1953 hacía patente que en el estado actual de los inventarios forestales nacionales la mayor parte de los países no estaban en condiciones de dar algunas de las informaciones que se les pedían. Se imponía, pues, hacer una revisión de los conceptos (independientemente de las definiciones) a fin de allegar una información que fuera a la vez más significativa y más fácil de obtener. Se decidió además añadir una o dos preguntas con objeto de esclarecer mejor el valor latente de los recursos forestales inventariados.

Algunos de estos cambios, que luego se examinarán con detalle, han tenido inevitable repercusión en la comparabilidad del presente inventario con el anterior.

La información que recoge el inventario de 1958 se divide en los siguientes grupos principales:

superficie forestal en relación con otras categorías de tierra;
bosques accesibles: superficie y régimen de propiedad;
bosques en explotación: composición, ordenación, material en crecimiento, incremento, cortas y extracciones;
otras fuentes de madera rolliza; cambios en los recursos forestales.

En el inventario de 1958 la definición de bosques se ha hecho con más precisión que antes. Así, los terrenos cubiertos de bambúes y las plantaciones de las diversas especies de acacias están expresamente incluidos y no lo están los tipos de sabana con un promedio de densidad de menos de 0,05, ni las plantaciones de cultivos que no son de bosque, como las de caucho y de quina.

En algunas de las contestaciones a los cuestionarios anteriores se había encontrado dificultad para decidir si la corta de leña destinada a usos domésticos locales, que se practica en todas las regiones del mundo, justificaba o no la clasificación de un monte como «en explotación». Para orientación de quienes han de contestar el cuestionario se ha añadido en el de 1958 la siguiente nota:

«Leña: Aunque todas las tierras forestales son capaces de producir algo de leña y frecuentemente se usan en cierta medida para este fin, el aprovechamiento de los montes para la corta ocasional de leña en pequeña escala no justifica su inclusión en las categorías «accesible», «montes en explotación» o «productivo». La determinación exacta de estas categorías varía de un país a otro e incumbe a las autoridades locales competentes en cada país.»

Las notas más extensas del inventario de 1958 sobre bosques y leña no suponen ninguna clase de cambio en el concepto, sino que sólo sirven para aclarar la definición. Aun así, puede ocurrir, según cuál haya sido la interpretación que se diera en las contestaciones al cuestionario anterior, que ciertas superficies excluidas en 1953 se incluyan en el presente inventario o al revés.

En el cuestionario para el inventario de 1953 se hacía una subdivisión de la superficie de los bosques en explotación, según que tuvieran un carácter preponderantemente económico o que se les atribuyeran sobre todo funciones de protección. La distinción no era afortunada puesto que daba a entender que los bosques que tienen principalmente una función protectora eran «no económicos», cuando, en realidad, esas funciones protectoras de los bosques son económicas en el más estricto sentido de la palabra por muy considerables que suelan ser las dificultades con que se tropiece para darles una estimación en valores monetarios. Más importancia tenía aún la circunstancia de que eran relativamente pocos los países que estaban en condiciones de establecer esa distinción. Resultaba evidente, por otra parte, que el propósito de evaluar el potencial de sus bosques accesibles llevaba cada vez con más frecuencia a las administraciones nacionales a hacer una amplia distinción entre los que parecían productivos (es decir, los que producían o eran capaces de producir madera aprovechable u otros productos forestales) y los que parecían improductivos. En el inventario de 1958 se ha adoptado, pues, esta clasificación por ser a la vez más significativa y más fácil de obtener. En ese particular el presente inventario aporta informaciones nuevas e interesantes.

También se ha cambiado la definición de «bosques accesibles». En el inventario de 1953 se consideraba que eran accesibles los bosques «susceptibles de ordenación o explotación económica». Decidir si un bosque es o no susceptible de ordenación o de explotación económica no siempre es cosa fácil. Pueden presentarse además circunstancias en que un alza en el precio de la madera haga que pasen a ser accesibles en ese sentido considerables superficies forestales o inversamente que una caída de los precios relegue otras a la categoría de inaccesibles. Evidentemente había que descartar una definición tan dependiente de fluctuaciones a corto plazo y de interpretaciones personales. La definición que da el inventario de 1958 se refiere, en cambio, a caracteres puramente físicos: «superficies que pueden ser explotadas aprovechando los medios existentes de transporte». La nueva definición no está sin duda a salvo de ciertas objeciones. Las administraciones forestales de los distintos países la interpretarán seguramente de diferente modo, y no sería prudente atribuir demasiada importancia a las comparaciones entre unos países y otros. En cualquier caso, su empleo dará a las administraciones de montes la posibilidad de comunicar cifras que se correspondan de un inventario a otro.

En 1958 se ha prescindido de las preguntas formuladas en 1953 sobre la distribución por importancia de los bosques de propiedad privada pertenecientes a particulares y sobre la composición por especies del material en crecimiento de los bosques en explotación, porque las respuestas recibidas eran insuficientes o porque no se prestaban a un trabajo de compilación.

El Inventario Forestal Mundial concentra naturalmente la atención en las superficies cubiertas de bosque; pero hablar sólo de superficies cubiertas de bosque podría dar una impresión equivocada del potencial de los recursos forestales. Es evidentemente indispensable añadir alguna indicación, aunque no sea más que aproximada, sobre la calidad del bosque. Al informar sobre los resultados de 1953 se puso de relieve esa necesidad y se advertía que «en muchas partes del mundo, en Africa por ejemplo, la selva espesa se va desvaneciendo hasta terminar en monte abierto con un tapiz herbáceo continuo que remata en formaciones arbustivas y espinosas. ¿ Dónde acaba el bosque y comienza el matorral ? La respuesta a esta pregunta depende muchas veces de la conveniencia administrativa local, de modo que las zonas clasificadas como bosques pueden en realidad contener sólo unos cuantos arbolillos defectuosos por hectárea, con espinos acá y allá diseminados y carentes de valor económico. Es bastante común que las tierras de pastoreo se incluyan en la clasificación de bosques, ya sea que en ellas se apacienten los animales salvajes o los domésticos, si forman parte de la zona forestal, por quedar normalmente bajo la vigilancia de la administración de montes. Por esa circunstancia, el término «bosque» en este inventario comprende masas de densidades muy disímiles.»

La nueva definición de bosques en el inventario de 1958, a la que ya se ha hecho referencia, ha permitido precisar hasta cierto punto la imagen que da el inventario de la superficie forestal, ya que se han excluido expresa" mente las tierras cubiertas de matorrales y malezas. Además, una sección del cuadro dedicado al material en pie de los montes en explotación pide a los países información para proporcionar en clases de densidad la superficie forestal explotada.

La importancia del bambú en la economía forestal y maderera de muchos países de Asia ha llevado a incluir por primera vez unas preguntas sobre la superficie de las masas de bambú y sobre el volumen de las extracciones.

En inventarios anteriores se había fijado la atención sobre todo en los montes en explotación, ya que, siendo naturalmente más completa la documentación al respecto, las administraciones nacionales de montes podían dar información detallada. Se hacían, sin embargo, algunas preguntas sobre los montes inaccesibles; pero los resultados pusieron de manifiesto que eran relativamente pocos los países en condiciones de comunicar los datos que se les pedían. Se ha prescindido, por eso, en el inventario de 1958 de las preguntas sobre la composición, el material en crecimiento y el incremento de los montes inaccesibles y, en su lugar, se ha pedido la clasificación en bosques productivos e improductivos, de la que se daba antes la definición. Como en el inventario anterior, se ha preguntado cuál era la superficie que había pasado a ser accesible durante el quinquenio precedente y cómo se estimaba la que pasaría a serlo en los años siguientes; pero ahora se ha limitado esta última pregunta a los bosques inaccesibles productivos y se ha aplicado a un decenio en lugar de a un quinquenio.

Esos cambios se proponen también captar una información más útil sobre las dos categorías de recursos forestales que constituyen en principio las reservas latentes de madera, es decir los bosques actualmente inaccesibles y los bosques accesibles que no están en explotación. Por igual motivo, la sección correspondiente a los cambios en la superficie forestal lleva una pregunta sobre la estimación de la superficie de los bosques productivos que parezcan haber pasado a ser improductivos durante el precedente quinquenio.

Para esclarecer la influencia que puede tener en los bosques la agricultura migratoria tan extendida en Asia, en Africa y en América Latina se ha pedido a los países que den indicaciones sobre las pérdidas de incremento por esa causa.

Por último, las secciones del cuestionario que se refieren a la producción de madera están dispuestas de modo que los datos obtenidos contribuyan a colmar los vacíos de la información presente. Así, no sólo se han pedido detalles sobre la extracción neta procedente de los bosques en explotación o de árboles situados fuera del bosque, sino que se espera obtener estimaciones de las extracciones en bosques distintos de los clasificados como «en explotación». En todos esos casos, las preguntas se refieren a las cortas, a las pérdidas en las operaciones de explotación y flotación y a las extracciones, no porque se haya supuesto que sería siempre posible encontrar datos sobre cada uno de esos conceptos, sino para que sirva de recordatorio de la diferencia que existe entre las cortas (entresaca del bosque) y las extracciones (suministro de madera).

Todo esto podrá parecer una lista imponente de cambios, si se tiene presente que la preparación del inventario se ha hecho con la preocupación de facilitar en todo lo posible su comparación con los anteriores. Por lo demás, no se ha introducido ninguno a la ligera, y quienes han preparado el cuestionario tienen la firme persuasión de que cada uno de esos cambios, cuyos motivos acaban de explicarse, contribuirá a mejorar la calidad y la utilidad de las informaciones recibidas. La experiencia adquirida hasta ahora haría aventurado pretender que el objeto y la amplitud de esta encuesta periódica no haya de cambiar más en lo porvenir. Mientras los progresos en el mejoramiento de las estadísticas nacionales sigan adelantando con la misma rapidez que ahora, será en efecto ventajoso conservar cierta flexibilidad en la forma del cuestionario. El argumento de la comparabilidad es de mucho poso, pero no podrá ser decisivo mientras la magnitud de los cambios debidos al mejoramiento de las estadísticas pueda desfigurar la imagen de los cambios verdaderos que se produzcan en los montes. Los inventarios forestales nacionales no han llegado todavía a un punto de estabilidad suficiente para que sea posible emprender periódicamente una encuesta mundial con arreglo a un modelo definitivo.

Cuando se suman los resultados de los inventarios nacionales para obtener totales regionales y mundiales las cifras que aparecen no son completamente homogéneas. Las cifras comunicadas por los países se ajustan a conceptos y definiciones locales que dependen de las necesidades nacionales y que pueden variar mucho de un país a otro. Aunque las cifras difieren, en todos ellos hay un rasgo común: reflejan de un modo general la opinión corriente de las autoridades forestales nacionales sobre lo que puede considerarse como utilizable. Los datos sobre el material en crecimiento y sobre las cortas son un ejemplo de esas diferencias.

Al informar sobre el volumen del material en crecimiento muchos países incluyen ramas y raberones, pero excluyen los tocones. De los 102 países que han comunicado cifras al respecto 34 excluyen por completo las ramas y los raberones y 34 excluyen las ramas o los raberones que no llegan a un determinado diámetro. Las estimaciones sobre el material en crecimiento de seis países incluyen el volumen de los tocones. Por último, algunos países sólo dan cuenta de las especies comerciales en crecimiento o excluyen los árboles que no llegan a un diámetro determinado que varía, por ejemplo, entre 3 centímetros en Chile y 50 centímetros en Sarawak.

CUADRO 2. - DETALLES DE LAS ESTIMACIONES DEL MATERIAL EN CRECIMIENTO, 1958

I

Número de países

Categorías

Incluyendo

No incluyendo

Todas las especies

66

20

Todas las edades y todos los diámetros

57

29

Tocones

6

80

Maderas de copa más arriba del diámetro comercial

44

42

Ramas

17

69

Leña

65

21

¹ Para 16 Países detalles no disponibles.

El volumen de las cortas es de importancia en las comparaciones entre incremento forestal, posibilidad y cosecha maderera. Por desgracia la mayoría de los países sólo comunican las extracciones de madera rolliza y no es fácil calcular la importancia de los apeos a causa de la insuficiencia de los datos sobre pérdidas sufridas en las cortas y el transporte. De los 51 países que han comunicado algunos datos sobre las cortas, sólo 36 de ellos pudieron hacerlo indicando la importancia de las pérdidas correspondientes. No fue posible calcular las cortas por regiones, excepto en Europa. Al utilizar la cifra sobre cortas y extracciones debe tenerse en cuenta que la inclusión o exclusión de árboles de diámetro variable y las diferencias en cuanto a la evaluación estadística del ramaje determina variaciones considerables en los totales. La corteza plantea además otro problema importante. El material en crecimiento y el incremento suelen registrarse con corteza al paso que los datos sobre la corta y la extracción se dan sin corteza. Generalmente, aunque no siempre, los informes de los países indican si la corteza está incluida o excluida. Con frecuencia es necesario hacer reducciones por ese concepto; los factores de conversión que se han empleado han sido los porcentajes comunicados por los países o, en su defecto, un factor general del 10 por ciento.

FIGURA 1. - Clasificación de las tierras.

Las respuestas

En la sección precedente se ha explicado el objeto de la encuesta de 1958 y se han señalado a la atención del lector ciertos cambios con respecto a la encuesta anterior. Se han examinado asimismo algunas de las particularidades de los datos que limitan la posibilidad de hacer comparaciones internacionales. Quizá convenga, por una parte, dar una idea de la medida en que los países han podido contestar a las diferentes secciones del cuestionario y, por otra parte, exponer brevemente la forma en que se ha procedido para compilar y presentar los datos.

De los 143 países que han podido informar sobre la superficie arbolada, la mayor parte han informado también sobre la propiedad de los montes y sobre las extracciones. Más de la mitad han comunicado estimaciones sobre el material en crecimiento; pero sólo una mitad o quizá algo menos han dado indicaciones sobre incremento y cambios en la superficie forestal. Aunque pueda sorprender su escasez sólo ha habido 51 que hayan enviado estimaciones sobre las cortas. En el Cuadro 3 se recogen los detalles de las diferentes clases de respuesta que se han recibido.

Para algunos conceptos, contra lo que hubiera podido esperarse, las respuestas han sido inferiores a las de 1953; así ha ocurrido, por ejemplo, con las cortas.

Verdad es que podía preverse alguna disminución en las cifras, ya que en muchos de los países que en este caso han informado por primera vez las estadísticas forestales estaban en una fase inicial de desenvolvimiento. Todo ello no explica, sin embargo, por qué razón han sido menos los países que han informado sobre repoblación y cortas. Un examen cuidadoso de las diferentes contestaciones permite llegar a la conclusión un tanto paradójica de que un conocimiento más exacto de las complejidades de la estadística retiene a las administraciones de montes en el momento de hacer una estimación. Así, la noción más clara de la distinción entre cortas y extracciones y el convencimiento más fundado de la importancia de las cortas no registradas han sido un factor de inhibición en la estimación de las cortas como lo ha sido, en materia de repoblación, la comprobación de que las repoblaciones en los bosques de propiedad privada son más difíciles de apreciar que en los bosques públicos. Aunque se comprenda que un conocimiento más hondo lleva quizá consigo una dosis mayor de desconfianza, fenómeno que no se limita ni mucho menos a las estadísticas forestales, es evidente que una estimación razonable hecha por las administraciones nacionales de montes sobre la base de la experiencia que han adquirido en la evaluación de los recursos forestales puede aportar cifras, cuya incorporación a los totales regionales o mundiales es indudablemente interesante. Cuestión es ésta que sin duda ha de merecer atención particular cuando se prepare la próxima encuesta mundial.

Las informaciones recibidas mediante los cuestionarios de 1958, después de analizarlas y, en muchos casos, de verificarlas con los países respectivos, se han reunido en once cuadros que forman el cuerpo principal del trabajo publicado. En algunos casos ha sido posible completarlas con otras informaciones oficiales dignas de crédito, memorias sobre inventarios anteriores, estadísticas publicadas, etc. Todos esos datos, es decir todos los que se han recogido en los cuadros, se designan con la expresión de «datos registrados». El lector deberá, pues, tener presente que en las siguientes consideraciones sobre los datos registrados no todas las cifras proceden directamente de la presente encuesta.

Los datos registrados se han recogido para comodidad del lector en los grandes cuadros de la sección siguiente; pero como, por otra parte, la información no suele ser completa y el grado en que no lo es varía de una región a otra, los resúmenes de los datos registrados no aportan en muchos casos las indicaciones sobre los totales mundiales y regionales que con razón podría esperar el lector. Por eso hasta donde ha sido posible la Secretaría ha presentado además de los datos registrados una estimación de dichos totales que ha preparado mediante una gran variedad de otras informaciones de que ha podido disponer. Estas informaciones proceden de varias fuentes, más bien dispersas y a veces imprecisas. En tal caso están los informes de técnicos que trabajan sobre el terreno, los que dan cuenta de viajes de estudio, las publicaciones privadas, etc. Se trata, pues, de datos que no parecen suficientemente seguros para que esté justificada su inclusión en los cuadros principales, pero que pueden contribuir a dar una idea de conjunto de la situación mundial o regional. Cuando ni siquiera se ha dispuesto de esa clase de indicaciones, se ha podido a veces proceder por analogía partiendo de casos conocidos en países vecinos donde las condiciones forestales fueran semejantes.

CUADRO 3. - INFORMACIONES RECIBIDAS SOBRE LOS RECURSOS FORESTALES, 1958

Los totales mundiales y regionales que se han obtenido en consecuencia no son en ningún modo una simple acumulación de los datos registrados sobre la base de los respectivos porcentajes de superficie, sino que se han establecido país por país partiendo de los datos registrados y de un conjunto de informaciones diversas.

El lector encontrará esas estimaciones de la Secretaría distribuidas en el texto que sigue en relación con los análisis de las diversas categorías de información que el inventario facilita. Para mayor comodidad los principales elementos se han reunido en las Estimaciones mundiales: cuadros A, B y C con que termina el análisis de los resultados. En el trabajo publicado las informaciones sobresalientes han sido ilustradas en seis gráficas que preceden al texto.

Análisis de los resultados

Superficies forestales

En el Cuadro 4 se resume la distribución de los bosques de todo el mundo.

Los bosques cubren casi exactamente una tercera parte de la superficie terrestre del globo; otro 24 por ciento está dedicado a la agricultura permanente; el restante 43 por ciento corresponde principalmente a las tierras improductivas, incluso las que están cubiertas de matorral y las superficies de sabana con arbolado muy disperso. Está muy extendida la opinión de que las superficies no arboladas que no se cultivan son tierras baldías que carecen de funciones económicas y representan en su integridad un recurso potencial para la extensión de las explotaciones agrícolas y forestales. Se trata, sin embargo, de un error de bulto. Estas «tierras silvestres» contribuyen a la producción de madera, ejercen una influencia benéfica de importancia en la prevención de la erosión de la tierra, en la regulación de las corrientes de agua, en la producción de pastos y en las reservas de caza. Es frecuente, pues, que las tierras incultas y no repobladas pueden tener una función económica muy importante y un valor tan grande o mayor que el de unas superficies semejantes de bosque explotadas primariamente para la producción de madera. La ordenación de esas tierras incultas se confía total o parcialmente en muchos países a la administración nacional de montes.

Una cuarta parte de los bosques del mundo está situada en la U.R.S.S. y más de una quinta parte en América del Sur. Ambas regiones tienen además la más alta proporción de tierra arbolada, el 54 por ciento en América del Sur y el 51 por ciento en la U.R.S.S. La región del Pacífico con el por ciento representa la proporción mas baja de superficie forestal. La irregular distribución de los bosques del mundo se hace más patente, sin embargo, cuando se considera la relación entre la superficie forestal y la población. En un extremo está América del Sur con 7,3 hectáreas de bosque por habitante y en el otro Europa y Asia que sólo tienen cada una 0,3. Como Asia representa el 56 por ciento de la población mundial, el término medio para el mundo entero es de 1,6 hectáreas.

Unos tres quintos aproximadamente de la superficie forestal mundial están considerados como bosques accesibles, es decir que pueden ser explotados aprovechando los cursos de agua, caminos, ferrocarriles u otros medios de transporte existentes.

Así como en Europa es muy pequeña la superficie forestal que sigue siendo inaccesible, en América del Sur todavía no se puede poner en explotación un 71 por ciento de los bosques y en Asia y en Africa permanecen inaccesibles zonas muy vastas. Ha de advertirse, sin embargo, que en Norteamérica y en la U.R.S.S. la clasificación de los bosques por la accesibilidad no se hace con el mismo criterio que en este inventario. Las cifras inscritas en el cuadro para esas dos regiones deben ser en consecuencia consideradas con alguna reserva, lo mismo que el total mundial.

CUADRO 4. - CLASIFICACIÓN DE LAS TIERRAS

Regiones

Bosques

Tierras no forestales

Total

Bosques

Total

Accesibles

Inaccesibles

En % de la superficie terrestre

Por habitante

Millones de hectáreas

%

Hectáreas

Europa

141

138

3

332

473

30

0,3

U.R.S.S.

1131

1131

-

1103

2 234

51

5,5

América del Norte

733

400

333

1141

1 874

39

3,8

América Central

74

55

19

198

272

27

1,4

América del Sur

957

277

680

818

1 775

54

7,3

Africa

753

380

373

2 225

2 978

25

3,4

Asia

520

326

194

2 198

2 718

19

0,3

Región del Pacífico

96

26

70

758

854

11

6,5

TOTAL

4 405

2 733

1 672

8 773

13178

33

1,6

Estimaciones mundiales

En los tres cuadros siguientes se ha procurado presentar estimaciones de los totales mundiales que se refieren a algunos de los elementos más importantes del inventario. Por cuanto se basan principalmente en los datos comunicados, adolecen de todos los defectos de la información recibida, a los cuales ya se hizo alusión. También es posible que se hayan cometido errores al reunir las cifras correspondientes a las regiones cuya eficacia informativa resultó baja.

CUADRO A -CLASIFICACIÓN DE LOS BOSQUES

CUADRO B. - MATERIAL EN CRECIMIENTO E INCREMENTO EN LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN

CUADRO C. - DISTRIBUCIÓN DE LOS RECURSOS FORESTALES

Región

Bosques

Material en crecimiento

Incremento bruto

Extracciones

Total

Accesibles

En explotación

Porcentaje

Europa

3

5

9

7

12

18

U.R.S.S.

26

41

32

45

30

21

América del Norte

17

15

27

23

29

25

América Central

2

2

1

1

1

2

América del Sur

21

10

5

5

7

10

Africa

17

14

9

4

4

7

Asia

12

12

16

14

16

16

Región del Pacífico

2

1

1

1

1

1

TOTAL

100

100

100

100

100

100

De los 2.700 millones de hectáreas hoy susceptibles de ser explotados materialmente sólo un poco más de la mitad (1.465 millones) está en uso actualmente. En América del Sur y en Africa las superficies inexplotadas de los bosques accesibles son muy grandes, mientras que las de Europa y de la zona del Pacífico son relativamente pequeñas. Merece mención el hecho de que el 72 por ciento de los bosques accesibles de Asia esté ya en explotación.

CUADRO 5. - BOSQUES ACCESIBLES

Regiones

Datos recibidos

Totales estimados

Total

En explotación

Sin explotar

Millones de hectáreas

Europa

138

135

3

138

135

3

U.R.S.S.

1 131

459

672

1 131

459

672

América del Norte

400

400

-

400

400

-

América Central

53

12

41

55

14

41

América del Sur

277

76

201

277

76

201

Africa

339

106

233

380

125

255

Asia

313

229

84

326

236

90

Región del Pacífico

25

20

5

25

20

5

Hay una tendencia a considerar las zonas forestales accesibles, pero todavía inexplotadas como una primera reserva con la que se podrán atender las necesidades del consumo de madera en los años próximos. La idoneidad de esos bosques para la explotación depende en gran medida del material que contienen y podría ser una equivocación la concentración indebida en áreas aparentemente disponibles. Hablando en términos generales, puede decirse que esos bosques están menos provistos que los bosques puestos ya en explotación y que forman su material con especies menos apreciadas. Por otra parte, la presión demográfica en varias regiones del mundo obligará en el curso de los años próximos a dedicar una parte de esas tierras a la agricultura. Por último, en dicha clase de bosques se incluyen indudablemente superficies considerables, cuya explotación deberá prohibirse o restringirse para no menoscabar sus funciones de protección. Como luego se verá, muchos de los bosques actualmente en explotación están insuficientemente aprovechados y es probable que los esfuerzos tiendan a concentrarse en aumentar el rendimiento, acrecentar la producción y mejorar la utilización.

Propiedad

El inventario aporta una información en conjunto fidedigna sobre la propiedad de los bosques accesibles. Más de las tres cuartas partes de los bosques accesibles del mundo son de propiedad pública y pertenecen al

Estado (64 por ciento) o a otras corporaciones (12 por ciento). La propiedad privada es más frecuente en Europa (55 por ciento), en América del Sur (45 por ciento) y en América del Norte (43 por ciento).

CUADRO 6. - RÉGIMEN DE PROPIEDAD DE LOS BOSQUES ACCESIBLES

Regiones

Coeficiente de información¹

Régimen de propiedad²

Bosques del estado

Otros bosques públicos

Bosques privados

Porcentaje

Europa

100

33

12

55

U.R.S.S.

100

95

5

-

América del Norte

100

18

39

43

América Central

23

50

10

40

América del Sur

88

55

-

45

Africa

89

65

21

14

Asia

96

84

9

7

Región del Pacífico

99

59

1

40

TOTAL

95

64

12

24

¹ Superficie de bosques accesibles por la cual el régimen de propiedad ha sido recibido, dividida por la extensión total de los mismos.
² Países que han informado.

Se ha obtenido también, aunque no se haya incluido en el cuadro precedente, alguna información sobre el arbolado de los predios agrícolas (monte campesino), que representan aproximadamente un 55 por ciento de los bosques accesibles de propiedad privada en Europa, un 45 por ciento en América del Norte, un 25 por ciento en Asia y un 80 por ciento en Africa. Los datos recibidos de América del Sur y de la región del Pacífico han sido demasiado fragmentarios para dar una idea suficiente de la superficie del monte campesino en esas regiones.

Al informar sobre el inventario de 1953 se advertía lo siguiente: «En las regiones menos adelantadas, sobre todo tratándose de las zonas más aisladas, existen enormes masas forestales de que no hay mapas ni se han hecho reconocimientos, y los derechos de propiedad no están bien definidos. El registro de tales derechos se acepta cada vez más en la conciencia pública y privada como corolario del valor y la amplitud de esos recursos; con frecuencia es el precursor y por lo regular el requisito previo de la aplicación general de la administración forestal.» Hay indicaciones de que en esas zonas menos adelantadas, sobre todo en los países que han adquirido recientemente su independencia, a medida que adelanta la determinación de los títulos se acentúa la disposición a considerar las tierras forestales como propiedad pública. Infiérense esas indicaciones de un análisis de los datos estadísticos procedentes de determinados países. En cualquier comparación que se haga de los cuadros correspondientes entre este inventario y el anterior predomina el aumento considerable de las superficies forestales que registran las encuestas recientes en los países con economía planificada, donde está generalizada la propiedad pública.

Muchos países han dado información sobre la superficie forestal propiedad de empresas industriales. En el Cuadro 7 se enumeran los países donde los montes pertenecientes a empresas industriales tienen una superficie de cierta consideración (más de 250.000 hectáreas) o representan una proporción importante (más del 25 por ciento) de las tierras forestales de propiedad privada.

CUADRO 7. - DATOS SELECCIONADOS RELATIVOS A LOS BOSQUES PERTENECIENTES A EMPRESAS INDUSTRIALES

Países

1000 hectáreas

% de todos los bosques privados

Costa de Marfil

300

100

Tanganyika

259

100

Guatemala

960

79

Colombia

2 800

74

Rep. Dominicana

423

70

Madagascar

550

55

Canadá

4 699

39

Suecia

5 620

33

Estados Unidos

25 246

17

Noruega

716

12

Finlandia

1 644

11

Japón

794

6

España

450

3

Entre los países que han comunicado esa clase de información 34 han podido establecer una distinción entre los bosques que pertenecen a empresas industriales que emplean madera como materia prima y los que son propiedad de otras empresas industriales. De las 14.500.000 hectáreas clasificadas en esos dos grupos, 10.400.000, es decir el 72 por ciento, pertenecían a empresas forestales. Nada tiene de sorprendente que en los países donde las industrias forestales están muy desarrolladas, las empresas hayan tomado disposiciones para asegurarse directamente su propio suministro de madera. Algunas de las cifras registradas contienen, en efecto, repoblaciones hechas por las empresas industriales.

Será interesante comprobar en el próximo inventario si se confirma esta impresión general de que hay una tendencia marcada hacia la extensión de esa clase de propiedad, puesto que ello puede tener influencia en la calidad de la gestión. Es sabido que muchas empresas industriales forestales de importancia dan hoy un excelente ejemplo de prácticas de ordenación. Mucho más difícil es conseguir que se apliquen bien los principios de la silvicultura en los millones de pequeños predios de propiedad privada, sobre los que se recogieron algunos datos en el informe sobre el inventario de 1953; pero en la actualidad muchas administraciones nacionales de montes consideran que su labor más importante consiste en extender su acción a las superficies arboladas de los predios agrícolas de propiedad privada.

Distribución de los tipos de bosque

En el Cuadro 8 se resume la situación de la superficie forestal mundial en explotación. Teniendo en cuenta las especies de coníferas incluidas en los bosques mixtos, más de la mitad de los bosques explotados en la actualidad están formados por coníferas. Casi todos ellos se sitúan en la zona templada fría del hemisferio norte, de manera que la U.R.S.S., Europa y América del Norte reúnen el 92 por ciento de todos los bosques de coníferas en explotación.

Las especies frondosas en explotación están distribuídas con más regularidad, aunque no deja de ser notable que las tres regiones mencionadas, donde casi todo el material en pie de las especies frondosas está formado por maderas duras del clima templado, cuenten nada menos que con 300 millones de hectáreas, es decir el 42 por ciento de todos los bosques de madera dura en explotación. De las vastas superficies de bosque tropical de especies frondosas en América Central y del Sur, en Africa y en Asia (más de 2.000 millones de hectáreas según las estimaciones que luego se recogen en el presente informe) sólo una sexta parte da con regularidad un rendimiento en madera o en otros productos forestales.

Los datos reunidos no permiten hacer una estimación de la superficie de bosque cubierta por el bambú, producto forestal que tiene importancia en muchos países de Asia y de América Latina. En el informe publicado se recogen algunas indicaciones, las cuales en la mayor parte de los casos se refieren, sin embargo, a las plantaciones de bambú que pueden identificarse fácilmente, pero no incluyen las superficies considerables de bosque donde se ha introducido el bambú después de haber sido explotadas o por efecto de la agricultura migratoria.

CUADRO 8. - COMPOSICIÓN DE LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN ¹

Regiones

Coeficientes de información

Total

Coníferas

No coníferas

Bosques mixtos³

Superficie abierta³

% de coníferas4

%

Millones de hectáreas

%

Europa

100

135

72

49

10

4

59

U.R.S.S.

100

459

(.....362.....

.....97.....

..........

.........)

79

América del Norte

100

400

188

102

70

40

55

América Central

78

14

(.....4.....

......10.....

.....-.....

.....-.....)

29

América del Sur

99

76

7

61

4

4

11

Africa

85

125

(.....2.....

.....122....

.....1.....

..........)

2

Asia

97

236

38

185

7

6

17

Región del Pacífico

99

20

(.....4.....

...... 15.....

.....1.....

.........)

22

TOTAL

98

1 465

677

641

93

54

54

¹ Los informes de este cuadro son estimaciones. Cifras separadas para solamente los Países que han informado no han sido indicadas porque cubren todos los bosques en explotación con excepción de 31 millones de hectáreas.
² Superficie de bosques en explotación para la cual la composición ha sido recibida, dividida por la extensión total de los mismos.
³ Los bosques mixtos y las zonas abiertas se incluyen con frecuencia en la superficie de coníferas puras y no coníferas. Por tanto, el total de los rodales Puros está sobreestimado y subestimado el de los bosques mixtos y zonas abiertas.
4 Incluye un margen para las coníferas de los bosques mixtos.

FIGURA 2. - Material en crecimiento en los bosques en explotación.

El Cuadro 8 da una imagen suficientemente completa de la composición de los bosques en explotación. La composición de la superficie forestal total en el mundo (incluso la de los bosques accesibles todavía inexplotados y la de los bosques inaccesibles) es muy diferente. En el Cuadro A reproducido inmediatamente después del texto de este informe se intenta una estimación de toda la superficie forestal del mundo, se muestra que el 46 por ciento de las coníferas del mundo ha sido puesto en explotación, pero que el 26 por ciento solamente de los bosques de frondosas de clima tropical y de clima templado están todavía en explotación. Los bosques de coníferas representan el 37 por ciento de la superficie forestal mundial pero dan en cambio el 52 por ciento de los bosques que por ahora están en explotación.

Las razones de que los bosques de coníferas hayan sido objeto de una explotación más eficaz son bien conocidas y no será necesario repetirlas aquí; quizá valga la pena, sin embargo, poner una vez más de relieve el peligro de atribuir demasiada importancia a la superficie forestal y sin tener bastante en cuenta la calidad del bosque. Se volverá en el presente informe a hacer referencia a ello con más elementos de juicio cuando se examinen los datos sobre el material en crecimiento y la densidad de arbolado.

Ordenación forestal

Los progresos hechos en el establecimiento de zonas forestales que han de ser mantenidas permanentemente la extensión en que los bosques son objeto de planes de trabajo y la calidad de las prácticas de corta que han sido comunicadas aportan indicaciones importantes sobre ciertos aspectos de la ordenación forestal.

La designación de una tierra para mantenerla permanentemente cubierta de bosque es un primer paso importante hacia la ordenación racional, porque se reconoce la necesidad de una zona forestal permanente, se procede además a hacer una estimación cuidadosa de las necesidades forestales en lo porvenir desde el doble punto de vista de la producción y de la protección y se indica la zona en que van a concentrarse los esfuerzos de ordenación. Varios países que no lo habían hecho en 1953 han informado a ese respecto en 1958; otros que han contestado a las dos encuestas han podido comunicar progresos considerables. Si se supone, como parece razonable hacer, que en los países que informaron en 1953 y no lo han hecho en 1958 no ha habido cambios de que dar cuenta, los datos recogidos en el Cuadro 9 ofrecen una clara indicación de lo mucho que se ha adelantado durante el quinquenio.

En cada región se han registrado progresos, incluso en Africa, donde la zona reservada parece haber disminuido. Esa disminución en realidad es puramente estadística y depende del cambio que se ha hecho en la definición de tierras forestales, de las que las cifras de 1958 excluyen las zonas de sabana donde la densidad de arbolado es inferior a 0,05. La realidad de los progresos aparece claramente cuando sólo se enumeran los países que han dado cuenta de cambios ocurridos entre 1953 y 1958.

CUADRO 9. - BOSQUES PERMANENTES

Regiones

1953

1958

Países que han informado

Superficie total

Países han informado s que

Superficie total

 

1000 hectáreas

 

1000 hectáreas

Europa

27

123 290

27

124 030

América Central

11

690

13

4 325

América del Sur

5

540

9

151 970

Africa

16

80 750

31

54 320

Asia

20

84 560

25

122 240

Región del Pacífico

6

7 810

7

8 610

TOTAL

85

297 640

112

465 495

En esta selección se ha prescindido también de los países donde un cambio en la definición de tierras forestales ha tenido influencia considerable en las cifras estadísticas. Las que se reproducen en el cuadro son, pues, estrictamente comparables y dan la prueba de un beneficioso aumento en la superficie designada como bosques permanentes.

También se han hecho progresos considerables en el establecimiento de planes de ordenación, aunque la diferente amplitud de los datos de esta sección recogidos en los inventarios de 1953 y 1958 requiera cierta precaución al hacer comparaciones. La información de los dos inventarios se resume en el Cuadro 11.

La superficie de los bosques administrados con arreglo a planes de ordenación ha aumentado en Europa, donde se advierte un progreso caracterizado. También ha habido un ligero aumento en América del Norte (las cifras se refieren sólo al Canadá; adviértase que la brusca disminución del porcentaje de la superficie sometida a planes de ordenación depende de un cambio en la interpretación del concepto de bosques en explotación). En América del Sur, en Africa y en la región del Pacífico los cambios han sido pequeños o nulos, pero se han registrado progresos considerables en Asia, donde las superficies forestales de Birmania, India, Japón y Tailandia sometidas a planes de ordenación se han extendido notablemente. Por primera vez se ha obtenido información de la U.R.S.S., donde casi la mitad de los 636 millones de hectáreas de los bosques nacionales (Goslesfond) están sometidos a planes de ordenación.

CUADRO 10. - CAMBIOS DE LA SUPERFICIE DE LOS BOSQUES PERMANENTES EN ALGUNOS PAÍSES ENTRE 1953 Y 1958

Regiones

Bosques permanentes

1953

1958

Aumento de la superficie

Países que han indicado cambios


1000 hectáreas

Europa

10

13 119

13 877

758

América Central

2

147

1 906

1 759

América del Sur

1

140

3 496

3 356

Africa

8

9 874

25 027

15 153

Asia

11

30 131

40 080

9 949

Región del Pacífico

3

7 378

8 173

795

TOTAL

35

60 789

92 559

31 770

El Cuadro 12 presenta un interesante resumen de la consideración que merecen a las administraciones nacionales de montes las prácticas de corta seguidas en 1953 y en 1958 en los respectivos países. Las cifras correspondientes se prestan inevitablemente mal a las comparaciones entre países, entre regiones o incluso entre épocas diferentes, porque el juicio emitido sobre si son buenas o no las prácticas de corta es sin duda alguna subjetivo; pero, aun así, un «recuento de opiniones» sobre una materia tan importante no carece de interés. El coeficiente de información es aproximadamente el mismo en los dos inventarios y, salvo en el caso de que se hayan producido estos últimos años cambios importantes en los criterios nacionales aplicados, es evidente que la opinión de quienes han comunicado los informes no acusa ningún cambio significativo. Se registra una proporción razonablemente alta de buenas prácticas de corta en Europa, en América del Norte (las cifras en este caso se refieren sólo a los Estados Unidos) y en la región del Pacífico. En las demás regiones las buenas prácticas de corta, más que la regla, son la excepción. Las administraciones de montes que han señalado en sus informes el predominio de las prácticas malas o destructivas de corta manifiestan claramente su preocupación por el porvenir de la producción forestal.

CUADRO 11 - ESTADO DE LA ORDENACIÓN EN LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN

CUADRO 12. - MÉTODOS DE CORTA EN LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN

No deja de ser significativo que mientras se extendía en el curso del pasado quinquenio la superficie de los bosques sometidos a ordenación apenas haya cambiado la calidad de las cortas en muchos países, aunque alguna mejora general haya sido registrada. Muy pocos países entre los que han comunicado aumentos en el área de los planes de ordenación han dado cuenta de que se haya producido un mejoramiento en las prácticas de corta. Cualquier conclusión que pueda inferirse de esas indicaciones estará, por supuesto, sujeta a la reserva de que los criterios para juzgar la calidad de la corta pueden haber cambiado y haber mejorado las estadísticas sobre las superficies forestales sometidas a ordenación. De cualquier modo, los técnicos estarán sin duda alguna de acuerdo en que todavía queda mucho por hacer para mejorar la administración de los bosques en todas las regiones. El primer paso que ha de darse a esos efectos puede muy bien ser el establecimiento de los planes de ordenación, pero más importante será todavía la aplicación efectiva de las medidas previstas en el plan, la práctica de la silvicultura en el bosque. La elevada prevalencia en los métodos de corta considerados como malos o destructivos da la medida de la tarea que aguarda a las autoridades forestales.

Muchos más países (95 en total con el 37 por ciento de la superficie mundial de los bosques en explotación) han informado sobre el tratamiento silvícola en vigor. En la totalidad de la superficie forestal correspondiente, el tallar ocupa el 7 por ciento y es importante sobre todo en Europa Meridional, América Central y Africa. Al tallar con resalvos corresponde el 5 por ciento y el restante 88 por ciento al monte alto. El tallar da sobre todo leña y madera destinada a obtener carbón vegetal, pero también produce postes, estacas y otro material parecido, así como las cortezas para curtiduría y el forraje. Del tallar con resalvos se saca además una proporción pequeña de madera industrial, sin perjuicio de que naturalmente una parte de su material sea de proporciones mayores. La producción principal viene en todo caso del monte alto, lo que explica la tendencia a la transformación del tallar en monte alto, que está muy extendida, pero que no es universal porque en determinadas situaciones el sistema del tallar es más apropiado por la variedad de su producción y por el uso de su follaje como pasto.

El proceso de conversión es desde luego muy lento y la comparación de las cifras comunicadas con las del inventario anterior no permite inducir conclusiones generales, porque el mejoramiento de la calidad de las estadísticas puede perfectamente haber disimulado los pequeños cambios que se hayan producido. Esos cambios aparecen, por el contrario, en los datos comunicados por uno o dos países europeos que llevan desde hace muchos años estadísticas cuidadosas sobre los bosques sometidos a tratamientos silvícolas diferentes.

Material en crecimiento en los bosques en explotación

Durante los cinco años transcurridos desde el último inventario forestal mundial se ha dedicado sin duda alguna más atención al trabajo de evaluar el contenido de los montes que en el quinquenio anterior. Hasta 1953, los primeros inventarios forestales hechos después de la guerra en muchos países adelantados respondían a la necesidad de salir del paso. Con posterioridad ha habido progresos importantes y la mayor parte de los países europeos pueden hoy dar estimaciones fidedignas del material en crecimiento de sus bosques respectivos. Otro tanto cabe decir de América del Norte y de la U.R.S.S. Durante el mismo período muchos países de Asia, Africa y América Latina, gracias al empleo de métodos modernos de inventario y a la asistencia técnica exterior, han podido evaluar con más precisión el material en crecimiento, cuando menos en una parte de sus bosques en explotación, con lo que se ha extendido y mejorado la base para la estimación del material en crecimiento de todos los bosques en explotación. Las informaciones obtenidas en el curso del período llevan consigo una revisión importante de las estimaciones anteriores. La comparación de las cifras inscritas en el Cuadro 13 dará idea de la importancia de esa revisión.

CUADRO 13. - MATERIAL EN CRECIMIENTO EN LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN POR HECTÁREA

En este cuadro (que sólo incluye cifras comunicadas) se advierte que el coeficiente de información ha mejorado en toda Europa y que los últimos informes disponibles indican que el material en crecimiento por hectárea en las especies de coníferas y en los totales es mayor que el registrado en 1953. Los datos de la U.R.S.S. (que se refieren sólo a los bosques del Fondo Forestal del Estado, Goslesfond, y que en consecuencia no comprenden todos los bosques en explotación) incorporan los resultados del inventario forestal nacional hecho rápidamente estos últimos años. En América del Norte las estimaciones anteriores han sido considerablemente aumentadas, las cifras del Canadá se refieren sólo a los bosques accesibles productivos y las de los Estados Unidos a todos los bosques productivos. En América Latina las cifras no acusan ningún cambio de consideración, aunque se advertirá que el coeficiente de información está bajo en ambos años: Africa muestra el más grande cambio; eso necesita más aclaraciones. Primero se notará que el coeficiente ha bajado un poco porque, después de profundizar la investigación, se han rechazado algunas cifras anteriores que eran excesivamente optimistas. En segundo lugar, algunos países que antes habían enviado estimaciones totales sobre el material en crecimiento (de todas las especies) fundadas en datos relativamente inconsistentes, han comunicado ahora informaciones más precisas que se refieren sólo a las especies comerciales. En esta región las exclusiones del material en crecimiento (especies no comerciales, árboles que no llegan a un determinado diámetro) son, en verdad, las más importantes y las informaciones disponibles parecen desgraciadamente insuficientes para aventurar una estimación de los valores totales (todas las especies y todos los diámetros). No deberá olvidarse esta reserva de importancia, que no sólo se aplica a América Latina, sino también, aunque en menor medida, a Asia, al interpretar los cuadros resúmenes que siguen. En Asia, donde el coeficiente de información es alto en ambos años, los nuevos datos acusan un aumento en las coníferas; la cifra inferior de las especies frondosas se debe sobre todo a cambios en la clasificación y especialmente a la exclusión de las especies no comerciales en las estimaciones de Tailandia.

CUADRO 14. -MATERIAL EN CRECIMIENTO EN LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN

Si se toman como punto de partida los datos comunicados sobre el material en crecimiento y se hacen las suposiciones que parecen razonables sobre el material en crecimiento por hectárea en los países que no han informado, se pueden aventurar algunas cifras que con una aproximación relativa correspondan al material en crecimiento de todos los bosques en explotación del mundo entero. Así se ha hecho en el Cuadro 14.

El material en crecimiento de todos los bosques en explotación del mundo entero se calcula ahora así en unos 156 millones de metros cúbicos en lugar de los 101 millones de la estimación fundada en los resultados del último inventario mundial. Adviértase que en la nueva estimación se han excluido para muchos países los árboles que no llegan a cierto diámetro y las especies que por ahora no parecen tener valor comercial. El aumento que se ha registrado con respecto al inventario anterior se debe en parte a ciertos cambios en la clasificación que han llevado a registrar superficies mayores de montes «en explotación», en parte por haberse extendido efectivamente la zona forestal de explotación y en parte por ser más altas las estimaciones de la madera en pie por hectárea que resultan de las informaciones recogidas más recientemente para el inventario.

Se recordará que en 1958 se ha pedido por primera vez a los países que informasen sobre la densidad del arbolado de sus bosques en explotación. Se había creído que esta pregunta podría aportar esclarecimientos muy útiles sobre el carácter de los bosques en explotación en las diferentes regiones del mundo. Las contestaciones recibidas están lejos de ser completas; pero el cuadro siguiente, donde se resumen los datos recogidos, aporta algunas indicaciones nuevas y no exentas de interés:

CUADRO 15. -ESTIMACIÓN DE EA DENSIDAD EN LOS BOSQUES Ex EXPLOTACIÓN

Regiones

Coeficiente de información¹

Buena

Media

Pobre

Ninguna

Porcentaje

Europa

86

47

36

13

4

América Central

24

47

29

18

6

América del Sur

16

51

33

15

1

Africa

54

17

39

36

8

Asia

28

32

48

16

4

Región del Pacífico

6

22

49

29

-

¹ Superficie de bosques en explotación por la cual la densidad ha sido indicada, dividida por la extensión total de los mismos.

Estas cifras no deben, por supuesto, interpretarse sin cierto discernimiento. Una densidad pobre puede corresponder a una fase provisional en la evolución de un bosque adecuadamente provisto. Esas estaciones representan, sin embargo, una pequeña proporción de la superficie total de los bosques en explotación considerados en esta sección. El cuadro revela que en Europa, donde las respuestas a la pregunta han sido muchas, existe una proporción sorprendentemente elevada de bosques cuya densidad es sólo media o pobre, y la sorpresa es tanto mayor si se tiene en cuenta que se trata de una región donde la ordenación forestal y la explotación planificada han hecho mayores progresos. En Africa, con datos disponibles sobre más de la mitad de los bosques en explotación, se considera que sólo una sexta parte de la superficie forestal puede estimarse como de densidad buena. Los datos sobre las demás regiones son demasiado escasos para poder fundar en ellos consideraciones generales. Pero así y todo la proporción relativamente elevada de los bosques considerados como de densidad pobre o nula en todas las regiones indica que sería temerario suponer que todos los bosques hasta ahora explotados encierran riquezas forestales considerables.

¿ Es posible hacer con los datos reunidos en este inventario una estimación relativamente aproximada del material en pie de todos los bosques del mundo, incluso los bosques accesibles que todavía no están en explotación y la vasta superficie forestal que sigue siendo inaccesible? La operación sin duda alguna es muy audaz; pero reuniendo las diferentes indicaciones que aporta el inventario y teniendo en cuenta, según se decía antes, las opiniones de las administraciones nacionales de montes sobre la proporción de los bosques inaccesibles que pueden llegar a ser productivos, cabría aventurar la conjetura, que no sería nada más que una conjetura, de que el volumen mundial de la madera en crecimiento es hoy de unos 320.000 millones de metros cúbicos.

Incremento anual y posibilidad en los bosques en explotación

De los datos comunicados sobre el incremento bruto que aparecen en el Cuadro 16 se desprende que éste fue menor que en el Inventario de 1953 en Europa, las Américas y Asia. De Africa y de la región del Pacífico se recibieron datos algo más favorables.

La información comunicada sobre pérdidas (incendios, agricultura migratoria, insectos, fungos, etc.) no fue suficiente para estimar debidamente el incremento neto por regiones. Las estimaciones comunicadas indican que la magnitud de esas pérdidas oscilan entre un mínimo de 3 por ciento del incremento bruto en Europa y un máximo del 48 por ciento aproximadamente en la región del Pacífico.

Los datos comunicados, con la demás información disponible, se utilizaron para las estimaciones del incremento bruto regional y mundial que aparecen en el Cuadro 16. Esas estimaciones son necesariamente aproximadas ya que cuando las autoridades forestales se resisten a dar estimaciones para un solo país, es indudablemente atrevida la empresa de formular estimaciones para toda la región. Se procedió, sin embargo, a compilar cifras del incremento bruto país por país y a sumarlas por regiones. Los resultados reflejan los cambios ya analizados en la sección anterior que los países han introducido en sus estimaciones del material en crecimiento y asimismo los cambios que ha llevado consigo la compilación de nuevos datos en muchos países, por ejemplo en la U.R.S.S. y los países de América del Norte.

La comparación de las presentes estimaciones con las cifras del Inventario de 1953 indica ligeros aumentos del volumen de crecimiento anual en las dos regiones latinoamericanas y en la región del Pacífico. Como resultado de nuevas evaluaciones forestales las estimaciones de crecimiento en la U.R.S.S. y en América del Norte son mucho más elevadas. Sin embargo, las estimaciones correspondientes a las regiones de Africa y Asia son más bajas por dos razones principales: muchos países modificaron sus informes y se limitaron a estimar las «especies comerciales únicamente» en lugar de «todas las especies»; además, las nuevas informaciones recibidas indican que en algunos países las antiguas estimaciones de crecimiento eran demasiado optimistas.

CUADRO - INCREMENTO EN LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN

El crecimiento (bruto) en los bosques en explotación de todo el mundo se estima actualmente en unos 2.800 mi. llenes de m.3; en 1953, la estimación fue de 2.390 millones de m.³. De este volumen, el 51 por ciento corresponde a las especies coníferas; en 1953 este porcentaje fue, según las cifras comunicadas, del 45 por ciento La modificación registrada se debe principalmente a las cifras de crecimiento más elevadas correspondientes a la U.R.S.S. y a América del Norte. Esas dos regiones representan el 60 por ciento del incremento bruto anual de los bosques en explotación del mundo entero, el 81 por ciento de] aumento anual de volumen en madera de coníferas y el 37 por ciento del aumento en las especies frondosas. Las modificaciones de las cifras de crecimiento bruto se debieron en parte a cambios registrados en la superficie forestal (ya analizados) y en parte a estimaciones revisadas del crecimiento por hectárea.

Calculadas por hectárea, las estimaciones del incremento bruto acusan aumento en la U.R.S.S. y en América del Norte, tanto para las especies coníferas como para las no coníferas; las razones de este aumento han sido ya indicadas. Los nuevos datos recibidos de Africa han influido favorablemente en las estimaciones de la producción de coníferas y reflejan las tasas favorables de crecimiento comprobadas en diversas plantaciones de especies exóticas, pero al propio tiempo se ha dado cuenta de que la producción de las especies no coníferas había sufrido un brusco descenso. Esto se debe en parte a los métodos modificados de notificación que eliminan de las estimaciones ciertas especies y tamaños imposibles de comercializar. Muchos países han podido comprobar también que el incremento en los bosques vírgenes o recientemente cortados es considerablemente inferior al volumen teórico.

Tanto de América Central como de América del Sur se comunicaron datos muy favorables sobre el incremento por hectárea. Será interesante ver hasta qué punto esas cifras se ven confirmadas por los nuevos inventarios y evaluaciones de recursos forestales que se están iniciando o se encuentran ya en curso de ejecución en varios países de América Latina. El crecimiento medio por hectárea en todo el mundo se estima en 2,2 m.³ para las coníferas, 2 m.³ para las especies no coníferas y 2,1 m³ para todas las especies. En el inventario de 1953 las cifras fueron 1,8 m.³, 2,5 m.³ y 2,1 m.3 respectivamente.

Una parte apreciable de las pérdidas indicadas en el Cuadro 16 son la consecuencia de las prácticas de agricultura migratoria. En las regiones tropicales, Asia, Africa, América Central y América del Sur, muchas son las superficies forestales que no podrán ser consideradas como fuentes seguras de productos industriales hasta que se hayan reglamentado o eliminado estas prácticas. La mayoría de los países sujetos al despilfarro de la agricultura migratoria, sólo pueden proporcionar estimaciones aproximadas de la madera destruida anualmente pero el promedio establecido a base de los datos comunicados por 14 países indica que esas pérdidas se elevan al 17 por ciento aproximadamente del incremento bruto. Las cifras correspondientes de los últimos países seleccionados aparecen en el Cuadro 17.

CUADRO 17. - PÉRDIDAS DEBIDAS A LA AGRICULTURA MIGRATORIA EN ALGUNOS PAÍSES

Países

Millones de m³

% del incremento bruto

Filipinas

5 826

40

Viet-Nam del Sur

800

31

Senegal

1 300

17

Sudán

354

12

Madagascar

240

5

El término de posibilidad se emplea en muchos países como guía para las cortas que pueden planearse o autorizarse dentro de un período determinado. Pero muchos países de las regiones tropicales han hecho saber que la ordenación de las cortas se hace allí sobre otras bases, que pueden ser la delimitación de zonas de corta o la corpulencia de los árboles. Se cree, por consiguiente, en vista de los informes recibidos, que en muchos casos se ha fijado una cifra de posibilidad igual o cercana a la estimación del incremento neto, más por cuestión de principio que como expresión de una política efectivamente aplicada. Dicho en otras palabras, algunas autoridades forestales parecen reconocer la conveniencia de que las cortas se ajusten al crecimiento, aun cuando los datos que comunican al respecto, por ejemplo, sobre el régimen de ordenación forestal dan a entender que los medios de que disponen para lograrlo son inadecuados.

Dos de los más importantes países forestales, la U.R.S.S. y los Estados Unidos, no publican cifras de posibilidad. La mayor parte de los países de Europa, en cambio, atribuyen al concepto de posibilidad una gran importancia. Sus planes de ordenación para las diversas zonas forestales contienen estimaciones de posibilidad y la suma de las cifras correspondientes a cada zona permite estimar el total de la posibilidad del país respectivo. En esos países los planes de explotación tienen en cuenta la producción de los bosques (incremento neto) y las decisiones administrativas sobre cortas (posibilidad) y el volumen de los apeos indica, más o menos, hasta qué punto los planes se ejecutan satisfactoriamente. En el Cuadro 18 se indican estas cifras para Europa.

CUADRO 18. - INCREMENTO NETO, POSIBILIDAD Y CORTAS EN LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN EN EUROPA

Coeficiente de información¹

Total

Por hectárea

Incremento neto

Posibilidad

Cortas

Incremento neto

Posibilidad

%

Millones de m³ con corteza

m³ con corteza

93

309

276

282

2,5

2,2

¹ Superficie de bosques en explotación por la cual el incremento neto, la posibilidad y las cortas han sido indicados, dividida por la extensión total de los mismos

Las cortas no coincidirán con la posibilidad en determinados años a causa de fluctuaciones debidas a las condiciones del mercado, dificultades de extracción originadas por las adversidades del clima, etc. En algunos países europeos las autoridades forestales fijan la cifra de la posibilidad por debajo de la del crecimiento neto y de este modo tratan de mejorar el nivel del material en crecimiento. En un reducido número de países la situación es distinta, la cifra de la posibilidad es superior a la del incremento neto, quizás para facilitar la conversión de los bosques excesivamente viejos en asociaciones más jóvenes y productivas.

Durante los últimos años la FAO ha reunido información para formular previsiones a plazo medio sobre las extracciones en los bosques de Europa. En los 20 países sobre los cuales se dispone de información completa las extracciones en 1958 (inferiores a las cortas a causa de las pérdidas que la propia corta y el transporte ocasionan) excedieron de la posibilidad en un 16 por ciento y ello a pesar de que en esos países la posibilidad había sido fijada en un 9 por ciento por debajo del crecimiento neto. Las previsiones indican que en 1965 las extracciones seguirán rebasando en un 4 por ciento el incremento neto de 1958. Esto demuestra que en ciertos países europeos las necesidades del mercado y otras consideraciones han obligado a dejar de lado los objetivos que las autoridades forestales habían fijado en sus planes de ordenación o que la cifra de la posibilidad ha sido fijada con excesiva parquedad y tal es el caso, tácitamente reconocido, de uno o dos países.

Cortas y extracciones

Para los países, relativamente poco numerosos, se dispone de cifras completas sobre las cortas. Pero los volúmenes de las extracciones en casi todos los países del mundo se publican anualmente en el Anuario Estadístico de Productos Forestales de la FAO.

La diferencia entre las extracciones y el volumen de madera efectivamente cortada, diferencia equivalente a las pérdidas sufridas durante la corta y el transporte, oscila entre un mínimo de menos del 10 por ciento (promedio de los países europeos) y un máximo de 25-35 por ciento en algunos países de América Latina y de Asia.

Los volúmenes de las extracciones que se indican en el Cuadro 19 comprenden las extracciones registradas en los bosques en explotación y la información disponible sobre volúmenes no registrados, extracciones en árboles situados fuera de los bosques y extracciones en bosques distintos de los clasificados como «en explotación». Se examinarán esas dos últimas clases de extracciones con más detalles en la sección de «madera rolliza de otras fuentes».

En las extracciones mundiales de madera rolliza se ha registrado un aumento efectivo considerable desde que se publicó el último inventario ².

(² En el cuadro y párrafo siguientes la comparación se ha hecho con datos tomados del Resumen Decenal (1946-1955) de Estadísticas Mundiales de Productos Forestales, cuyas cifras son más completas que las del inventario de 1953.)

El aumento de las extracciones mundiales se cifra en 179 millones de m³ o en un 12 por ciento. Ha aumentado la proporción de la producción maderera mundial destinada a usos industriales (56 por ciento contra 52 por ciento en 1950-52). Debe tenerse presente, sin embargo, que las estadísticas de las extracciones de leña son, para muchas regiones, inferiores a la realidad, a causa de las importantes cantidades de leña que la población local consume para sus necesidades y que no son objeto de notificación o registro alguno. Hay motivos para suponer que esas cantidades - muy importantes - sustraídas a todo registro estadístico, tienden a disminuir y que el descenso de las extracciones de leña por mil habitantes (de 281 m.³ a 268 m.³) indicado en el cuadro anterior es el reflejo de una reducción real del consumo.

Las extracciones de madera industrial no han aumentado solamente en conjunto; han aumentado también per caput, pasando de 583 m.³ por 1.000 habitantes a 602 m.³, o sea un 3 por ciento El aumento es notable sobre todo en la U.R.S.S. (12 por ciento).

Madera rolliza de otras fuentes

Una parte importante de las extracciones de madera rolliza a que se refiere la sección anterior procede de bosques que no pertenecen a la categoría de los comercialmente explotados. Las fuentes «externas» más importantes tanto de madera para la industria como de leña son los árboles plantados a lo largo de las carreteras, de las vías férreas y de los canales, el arbolado de parques y jardines, los árboles de los rompevientos, los de los matorrales y los plantados en tierras principalmente agrícolas. «Arboles situados fuera del bosque» es la designación colectiva aplicada a la madera de todas esas procedencias. Según las cifras comunicadas a la FAO en 1958, son 37 los países que explotan árboles situados fuera del bosque; el volumen de las extracciones es variable y en Tanganyika llega a alcanzar el 99 por ciento del total de las extracciones. En el Cuadro 20 se indican las cifras correspondientes a varios países seleccionados.

CUADRO 19. - EXTRACCIONES DE LOS BOSQUES DEL MUNDO Promedio anual ¹

CUADRO 20. - EXTRACCIONES DE ÁRBOLES FUERA DEL BOSQUE

Países

1.000 m.³

% de las extracciones totales

Tanganyika

20 503

99

Rhodesia del Sur

2 999

95

Túnez.

673

76

Italia

9 902

49

Ceilán

125

39

En las extracciones de árboles situados fuera del bosque la proporción de la madera industrial fue en 1958 del 6 por ciento. Puede afirmarse con seguridad que el volumen de la madera procedente de esas fuentes no se conoce exactamente y la cuestión es merecedora de un estudio más detenido por parte de las autoridades forestales de aquellos países que necesitan tener un conocimiento más preciso de sus recursos de materia prima, actuales y potenciales.

Con el fin de no pasar por alto ninguna fuente importante de extracciones de madera rolliza se pidieron para el inventario de 1958 datos sobre el volumen procedente de bosques distintos de los clasificados como bosques «en explotación». En la escala mundial las extracciones procedentes de esas zonas son, como podía esperarse, muy poco importantes y sólo representan algo más del 1 por ciento del volumen global notificado.

El volumen de las extracciones no registradas, de las extracciones de árboles fuera del bosque y de las extracciones de los bosques no clasificados como bosques «en explotación» representa, en muchos países, un elemento importante del abastecimiento tanto en leña como en madera para la industria.

Los recursos forestales y sus cambios

En el presente inventario se da cuenta de las actividades de repoblación forestal en 70 países; en 1953 los países que informaron a ese respecto fueron 83. Sin embargo, según la información recibida, la superficie total repoblada ha aumentado considerablemente: 3,95 millones de hectáreas durante el período 1953-57 y sólo 2,65 millones durante los seis años del período 1947-52. Hay motivos para creer que esa información no es completa, a pesar de que en algunas regiones, por ejemplo Europa, las estadísticas de repoblación forestal han mejorado mucho durante los últimos años. Las zonas repobladas por sus propietarios, sin ayuda alguna del estado, siguen sin figurar en las estadísticas. En el Cuadro 21 se indican las cifras por regiones.

Las zonas de repoblación previstas para el período 195357 e indicadas en el inventario de 1953 fueron rebasadas en varios países y las cifras siguientes dan idea de los notables resultados obtenidos (entre paréntesis se indica la superficie de las previsiones): Dinamarca 6.000 hectáreas (3.200), República Federal de Alemania 40.000 (20.000), Irlanda 33.000 (24.000), Noruega 53.000 (31.000), Portugal 138.000 (40.000), Madagascar 50.000 (9.000), Ruanda-Urundi 20.000 (10.000), Sierra Leona 30.000 (1.600), Corea del Sur 492.000 (229.000), Taiwán 205.000 (75.000) y Australia 51.000 (41.000). Los países que han comunicado las superficies forestales repobladas más extensas son España, Corea del Sur, Polonia, Congo Belga, Japón y Taiwán.

Los países informantes prevén la repoblación de 2.578.000 hectáreas durante el quinquenio que terminará en 1962. En comparación con la superficie repoblada durante el quinquenio anterior la reducción es del 35 por ciento.

Algunas reducciones de la superficie de ciertas zonas forestales atenúan el valor del cuadro favorable que ofrecen las estadísticas de repoblación. La reducción más considerable se registró en Filipinas donde grandes extensiones de bosques fueron reclasificadas como tierras de cultivo. Son también importantes las reducciones notificadas por el Senegal, Ghana, Bulgaria, Sudán, Mauritania y Honduras.

CUADRO 21. - SUPERFICIE REPOBLADA ENTRE 1953 Y 1957

Regiones

Número de Países

1.000 hectáreas

Europa

20

1 831

América Central

2

5

América del Sur

3

159

Africa

25

634

Asia

16

1 255

Región del Pacífico

4

67

TOTAL

70

3 951

Gracias a la mejora continua de los sistemas y servicios de transporte aumenta en todo el mundo la extensión de los bosques que pueden ser explotados. Se ha hecho ya observar que la proporción de los bosques considerados accesibles ha pasado del 47 por ciento de la superficie forestal total en 1953 al 62 por ciento en 1958. Se ha hecho observar también, sin embargo, que esas cifras exageran considerablemente el alcance de los progresos realizados. Pero a condición de tener presente que la definición de la accesibilidad ha sufrido modificaciones y que las estadísticas son ahora más exactas, las cifras que figuran en el Cuadro 22 son de indudable interés como resumen de algunos de los cambios más importantes notificados.

CUADRO 22. - AUMENTO DE LOS BOSQUES ACCESIBLES

Regiones

Número de países

Superficie convertida en accesible entre 1953 y 1957

 

1.000 hectáreas

Asia

8

13202

Africa

7

9 900

América del Sur

1

1 800

Europa

5

722

América Central

2

213

Región del Pacífico

1

8

El próximo Inventario Forestal Mundial fijará sin duda más claramente los efectos de la mejora de los medios de comunicación en la accesibilidad de los bosques.

Entre los países donde la mejora de los medios de transporte abren a la explotación vastas zonas forestales durante el próximo decenio figuran Ecuador, Sudán, Liberia, Birmania, Honduras y Tailandia.

A medida que los bosques sean más accesibles y que se creen nuevas industrias forestales aumentará la superficie de las zonas explotadas. A la pregunta del inventario sobre la extensión de las zonas que se pensaban poner en explotación durante el decenio que termina en 1968 contestaron 29 países cuya previsión de nuevas explotaciones forestales se eleva en conjunto a más de 28 millones de hectáreas. Los aumentos en algunos países seleccionados figuran en el Cuadro 23.

CUADRO 23. - AUMENTO DE LOS BOSQUES EN EXPLOTACIÓN Ex ALGUNOS PAÍSES

Países

Aumento proyectado hasta 1968

1.000 hectáreas

% de los bosques en explotación

Malaya

777

353

Ecuador

1 000

333

Nueva Guinea (Aust.) y Papua

405

162

Guinea española

350

146

Sudán

2 300

70

Gabún

5 000

50

Ghana

791

46

Guatemala

1 040

39

Congo Belga

2 200

36

Viet-Nam del Sur

1 000

27

Brasil

10 000

25

Japón

1 418

11

Sólo doce países comunicaron datos sobre las superficies forestales que de productivas han pasado a ser improductivas por causas tales como aprovechamiento de la tierra, erosión acelerada, construcción de pantanos para la producción de energía eléctrica, etc. La extensión de esas zonas es de 850.000 hectáreas. La deterioración de los bosques productivos es un fenómeno corriente en todas partes del mundo pero no es frecuente disponer de estadísticas al respecto.

Uno de los objetivos del inventario nacional de recursos forestales es el de determinar la superficie de los bosques que pueden convertirse en fuentes de materias primas para la industria. Los recursos forestales básicos no sólo comprenden los bosques en explotación y los bosques accesibles productivos sino también los bosques productivos que son todavía inaccesibles. En los países que inician ahora el levantamiento de inventarios forestales es raro que se disponga de información sobre los bosques más remotos, en su mayor parte inaccesibles. Sin embargo son varios los países que tratan ya de reunir esta información mediante inventarios, extensos reconocimientos y otros medios semejantes. Las respuestas de 47 países sobre las zonas productivas e improductivas de sus bosques inaccesibles figuran en el resumen de esos datos por regiones en el Cuadro 24.

Es muy alentador que no menos de 48 países hayan podido, aunque sólo sea sobre la base de indicaciones fragmentarias en algunos casos, efectuar una evaluación provisional de la calidad de los mejores territorios forestales cuya explotación física no es todavía posible. Sobre la utilidad que en último término puedan tener esos bosques se han expresado opiniones contrapuestas. Se ignora asimismo cuándo será por fin posible penetrar en ellos. Por los datos que figuran en el Cuadro 24 puede verse que las autoridades forestales interesadas estiman que una proporción considerable de esos bosques que oscila entre las tres quintas y las tres cuartas partes han de considerarse como productivas, capaces de producir cosechas aprovechables de madera y de otros productos forestales.

CUADRO 24. - BOSQUES INACCESIBLES

Regiones

Número de países

Total

Productivos

%

1.000 hectáreas

Europa

3

391

255

65

América Central

7

6 657

4 900

74

América del Sur

3

35 215

21 160 1

60

Africa

17

120 923

78 718 1

65

Asia

15

50 167

32 189

64

Región del Pacífico

2

778

546

70

Los datos comunicados no son suficientes para permitir una estimación de los totales regionales; no se sabe tampoco si la situación de los países que han comunicado datos puede considerarse como representativa de la situación general en las respectivas regiones. Pero incluso las cifras parciales recibidas son impresionantes. Los 21 millones de hectáreas de bosques inaccesibles que se consideran productivos en los únicos tres países de América del Sur que han enviado informes representan una superficie equivalente al 28 por ciento de todos los bosques de la región actualmente explotada. En Africa los 79 millones de hectáreas de bosques inaccesibles que los informes consideran como productivos equivalen a las dos terceras partes de la zona de todos los bosques explotados actualmente en la región.

Conclusiones

El informe sobre el Inventario Forestal Mundial de 1953 hacía constar que los bosques de la tierra tienen la aptitud teórica de suministrar productos forestales en abundancia para un número de habitantes muy superior al actual. El nuevo inventario lo confirma, aunque en general los últimos datos llevan a pensar que algunos de los recursos mundiales intactos son quizá menos ricos de lo que antes se había supuesto. También es verdad que los últimos inventarios nacionales acusan en los Estados Unidos y en la U.R.S.S. y en menor escala en Europa un volumen de madera en pie sensiblemente mayor al que las cifras anteriores indicaban.

De los 4.405 millones de hectáreas de superficie forestal sólo un tercio está en explotación. Quedan todavía sin explotar 2.940 millones de hectáreas, de las cuales no menos de 1.268 parecen reunir las condiciones para estar materialmente al alcance de explotación. La vasta superficie forestal que aún no se puede explotar contiene sectores que en lo previsible han de seguir sin explotar o por la calidad de su material o por su situación. Pero, aun así, unos 50 países han podido informar que más de la mitad de sus bosques hoy inaccesibles pueden considerarse productivos en el sentido de que su composición justifica la esperanza de que, si hiciera falta, podrían convertirse un día u otro en una fuente económica de productos forestales.

La distribución de los bosques en la superficie de la tierra está evidentemente muy lejos de ser uniforme y la impresión de riqueza aparente que dejan las cifras globales no atenúa en nada el hecho de que ciertas regiones sean muy ricas en recursos forestales y otras extremadamente pobres en relación con las respectivas poblaciones a que esos recursos forestales deberían servir no sólo directamente con la producción de madera sino con los efectos importantes siempre y a veces decisivos de la función protectora que tienen los bosques. El inventario ha recogido algunas indicaciones sobre la zona forestal que se ha perdido en beneficio unas veces de la agricultura permanente y otras veces a consecuencia de los daños que causa la agricultura migratoria. Esto último sobre todo ha de ser motivo de preocupación no ya por la pérdida de riqueza forestal que representa, ni siquiera por las consecuencias desastrosas que puede tener en la conservación de la tierra vegetal y en el régimen de las aguas, sino incluso en sus aspectos sociales. Países que están en las primeras fases de su desarrollo y que intentan elevar sus niveles de vida lo mismo en el aspecto material que en el de la cultura mal pueden consentir que sectores importantes de la comunidad nacional sigan viviendo en las condiciones del neolítico. Todavía se ha de aprender mucho por cierto sobre la amplitud, la naturaleza y los efectos de la agricultura migratoria; pero pretender que, en ciertas condiciones agrícolas y forestales, sea ésa la forma de cultivo que mejor se adapta al medio local es cerrar los ojos a un mundo en vías de transformación, porque ese juicio, que en circunstancias especiales puede ser adecuado, es un juicio que se inspira en consideraciones puramente técnicas y que no tiene en cuenta los valores humanos, ni las necesidades del progreso.

Las indicaciones que ha recogido el presente inventario sobre las zonas perdidas para el bosque, incluso a consecuencia de la agricultura migratoria, patentizan que ese retroceso de la superficie forestal no se limita a las regiones relativamente bien arboladas.

En cambio, los datos reunidos sobre repoblación indican que en el curso de los últimos cinco años se han hecho los más enérgicos esfuerzos que haya registrado la historia para extender la superficie de los bosques en aquellos países donde se considera que la cubierta forestal es insuficiente para desempeñar con eficacia su doble función productora y protectora. También hay señales ciertas de que muchos países dedican atención seria al estudio de las necesidades forestales que tendrá probablemente su población en lo porvenir y a consecuencia de ello se observa un aumento satisfactorio de los bosques designados como bosque permanente.

Los bosques de coníferas de todo el mundo, que relativamente son más homogéneos y accesibles y tienen más aplicaciones, siguen siendo los que con más eficacia contribuyen a los resultados globales. Las tres regiones del hemisferio Norte, Europa, la U.R.S.S. y América del Norte con 29 por ciento de la población mundial y 46 por ciento de la superficie mundial de los bosques poseen dos tercios de todos los bosques en explotación y dos tercios de todas las extracciones.

Hace cinco años se estimaba que el incremento bruto en los bosques en explotación de coníferas se equilibraba poco más o menos con la merma (cortas, pérdidas por incendios, insectos, hongos, agricultura migratoria, etc.). Los recursos adicionales que ha puesto de manifiesto el presente inventario y hasta cierto punto la explotación iniciada recientemente de otros bosques permiten pensar que la merma de unos 1.000 millones de m.³ con corteza es todavía considerablemente menor que el incremento estimado en 1.400 m.³. En los 709 millones de hectáreas de bosques explotados de especies frondosas el incremento bruto puede calcularse aproximadamente en unos 1.370 millones de m.³ con corteza, de los cuales las cortas y pérdidas acaso mermen anualmente 1.200 millones. La considerable importancia de las pérdidas naturales y de las que se producen en las operaciones de explotación y flotación en algunas regiones indican lo mucho que todavía queda por hacer para mejorar la protección de los bosques y los métodos de cosecha.

La ordenación forestal ha adelantado mucho durante el quinquenio, aunque es de temer que algunas de las cifras comunicadas sean un tanto optimistas y que una parte de los mejoramientos reflejados en las estadísticas resulten ilusorios. Motivos intrínsecos patentizan, por ejemplo, que una parte importante de la superficie forestal sometida a ordenación corresponde en muchos casos a una esperanza o a un propósito más que a una realización, porque aun cuando se hayan preparado los planes y se haya iniciado su ejecución, la aplicación en los bosques no siempre se lleva con rigor. Pocas indicaciones hay de que hayan mejorado sustancialmente las prácticas de corta en el conjunto de la superficie forestal mundial, aunque también ahí es posible que las estadísticas disimulen una tendencia de muchas administraciones de montes a imponer niveles más altos según su propio criterio.

Con todo, a pesar de las muchas deficiencias de la información aquí reunida, a pesar de que no se han intentado disimular los vacíos que subsisten y de que los datos raramente pueden compararse de un país a otro y ni siquiera se corresponden siempre en el tiempo, tres aserciones parecen seguras: primero, el presente inventario aporta una imagen más completa de los recursos forestales mundiales que cualquiera de los anteriores; segundo, en el curso de los cinco años últimos se han hecho progresos ciertos en la amplitud y calidad de las estadísticas forestales, y tercero, todavía queda mucho por hacer en numerosos países antes de que las estadísticas forestales nacionales puedan considerarse adecuadas para formular una política forestal a largo plazo o para planear eficazmente las industrias forestales.

Este excelente retrato escultórico de Marcel Leloup, director de Montes y Productos Forestales de la FAO por espacio de doce años y fundador de Unasylva, es obra de Carlos Flinta, funcionario de aquella Dirección. El busto ha sido vaciado en bronce.


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