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Los montes abiertos xerofíticos de Africa al sur del Sáhara

A. L. GRIFFITH

Silvicultor, Organización de Investigaciones Agronómicas y Forestales del Este de Africa

Este articulo es una reducción del capitulo relativo a Africa de una próxima monografía de la FAO sobre las acacias y especies afines. En relación con estas materias existen otras tres publicaciones de la FAO:

Silvicultura tropical, Volumen I (Estudios de silvicultura y productos forestales, N° 13), que contiene una sección interesante sobre los montes caducifolios xerofíticos, de que las sabanas constituyen parte importante;

Métodos de plantación de bosques en el Africa tropical Cuadernos de fomento forestal, N° 8), especialmente en lo que se refiere a la manipulación de las semillas, las técnicas de vivero y los problemas de plantación, y la sección relativa a la elección de especies; y

Elección de especies arbóreas para plantación Cuadernos de fomento forestal, N° 13), especialmente en lo concerniente a los climas de las tierras bajas tropicales.

Los montes abiertos xerofíticos de Africa, al sur del Sáhara, ocupan dos zonas que en total suman 13 millones de kilómetros cuadrados.

La primera zona es una larga faja relativamente estrecha del hemisferio septentrional que se extiende aproximadamente desde el Océano Atlántico en el oeste hasta al Océano Indico en el este, en la península de Somalia. Esta faja ocupa unos 5.200.000 Km.2 y tiene alrededor de 5.600 Km. de oeste a este y aproximadamente 1.000 Km. de norte a sur. Se halla comprendida, poco más o menos, entre los 5° N. y los 23° N. La característica de su vegetación es el predominio de diversas especies de Acacia, especialmente en el centro y en el este. La única especie de Prosopis indígena de Africa (P. africana) se encuentra en la mayor parte de esta faja.

La segunda zona se halla en el hemisferio meridional y ocupa una superficie, aproximadamente circular, de unos 7.750.000 Km.2 en el centro y en el sur del continente. Abarca principalmente Tanganyika, Nyasalandia Rhodesia del Norte y del Sur, el Congo, y Angola y Mozambique. Queda comprendida aproximadamente entre los 5° S. y los 17° S. Como característica de su vegetación destaca la poca importancia de las especies Acacia (exceptuado A. albida) y el predominio del complejo Brachystegia-Isoberlinia-Julbernardia de muchas especies.

En estas zonas los montes abiertos son por lo común de importancia vital para la población local (como sucede por ejemplo en Somalia) o para las grandes industrias locales, de lo que es ejemplo la faja cuprífera de Rhodesia del Norte y del Congo.

Estos montes abiertos africanos han sido tema de estudio de la Comisión de Cooperación Técnica en Africa al sur del Sáhara (C.C.T.A.), Consejo Científico para Africa al sur del Sáhara (C.S.A.), de un Comité de la Conferencia de la C.C.T.A. en Pointe Noire en 1958, y de un grupo de especialistas creado en la citada conferencia y reunido en N'dola, Rhodesia del Norte, en 1959. Entre otras cosas, los técnicos que asistieron a esta última reunión confeccionaron una lista de 80 de las especies más importantes de los montes abiertos africanos de las que se estima que se debe recopilar una información detallada y cuya bioecología silvícola y silvicultura deben investigarse.

He aquí la lista de especies confeccionada en la Conferencia de N'dola:

Acacia albida, A. campylacantha, A. nigrescens, A. sieberiana, A. tortilis
Adansonia digitata
Afrormosia angolensis
Afzelia quanzensis
Albizzia adianthifolia, A. antunesiana, A. versicolor
Anogeissus leiocarpus
Baikiaea plurijuga
Berlinia giorgii
Brachystegia allenii, B. boehmii, B. bussei, B. floribunda,
B. gossweileri, B. longifolia, B. manga, B. microphylla,
B. spiciformis, B. tamarindoides, B. taxifolia, B. utilis,
B. wangermeeana
Burkea africana
Canarium schweinfurthii
Chlorophora excelsa
Chrysophyillum bangweelense
Colophospermum mopane
Combretum laxiflorum, C. molle, C. mechovianum
Commiphora mollis
Cryptosepalum pseudotaxus
Daniella alsteeniana
Dialium englerianum
Entada abyssinica
Entandrophragma delevoyi
Erythrophleum africanum, E. guineense
Faurea saligna
Guibourtis coleosperma
Isoberlinia angolensis, I. dalzielli, I. doka, I. tormentosa
Julbernardia globiflora, J. paniculata
Kirkia acuminata
Lophira alata
Marquesia acuminata, M. macroura
Monotes kerstingii
Oldfieldia dactylophylla
Ostryoderris stuhlmannii
Parinari curatellifolia (mobola), P. excelsa, P. polyandra
Philippia bengualensis
Piliostigma thonningii
Pseudoberlinia baumii
Pseudolachnostylis maprounifolia
Pteleopsis anisoptera, P. myrtifolia
Pterocarpus angolensis, P. chysothrix, P. stevensonii
Ricinodendron rautanenii
Sclerocarya caffra
Sterculia quinqueloba Syzygium guineense
Terminalia mollis, T. sericea
Uapaca nítida, U. kirkiana, U. somon
Zeyherella magalismontana

FIGURA 1. - Montes xerofíticos tropicales y subtropicales

A esta lista hay que añadir Prosopis africana (única Prosopis indígena de Africa) que se encuentra generalmente en el Senegal, Gambia, Guinea y países situados al norte del ecuador, pero al sur del Sáhara, a través de la faja septentrional y que incluso penetra en Uganda. Podría incluirse también Prosopis fischeri (la Pseudoprosopis fischeri de la lista de Tanganyika). Es una especie de «miombo»* que existe en el Congo y en Rhodesia del Norte, pero probablemente no se trata en absoluto de una especie de Prosopis.

* «Miombo» es una palabra del lenguaje swahili de Tanganyika que en un principio designaba una especie (Brachystegia boehmii), pero que actualmente se aplica a todas las combinaciones del complejo Brachystegia-Isoberlinia-Julbernardia.

A continuación se describen con cierto detalle algunos de los montes abiertos característicos de Africa.

SABANA DEL NORTE DE NIGERIA

Los montes xerofíticos de Nigeria ocupan de dos terceras partes a tres cuartas partes de su superficie, abarcando una extensión aproximada de 900.000 Km.2, con una longitud de unos 1.100 Km. de este a oeste y una anchura de 800 Km. de norte a sur. La lluvia varía en ella desde 250 mm. a 1.000 mm., aproximadamente, y en general aumenta gradualmente de norte a sur.

Las temperaturas no son especialmente severas (como sucede corrientemente en los montes xerofíticos situados más a oriente) y rara vez es superior a 41°C. o inferior a 7°C. Las formaciones de monte abierto se encuentran por lo común a altitudes comprendidas entre el nivel del mar y los 900 m. y se caracterizan por una estación seca prolongada y por el consiguiente y considerable riesgo de incendios. Keay, en varios trabajos publicados desde 1949, divide este tipo general de vegetación en varios subtipos. De sur a norte desde los montes más húmedos a los montes abiertos más secos, distingue: (1) Guinea meridional, (2) Guinea septentrional, (3) la zona del Sudán, y (4) la zona de Sahel. Estas zonas generales de vegetación fueron descritas para las regiones de sabana de Africa Occidental por el botánico francés Profesor Chevalier, en 1900, y, prescindiendo de modificaciones relativamente secundarias, sus diferenciaciones siguen siendo admitidas todavía.

Zona de Guinea meridional

Son especies típicas Daniellia oliveri, Hymenocadia acida, Vitex doniana, Detarium senegalense y Afzelia africana. La vegetación característica es un monte sabanero abierto con árboles de hasta 12 a 15 m. de altura con fuste corto y hojas planas. A veces, pero raramente, se encuentran alturas que llegan a 30 m. Una característica de este tipo de vegetación es la producción de incendios violentos en la estación seca. Casi todas las especies tienen una corteza gruesa capaz de resistir el incendio de la vegetación herbácea y poseen una notable facultad de echar vástagos nuevos después de los incendios.

Zona de Guinea septentrional

Esta zona constituye el extremo noroeste de los montes abiertos de «miombo» (Brachystegia-Isoberlinia) del este y el centro de Africa. Las especies principales son Isoberlinia doka, I. tomentosa, Monotes kerstingii, y Uapaca somon, encontrándose también Swartzia, Combretum, Protea, Lannea y Paronari. Esta vegetación alcanza de 9 a 14 m. de altura y las copas de los árboles casi se tocan. Después del apeo se produce generalmente una regeneración profusa de tallares y vástagos.

Zona del Sudán

Esta zona está cubierta por lo común por una capa de arena que descansa sobre gneis y otras rocas ígneas. Son especies típicas, entre los árboles mayores, de 8 a 15 m. de alto, Anogeissus, Sclerocarya, Balanites, Lannea y Prosopis africana, y, entre los menores, de 6 m. de alto, Combretum, Strychnos, Acacia senegal y A. seyal.

Zona de Sahel

Esta zona se extiende por el extremo nordeste del grupo y su extensión es relativamente pequeña. La lluvia es por lo general inferior a 500 mm. La vegetación alcanza hasta unos 9 m. de alto. Especies arbóreas típicas son: Acacia raddiana, A. senegal, A. seyal, A. laeta y Commiphora africana, con matorral de Salvadora, Leptadenia y diversas especies de Grewia.

Estos tipos de vegetación son vitales para la población local a la que proporcionan leña y carbón vegetal, postes para construcción, y pienso para sus animales. Son muy útiles también como cobertera y para la conservación del suelo. Proporcionan algunos productos de importancia secundaria como gomas. Son montes abiertos esencialmente «locales»

La ordenación de estas zonas xerofíticas consiste, por lo común, en cortas rasas reguladas por la extensión, y la regeneración es por tallares y vástagos. El fuego es el gran peligro que en el norte se combate mediante quemas prematuras deliberadas.

En muchas partes de la sabana, se ha intentado la regeneración artificial mediante plantaciones, pero esta labor debe considerarse aún en su infancia. Las especies que han dado resultado hasta ahora son Azadirachta indica, Gmelina arbórea, Tectona grandis, Cassia siamea, Dalbergia spp. y Eucalyptus spp. El objeto de la ordenación es la producción de leña y postes en una rotación corta de unos diez años.

En la sabana natural la rotación es generalmente de 20 a 30 años. Los rendimientos son comúnmente bajos y muy variables, oscilando entre 2 y 22 m.3 de madera apilada, por hectárea.

MONTE ABIERTO XEROFÍTICO DEL SUDÁN

El Sudán abarca una extensión de cerca de 2,6 millones de Km.2 y se halla entre los 4°N. y los 22°N. y entre los 22°E. y los 39°E. La mayoría del monte abierto se encuentra en las dos terceras partes meridionales del país. Las precipitaciones en esta zona de monte abierto aumentan, en general, a medida que disminuye la latitud, desde unos 200 mm. a unos 1.400 mm. Casi todas ellas caen entre mayo y octubre. Las temperaturas son extremas y varían desde 49°C en la estación cálida hasta casi 0° en la fría. La altitud media de estos montes abiertos oscila entre 300 y 900 m.

De norte a sur se encuentran generalmente llanuras arcillosas en el este y arenas en el oeste en las zonas más septentrionales, y suelos de caparazón ferruginoso rojo en las zonas del sur y del sudoeste.

Smith (1949) divide estos montes abiertos de Acacia en varios tipos:

1. Desierto, hasta una precipitación de sólo 50 mm., con Acacia flava (sin. A. ehrenbergiana) como especie característica. En las estaciones favorables son especies asociadas Capparis, Maerua y Leptadenia.

2. Matorral desértico de acacia. Esta formación se extiende hacia el oeste desde las zonas con precipitaciones de 50 mm. hasta las de 400 mm. en las arcillas y margas densas, y las de unos 250 mm. en las arenas. La especie típica es Acacia tortilis con la que se presentan a veces A. raddiana, A. flava, Maerua, Capparis y Boscia.

3. País de formación herbácea corta y acacia. En esta formación A. mellifera es la especie característica en los suelos arcillosos y A. senegal (que es la especie que proporciona la goma arábiga auténtica) en las arenas. Otras especies asociadas son Albizzia, Commiphora y Combretum.

4. País de formación herbácea alta y acacia. Esta formación se da generalmente en zonas con lluvias comprendidas entre 450 y 900 mm.; las especies características en los suelos secos son A. mellifera, A. fistula, A. senegal, A. sayal y Balanites aegyptiaca.

5. Monte mixto caducifolio devastado por los incendios. En este tipo, que es el más húmedo, la acacia principal es A. campylacantha. Son especies asociadas Tamarindus, Anogeissus, Piliostigma, Sclerocarpa y Albizzia. En esta zona se encuentran a veces Prosopis africana, Isoberlinia doka y Uapaca spp.

Smith (1949) clasifica también las especies características con arreglo a las precipitaciones y a los suelos, del modo siguiente:

Lluvia, mm.

Especie


Todas en arcillas

100

Acacia flava, A. orfota, A. tortilis, A. raddiana.

200

A. mellifera, A. fístula. A. sayal var. fistula), A. senegal (sin. A. verek), A. seyal, A. drepanolobium, A. campylacantha, A. sieberiana (sin. A. verugera) A. albida, A. hebecladoides, A. sayal var.multijuga.

1200

A. abyssinica.


En suelos de caparazón ferruginoso rojo

1050

A. hebecladoides, Isoberlinia doka, Vitex cuneaba, Prosopis africana, Anogeissus schimperi, Strychonos spinosa.

1400

Erythrophleum guineense.

Estos montes abiertos tienen importancia extrema para las poblaciones locales y para sus animales. También la tienen como agente de conservación del suelo. Se explotan para la obtención de leña, carbón vegetal, pienso y productos secundarios, como la gema arábiga de A. senegal.

La regeneración es corrientemente natural por semilla, vástagos o tallares. Dos especies que se reproducen artificialmente son Prosopis julilflora, que prospera bien en suelos ligeros con sólo 100 mm. de lluvia y A. arabica (el babul de la India) que prefiere las tierras ribereñas sometidas a inundaciones. Estas dos especies tienen muchas aplicaciones.

El peligro mayor para estos montes abiertos es el fuego, debiendo su pureza a su gran resistencia a los incendios. A. sayal resiste los fuegos más violentos merced a su corteza carnosa. A. mellifera elimina con su sombra la vegetación herbácea que el suelo y las lluvias propenden a desarrollar. Erithrina tomentosa, Cussonia arbórea, Diospyros mespiliformis y Balanitis aegyptiaca resisten el fuego mediante la abundante formación de corteza suberosa.

MONTE ABIERTO DE MATORRAL DE Acacia Y Commiphora DE LA PENINSULA DE SOMALIA

En esta zona se comprende la República Sómala y la región del Ogaden de Etiopía. En términos generales, esta zona está habitada por nómadas pastores cuyo sustento diario y el de sus animales dependen enteramente del matorral. La antigua Somalilandia y la Somalia han sido bien descritas por Lawrie (1954) y Mooney (1958 y 1959). Del Ogaden etiópico se sabe poco.

La parte más septentrional, es decir, la antigua Somalilandia, tiene unos 110.000 Km.2 de extensión y se halla comprendida entre los 8°N. y los 12°N., y los 43°E. y los 49°E. Somalia es una faja costera que se extiende hacia el sur hasta Kenia, en una anchura de 325 Km. y una longitud de 1.600 Km., aproximadamente. Se halla situada entre los 12°N. y los 2°S., y entre los 41°E. y los 51°E.

La región de Ogaden de Etiopía ocupa la parte occidental de esta zona y tiene una extensión aproximadamente igual a la de Somalilandia. Los nómadas pastores ignoran los límites políticos y pasan de una región a otra.

He aquí algunas cifras interesantes relativas a la población humana y animal:

Antigua Somalia Británica

Antigua Somalia bajo admin. italiana

Superficie: 110.000 Km.2

Superficie: 460.000 Km.2

Población: 700.000 habitantes

Población: 1.250.000 habitantes

Camellos: 1,2 a 2,5 millones

Camellos: 1.4 millones

Ganado vacuno: 1,2 millones

Ganado vacuno: 850.000

Ovejas: 2,4 millones

Ovejas: 650.000

Cabras: 1,6 millones

Cabras: 3 millones

No existen datos del Ogaden etiópico. La precipitación anual es escasa y muy irregular, cayendo por lo general unos 250 mm. e incluso tan sólo 50 mm. En las zonas de mayor altitud puede llegar hasta 650 mm. y en condiciones favorables en las montañas puede incluso alcanzar 1.000 mm.

La zona se extiende en altitud desde el nivel del mar hasta unos 760 m. Las temperaturas son extremas y pueden pasar de 43°C. en la estación cálida y descender casi a 0°C. en la fría. Es corriente la existencia de larguísimos períodos de tiempo cálido y completamente seco.

Las especies son, en general, Acacia y Commiphora, que raramente alcanzan más de 3 m. de altura. En Somalia las acacias más importantes son, probablemente, Acacia bussei, A. tortilis, A. spirocarpa y A. etbaica. Estas especies se hallan asociadas con Dobera, Salvadora, Boscia, Cadabra, Maerua, Balanites, Zizyphus y Dichrostachys que a menudo adquieren importancia local. En Somalilandia las especies principales son Acacia bussei, A. mellifera, A. senegal, A. mísera, A. spirocarpa, A. etbaica, A. arabica, A. circummarginata y A. unispinosa.

Logan (1946) cita, como existentes o introducidas en Etiopía central y meridional, Acacia abyssinica, A. albida, A. farnesiana, A. nilotica, A. sayal y A. stuhlmanii.

Poco o nada se sabe acerca de las plagas de insectos y las enfermedades criptogámicas y las virosis en estas zonas, ni en lo referente a desarrollo y rendimiento.

Mooney (1959) considera que las necesidades principales del fomento forestal de estas zonas son las siguientes:

a) La protección y la ordenación (incluso de los pastizales) de algunas de las zonas de acacia de mejor calidad, especialmente cerca de los poblados, a fin de que sirvan de abrigos vivos y de fuente permanente de leña y carbón vegetal de modo continuo y sostenido. Para esto se sugieren las especies A. bussei, A. spirocarpa y A. tortilis.

b) Mejoramiento de los pastos y de los renuevos fuera de las reservas forestales mediante el pastoreo en rotación y la provisión de depósitos de agua en puntos debidamente separados para dispersar el ganado y extender el pastoreo.

c) El mejoramiento de las industrias del incienso, la mirra y la goma arábiga.

d) La protección del país contra la erosión del suelo.

e) La conservación de la lluvia, escasa y caprichosa, caída.

FIGURA. 2 - Monte bajo de Brachystegia deformado en estación mula. - Foto: C. R. Hursh, ICA

FIGURA 3. - Monte de Julbernardia en estaciones de calidad media. La regeneración depende de una protección total contra los incendios. Reserva Forestal de Dzalanyama, Nyasalandia. - Foto: C. R. Hursh, ICA

Este monte abierto de matorral, semidesértico, es de importancia extrema por sus propiedades de conservación del suelo, por lo que su destrucción sería catastrófica. El rápidamente creciente incremento de la población, humana y animal, hace más grave e inminente el peligro de tal destrucción.

El monte abierto se utiliza principalmente para pasto, renuevo, y para la construcción de cabañas temporales, corrales para el ganado vacuno y para la obtención de leña y carbón por los nómadas. Lawrie (1954) ha dado una lista detallada de las aplicaciones de las muchas acacias existentes en Somalilandia. Además, existen algunos otros productos menores en esta zona, cuyo comercio data de miles de años. El incienso de la especie Boswellia, la mirra de la especie Commiphora y la goma arábiga de la Acacia senegal son mencionados 500 años a. de C. por Herodoto, quien al hablar del comercio en el mar Rojo dice que estaba en manos de egipcios y fenicios. Menciona también la canela y la cañafístula del sur de la India.

MONTE ABIERTO DE MATORRAL DE Acacia Y Commiphora DE LA PROVINCIA SEPTENTRIONAL FRONTERIZA DE KENIA

La provincia septentrional fronteriza de Kenia ocupa una superficie de 300.000 Km.2, de los 560.000 Km.2 de todo el territorio, es decir, que equivale a aproximadamente el 53 por ciento del mismo (según el censo de población de 1948 publicado por el Gobierno de Kenia en 1953). Limita al norte, en una longitud de unos 800 Km., con Etiopía y se extiende hacia el sur unos 325 a 500 Km. Se halla comprendida entre 1° y 4° de latitud N.

Su altitud media es de 300 a 750 m., pero existen en ella zonas que se elevan hasta 2.400 m. Las precipitaciones son del orden de 200 a 750 mm., si bien la mayoría de la zona se halla comprendida en la faja de 200 a 400 mm. Estas precipitaciones son muy variables, existiendo fluctuaciones de alrededor del 50 por ciento con relación a la media. Las temperaturas son extremas y oscilan entre 38°C. y las proximidades de 0°C. La lluvia cae generalmente en fuertes tormentas, siendo lo normal la existencia de larguísimos períodos cálidos y secos.

La vegetación de esta zona es un matorral espinoso semidesértico. Consiste en Acacia spp., de las cuales A. drepanolobium es frecuente, Commiphora spp., Phyllanthus spp., Euphorbia spp., Salvadora persica, Dodonea viscosa y Atriplex spp.

La silvicultura apenas se practica en esta zona y la ordenación consiste en un intento de reglamentación de la población pastoral nómada que depende de la vegetación (como se ha dicho ya a propósito de la República Sómala).

Es poco o nada lo que se sabe acerca de las plagas de insectos y de hongos, si se exceptúa la langosta. El fuego no constituye un peligro, pues el matorral está demasiado diseminado en general para permitir fuegos continuos.

Este monte abierto de matorral es extremadamente importante para los nómadas del país, ya que tanto ellos como sus animales dependen enteramente de dicho monte para su subsistencia. Este monte tiene también otro efecto importantísimo sobre la economía de Kenia. La vegetación sostiene una numerosa población de animales salvajes, como elefantes, rinocerontes, búfalos, jabalíes, antílopes (kudú) y leones. Esta caza atrae a turistas, tanto cazadores como fotógrafos, de todos los países y, por ello, constituye un capítulo económico muy importante.

La necesidad de proteger, conservar y ordenar esta extensa zona queda demostrada teniendo en cuenta que el anta, la cebra, el oryx, el gamo y el avestruz están desapareciendo rápidamente. Se trata de una cuestión de supervivencia de los seres mayores, más duros y más resistentes, tanto de la fauna como de la flora.

LOS MONTES ABIERTOS DE «MIOMBO» DE AFRICA CENTRAL

Estas combinaciones del complejo Brachystegia-Isoberlinia-Julbernardia forman una zona compacta de aproximadamente 7.750.000 Ha. en el centro y el sur de Africa central, probablemente una de las zonas compactas de un tipo forestal de mayor extensión de todo el mundo. Se extiende entre los 5°S y los 25°S. y, por lo tanto, se halla prácticamente en su totalidad en la zona tropical del sur. De oeste a este, y en su parte más ancha, se extiende casi desde el océano Atlántico al Indico. Se presenta en Tanganyika meridional, Nyasalandia, Rhodesia del Norte y del Sur, Congo, Mozambique al este y Angola al oeste. La zona más característica es el monte abierto de Rhodesia del Norte, que tiene una precipitación anual de unos 1.150 mm. Esta lluvia es muy variable, pues oscila entre 625 y 1.270 mm. Existe una larga estación cálida y seca que dura de seis a ocho meses. Las temperaturas varían desde 16° a 27°C. en la estación fría, aunque a veces hiela, hasta 27° a 49°C. en la estación cálida. La altitud media es de 900 a 1.500 m.

Los suelos de esta zona son generalmente los siguientes:

a) Tierras rojas - suelos arenosos y arcilloarenosos.

b) Suelos de meseta (con lateritas), que generalmente sostienen un monte abierto de «miombo».

c) Arenas del Kalahari, en que se da el monte abierto de Burla, Baikiaea y Cryptocephalum.

d) Suelos de los valles altos en que, por lo común, prospera el maíz.

e) Suelo de los valles bajos con lluvias escasas y temperaturas extremas donde son comunes las especies «mopane» (Colophospermum), Acacia y Combretum.

f) Suelos de la cuenca de los lagos (Chipya) que, en general, son los más a propósito para la introducción de especies exóticas.

Las especies principales del tipo se han reseñado ya, pero por lo general son de los géneros Brachystegia, Isoberlinia y Julbernardia. Además, es común el bambú Oxytenanthera abyssinica.

La silvicultura de estos montes abiertos es corrientemente sencilla y los métodos de trabajo dependen por completo de las condiciones locales. Por ejemplo, en la faja cuprífera de Rhodesia del Norte y del Congo la dificultad está en impedir la destrucción de los montes abiertos, mientras que en Tanganyika está en encontrar el medio de explotarlos. Los rendimientos son bajos y del orden de 0,6 m.3 por Ha. en los montes ya explotados con anterioridad. El valor de la producción es pequeño también, pero resulta esta producción absolutamente fundamental para la continuación de la explotación de las minas de cobre y de uranio.

FIGURA 4. - Masas defectuosas en estaciones dañadas. La rehabilitación requiere la exclusión completa del ganado durante varias decenas de años después de una corta rasa y de la introducción de vegetación herbácea. Un problema grave de los montes abiertos xerofíticos. Brachystegia en el Distrito Mzimba, Nyasalandia. - Foto: C. R. Hursh, ICA

Hay pocos datos acerca de las plagas de insectos o de las enfermedades criptogámicas y las virosis de estos montes.

El método general de ordenación consiste en efectuar cortas rasas con regeneración natural por tallares y vástagos. La rotación será probablemente del orden de cien años.

Las cortas totales van seguidas por una estricta protección contra los incendios. La protección completa contra los incendios no es generalmente posible, por lo que corrientemente se acude al sistema de las «quemas prematuras». C. E. Duff, en 1933, inició experimentos intensivos sobre el efecto de (a) la protección completa contra los incendios, (b) las quemas prematuras, y (c) las quemas tardías. Estos experimentos han sido evaluados por Trapnell, habiéndose publicado en el Journal of Ecology en 1959, es decir, al cabo de 26 años.

El aprovechamiento de estos montes abiertos varía enormemente. En la zona minera de la faja cuprífera de Rhodesia del Norte y del Congo, como se ha dicho antes, la dificultad está en detener la destrucción de tales montes, mientras que, por ejemplo, en Tanganyika lo que es difícil es encontrar aprovechamiento a dichos montes.

Debe subrayarse que en la minería de cobre se utiliza muy poca madera en forma de puntales clásicos. La madera de Brachystegia se emplea para vigas, frecuentemente en rollizos, en tamaños de unos 0,3 por 0,3 m. y longitudes de 3,5 a 5 m. La de Baikiaea se utiliza en tamaños menores y generalmente para traviesas en los ferrocarriles eléctricos subterráneos. A menudo se usa verde y sin someter a tratamiento alguno, y aun así ha durado muchos años en condiciones extremas de humedad y sequedad.

Otra aplicación fundamental de la madera del país en las minas de cobre es su empleo en forma de postes, que deben estar recién cortados y verdes, para la desoxigenación de los minerales en su fusión inicial. Estos postes tienen unos 6,7 m. de largo y 0,3 a 0,6 m. de diámetro. Frecuentemente son de especies exóticas «locales» como Acrocarpus. Además de esto, se consume una gran cantidad de leña en las zonas mineras.

En Tanganyika, donde no existe minería, estos montes de «miombo» se dedican a la apicultura (como sucede en los montes xerofíticos del sur de Grecia), hasta el punto de que Tanganyika es actualmente uno de los principales exportadores de miel y cera de abejas de todo el mundo. La mayor parte de las exportaciones se envían al Lejano Oriente y en especial al Japón.

Los montes abiertos de «miombo» en Tanganyika se diferencian de los de Rhodesia del Norte en que aun cuando las precipitaciones se hallan análogamente comprendidas entre 635 y 1.300 mm., su altitud es mucho más variada, pues oscila de 300 a 1.800 metros.

Otra diferencia importante es que los montes de «miombo» en Tanganyika encierran una especie relativamente valiosa Pterocarpus angolensis (denominada en el país «muninga»). Sin embargo, esta especie está muy diseminada pero, debido a su valor, su distribución y su silvicultura se estudian intensamente. Si se exceptúan las zonas como la faja cuprífera, el aprovechamiento de la madera de «miombo» (aparte especies tan valiosas como Pterocarpus angolensis) es difícil. Los problemas principales son: (a) la poca densidad de las masas, (b) la escasa proporción de especies valiosas, y (c) la dificultad que presenta la labra de la mayoría de las especies de «miombo». (Tanto para el aserrío como para la labra son requisitos esenciales el empleo del tipo correcto de sierras, una buena conservación, una maquinaria bastante fuerte y la energía adecuada.) Los tratamientos de curado y conservación son difíciles ambos, pero fundamentales.

FIGURA 5. - Latizales de Sesbania al año de la plantación. En el vivero de Namilombwa se ensayan variedades selectas. - Foto: C. R. Hursh, ICA

Hay que recopilar muchos datos acerca de la botánica, la silvicultura, la ordenación y el aprovechamiento de este tipo de monte extensivo.

Los trabajos preliminares versarán principalmente sobre dos puntos:

1. Información

El intercambio completo de la información actualmente disponible.

2. Silvicultura

a) El mejoramiento de las técnicas de enumeración.

b) Los efectos del fuego sobre las zonas explotadas en regeneración y sobre la calidad de la madera en maduración.

c) Los efectos de la competencia sobre las especies económicamente valiosas.

d) La repoblación de las zonas de «miombo» con otras especies.

e) La ecología de Pterocarpus angolensis y especialmente la posibilidad de obtener una concentración mayor de esta especie.

f) La regeneración artificial de P. angolensis.

3. Aprovechamiento

a) El mayor empleo de especies secundarias, sobre todo de Brachystegia spp. e Isoberlinia spp.

b) El mejoramiento de la eficacia del acarreo para contrarrestar la actual densidad baja de madera útil.

c) El aserrío móvil para reducir la cantidad de desperdicios (serrín y recortes) que hay que transportar.

4. Apicultura

Esta aplicación se estudia detenidamente en Tanganyika y debe extenderse más.

LAS «CHIPYAS» DE RHODESIA DEL NORTE Y DEL CONGO

En el apartado anterior relativo a los montes abiertos de «miombo» se ha indicado que el rendimiento en tales montes es bajo y que en las zonas mineras, como en la faja cuprífera, la demanda de productos forestales es muy elevada. Se ha intentado muchas voces reemplazar el «miombo» por especies exóticas de crecimiento rápido, habiendo sido muchas las especies de esta clase que se han ensayado, como también muchos los fracasos sufridos. Esto ha conducido a un estudio intensivo de las condiciones del suelo. Hasta ahora, los resultados mejores se han logrado en las zonas «chipya». Esta palabra pertenece al lenguaje bantú y significa «intensamente quemado». Se aplica o bien a un tipo particular de suelo o bien a la vegetación que crece en él.

La vegetación consiste por lo general en diversos árboles distintos de Brachystegia e Isoberlinia que crecen mezclados con gramíneas altas, a las que se deben los incendios. Las pruebas botánicas indican, por la naturaleza siempre verde de los vestigios, que este tipo de vegetación alcanzó en otro tiempo mucha mayor extensión. Existen especies como Syzygium, Steganthus, Chrysophyllum e incluso Entandrophragma. También se encuentran masas diseminadas de Marquesia que ceden ante el monte abierto de Brachystegia hockii y franjas de Uapaca spp.

Bajo la superficie, que a menudo es muy diferente de las capas inferiores, hay un suelo húmico de color pardo grisáceo oscuro o chocolate, o incluso negruzco, de estructura bastante suelta con una base arenosa definida, tan rica en humus que puede pasar por un suelo franco. Es un suelo claramente ácido con un pH de 4,2 a 4,8 en sus 0,6 m. superiores, Trapnell (1953).

Las especies exóticas más prometedoras ensayadas hasta ahora (después de 25 años de experiencias), son Pinus insularis de Filipinas, y P. michoacana de México. También hay que mencionar los ensayos de introducción con eucaliptos. Las especies más satisfactorias hasta ahora son Eucalyptus citriodora y E. saligna (ésta, sin embargo, es de origen sudafricano y, por ello, probablemente se trata de un híbrido de E. saligna y E. grandis, con gran preponderancia de esta última). El eucalipto se cultiva por una técnica local denominada chitimene que corresponde al método rab de la India. Consiste en una corta rasa de matorral indígena seguida por la recolección y el apilamiento de la broza en grupos o en fajas a nivel. Esta broza se quema luego y la semilla de eucalipto se siembra a voleo en las cenizas resultantes. Este método se combina a veces con el cultivo de plantas como mijo, cacahuete y habas. Se trata, en efecto, de una técnica taungya modificada. Se mencionan los nombres locales pues es frecuente encontrarlos en la literatura sin explicación alguna.

LOS MONTES ABIERTOS DE «TECA DE RHODESIA» (Baikiaea plurijuga)

Estos montes y montes abiertos han sido descritos diestramente por Martin (1940) y por Watson (1950) en su plan de trabajo para el período 1951-1957. La especie que pertenece a la familia Caesalpiniaceae no debe confundirse, desde luego, con la teca auténtica de Asia (Tectona grandis). Se limita más o menos a las arenas profundas de Rhodesia del Norte y del Sur, al norte de Bechuanalandia y a la faja de Kaprivi y el sudeste de Angola. Esta región es la continuación septentrional de la región de Kalahari y formaba parte a finales de la era terciaria de un desierto que cubría la mayor parte del Sur de Africa. En el sudoeste de Rhodesia del Norte ocupa unos 28.000 Km.2 en la zona de Barotselandia. Estos montes abiertos de Barotselandia están comprendidos aproximadamente entre los 16°S. y los 18°S. y los 23°E. y 25°E.

Las precipitaciones ascienden a unos 500 mm. pero son muy variables, pues pueden ser de sólo 300 mm. hasta 1.000 mm. La temperatura llega a una máxima media de 32° a 35°C. en invierno. En verano, se han registrado temperaturas extremas de 43° a 49°C. En invierno pueden producirse graves heladas locales. La altitud general es de 900 a 1.200 m.

Martin (1939), como resultado de múltiples análisis, dividió los suelos en dos tipos:

a) Arenas del Kalahari superior, gruesas y relativamente sin erosionar, con un 20 por ciento aproximadamente de arena fina en una capa superior de un pie de espesor, poder de retención de agua, capilaridad y capa freática reducidos, y, por ello, capaz de soportar solamente un monte abierto sabanero relativamente pobre.

b) Arenas del Kalahari inferior, erosionadas, con hasta 50 por ciento de arena fina en la capa superior de un pie de profundidad. Poder de retención de agua, capilaridad y capa freática grandes y, por ello, capaces de sostener un monte relativamente denso y bien desarrollado.

La característica de estos montes y montes abiertos es la naturaleza casi pura de las masas de Baikiaea plurijuga, ya sea en montes, montes abiertos o sabanas. En algunas de las zonas mejores se encuentran masas de hasta 50 árboles por acre, con fustes limpios casi cilíndricos hasta 11 m. de la altura total que llega a 18 y 20 m. Existe un sotobosque caducifolio lento de trepadoras leñosas, principalmente Combretums, Canthiums y Dalbergia glandulosa. Las gramíneas y la vegetación herbácea faltan casi por completo. Unas veces se encuentra Pterocarpus stevensonii como subdominante y otras como codominante.

En este tipo de monte abierto (opuesto al tipo de monte), Martin distingue (a) un monte abierto mixto donde Baikiaea tiene como especies asociadas Copaifera coleosperma, Burkea africana, Pterocarpus angolensis, Ricinodendron rautanenii y en ocasiones Brachystegia spiciformis, y (b) un monte abierto puro con pocas especies arbóreas aparte Baikiaea. Este monte abierto tiene un sotobosque denso pero no trepadoras.

La explotación de estos montes abiertos se ha efectuado por cortas selectivas, lo cual ha tenido como efecto principal la destrucción de las propiedades de resistencia al fuego del monte natural. La cubierta de copas se rompe o desplaza, en el suelo queda broza de las copas y ramaje, y todos los años se produce una abundante formación de gramíneas. Esto ha conducido forzosamente a la necesidad de una protección contra los incendios bastante intensiva, mediante a) quemas parciales (quemas prematuras), b) limitación exterior de los incendios por construcción de trincheras externas, y c) protección contra los incendios concentrada por barreras cortafuegos internas.

Años de semillación completa tienen lugar a intervalos de 2 a 4 años, produciéndose entonces una cantidad abundante de semilla. Los árboles al abierto florecen todos los años. Las vainas rompen con un ruido agudo y la semilla es despedida a una distancia de unos 32 m. No se conoce otro medio de dispersión. La semilla no flota y los pájaros y los animales la destruyen al comerla. El árbol comienza a fructificar hacia los 30 años. Las semillas son viables en un 90 por ciento y la germinación es rápida cuando cesan las lluvias. La regeneración es frecuentemente profusa, pero los roedores comen la semilla y las plantitas jóvenes. Esto, unido a los daños que produce la estación seca, hace que al cabo de un año el número de plantitas que sobreviven sea pequeño. La plántala echa una larga raíz principal que alcanza profundidades de seis pies o más al término de las primeras lluvias. En los árboles adultos esta raíz principal puede llegar a 9 m. o más de profundidad. El crecimiento por encima del suelo es lento y puede ser de 13 cm. en el primer año y de 30 cm. en tres años. Las cepas de menos de 30 cm. de diámetro rebrotan y dan vástagos abundantemente. El rebrote de cepa y de vástago es, sin embargo, inferior por lo general.

Es poco lo que se sabe referente a plagas de insectos y enfermedades criptogámicas y virosis de estas especies. El fuego es el peligro principal que puede ocasionar la seca de las plantitas año tras año. Los fuegos más perjudiciales son los tardíos. Los prematuros tienden a extinguirse en el borde del monte.

Se han registrado rendimientos de hasta 5 m.3 por hectárea en extensiones bastante grandes, pero una cifra media de 0,5 a 1 m.3 por hectárea es probablemente más normal.

La madera de Baikiaea es dura, densa, de fibra apretada y duradera, de color pardo recién cortada que se vuelve pardo-oscuro con el tiempo. Su peso, secada al aire, es de 0,7 a 0,8 Kg./m.3 Se labra con bastante facilidad y adquiere un hermoso acabado que unido a su resistencia al desgaste hacen de ella una madera valiosa y duradera para suelos. Debido a la lejanía de los montes de Baikiaea, esta especie sólo puede explotarse en gran escala para traviesas de ferrocarril. El duramen, que constituye alrededor del 80 por ciento de los troncos maduros, es inmune a los ataques de los barrenillos y de los termes y duradero en contacto con el suelo. La albura absorbe bien las sustancias de conservación pero el duramen es muy refractario a ellas. En pruebas hechas en los ferrocarriles de Rhodesia, traviesas de Baikiaea han demostrado una vida mínima de 15 años. Las traviesas colocadas en verde y sin tratar han dado resultados extremadamente buenos en los ferrocarriles subterráneos de las minas de cobre.

La producción de madera aserrada de Baikiaea en los aserraderos de Zambesi en 1958 (a modo de ejemplo) fue:


m.3

Traviesas de ferrocarril

25.000

Tarimas y tarugos

2.000

Otras aplicaciones

7.000

El plan de trabajo señala rendimientos anuales, desde 1931 a 1948, que oscilan desde 42.000 m.3 a más de 85.000 m.3.

Como comentario final acerca de estos montes abiertos, más bien remotos y relativamente desconocidos, he aquí un párrafo del plan de trabajo:

«El pueblo de Barotse depende en gran manera de sus montes, no sólo para la satisfacción de sus necesidades, sino también para conservar la fertilidad del suelo de las arenas en que crecen sus cultivos comestibles».

Martin (1941) ha estudiado a fondo la cuestión en su informe sobre la silvicultura en Barotselandia.

LOS MONTES ABIERTOS DE «MOPANE» DE RHODESIA DEL SUR

Esta especie, Colophospermum mopane (conocida antiguamente con el nombre de Copaifera mopane), crece hasta una altura de 15 m. o más, y corrientemente hasta unos 9 m.

En general, se encuentra en una faja periférica de Rhodesia del Sur, pero se extiende por los países vecinos como Rhodesia del Norte, la provincia meridional de Nyasalandia, Bechuanalandia y el nordeste de la provincia de Transvaal de la Unión Sudafricana. Su área de crecimiento se halla comprendida aproximadamente entre los 15°S. y el trópico de Capricornio. Es imposible estimar con una precisión razonable la superficie ocupada por este tipo.

Se da en zonas de 375 a 1.000 mm. de lluvia. Las temperaturas son bastante extremadas y varían entre algunos grados sobre cero en tiempo frío y más de 38°C. en tiempo cálido. Los largos períodos de sequía son cosa normal, existiendo corrientemente un período seco que va de abril a noviembre. La altitud en que se presenta este tipo varía entre 300 y 1.200 m.

Este tipo de monte abierto no se encuentra por lo general en las arenas del Kalahari, sino en afloramientos basálticos en la zona general de las arenas. El aspecto externo general de los suelos de «mopane» es de esterilidad. El suelo en una primera capa de algunas pulgadas presenta un pH mayor de 6 y hasta una profundidad de unos 2 m. es extremadamente alcalino con un pH superior a 8.

Los montes son esencialmente locales y no existe protección, silvicultura u ordenación alguna del tipo en Rhodesia del Sur.

Este tipo debe su supervivencia a su gran resistencia al fuego y a su facultad de producirse por cepas y vástagos. Esta reproducción es a menudo de iniciación lenta. Florece y fructifica irregularmente.

La especie se presenta por lo normal bastante pura debido a su facultad de resistir el fuego, el avenamiento extremadamente malo del suelo y el elevado pH de éste. Cuando no crece pura, las especies con que se asocia comúnmente son: Adansonia digitata (baobab), Brachystegia boehmii, Kirkia acuminata, Acacia nigrescens y Commiphora. En ocasiones, se encuentran como especies asociadas Afzelia quanzensis, Albizzia anthelmintica y Combretum spp.

La madera de este árbol se utiliza normalmente en el país para postes para cercas y para leña. Su duramen es de color rojo oscuro o casi negro, y denso, duro y duradero. Secada al aire, pesa unas 75 libras por pie cúbico. Es apropiada para traviesas y para tarugos para suelos. Se utiliza mucho en minería (Pardy 1953). Las hojas del «mopane» son ramoneadas por el ganado y el árbol es muy útil para proteger el suelo contra la erosión.

Con el creciente rápido incremento de la población y los modernos métodos agrícolas que han demostrado que el maíz y el mijo pueden cultivarse marginalmente en estas tierras, es probable que este tipo desaparezca, por lo que es necesario establecer sobre bases racionales el aprovechamiento de la tierra en estas zonas de «mopane».

La velocidad de crecimiento de este árbol es lenta probablemente aún más que la de Brachystegia o de Baikiaea Una buena cifra media de incremento del diámetro normal es 3 mm. por año en condiciones de competencia corriente, y un incremento de volumen comparable es 0,06 m.3 por hectárea y año.

En cuanto a los insectos y plagas y enfermedades criptogámicas que atacan a este tipo se sabe poco, pero sí se sabe que una elevada proporción de ejemplares de «mopane» de Rhodesia del Sur la constituyen árboles enfermos. Son corrientes los fustes huecos y más abundantes aún los agujeros visibles en los troncos. Este daño se atribuye generalmente al fuego, pero lo más probable es que se deba a la seca de las ramas a la que sigue la podredumbre del duramen, estando asociada aquélla con la deterioración progresiva de las condiciones del suelo (Hodgson, datos inéditos, 1960).

Prosopis EN AFRICA MERIDIONAL Y AFRICA SUDOCCIDENTAL

La situación la describe certeramente Jurriaanse en un memorándum sin fecha sobre los árboles forrajeros. En este documento estudia la valía de otras especies como son Gleditsia spp., Zizyphus spp., Bauhinia spp., Capparis spp., Tarchonanthus spp., Salix spp., Grewia spp., Rhus spp., Acacia giraflae, A. albida y otras varias especies de acacia y «mopane» (Colophospermum mopane).

Diversas especies de Prosopis se introdujeron en el sur de Africa procedentes de las regiones sudoccidentales secas de Estados Unidos, y desde México en Chile, donde crece en condiciones bastante análogas a las en que se desarrolla Acacia karoo en el sur de Africa.

Las especies Prosopis se introdujeron antes de 1900 y prontamente se adaptaron por sí solas a las zonas más secas como Karu, Napakualan y sudoeste de Africa. Alcanzaron tal difusión, tanto artificial como naturalmente, que hoy día se consideran indígenas. Se han perdido los registros de las introducciones primitivas y Prosopis se ha hibridado hasta el punto de que en la actualidad es casi imposible distinguir las especies y menos aún los orígenes de las semillas.

En condiciones favorables, las especies Prosopis forman árboles bastante grandes que alcanzan alturas de 15 m. con diámetros de fuste de 0,9 m. En el sur de Africa, las Prosopis no prosperan en las zonas donde llueve mucho, sino que parece que prefieren una precipitación de 250 a 500 mm. anuales. El mezquite, nombre mundialmente aceptado para las especies de Prosopis, prefiere los suelos ricos en minerales. Tiene también preferencia por los suelos calizos donde llueve poco.

En el sur y en el sudoeste de Africa se aprovecha principalmente por el valor forrajero de las vainas y, con tal que puedan obtenerse estirpes muy productoras, el mezquite promete ser el árbol forrajero ideal de las regiones áridas, pues se suele propagar en condiciones en que prácticamente no puede hacerlo ninguna otra planta forrajera (Jurriaanse). Ceratonia siliqua (el algarrobo del Cercano Oriente) debe ensayarse más adecuadamente en las regiones secas de Africa al sur del ecuador.

Se sabe poco acerca del modo en que estas especies forrajeras deben cultivarse en relación con el ganado a que han de servir de alimento y protección. ¿Deben cultivarse en tallares irregularmente diseminados o en tallares dispuestos regularmente en líneas o en otra forma? Los rendimientos anuales de forraje de mezquite varían entre 90 y 225 Kg. por árbol.

Prosopis se aclimata bien en ciertas partes de las zonas de lluvias escasas del sur de Africa y se está expandiendo de modo natural por las sabanas por medio de las semillas sin digerir esparcidas por el ganado, hasta el punto de que puede llegar a ser una plaga, como ha ocurrido en otras partes del mundo, y puede que tenga que ser desarraigada o al menos sometida a ordenación. Esto demuestra el peligro de las introducciones hechas sin un criterio de selección de especies y estirpes posiblemente indeseables del género. El Comité Fitosanitario para Africa de la C.C.T.A. está al corriente de este problema y recomienda que se tomen todas las precauciones posibles. Asimismo, subraya la necesidad de efectuar estudios concienzudos antes de introducir nuevas especies o nuevas estirpes de la especie en zonas nuevas. Muchos de los fracasos de las introducciones de Prosopis se deben probablemente al empleo de especies o de estirpes inadecuadas para las zonas en que se introdujeron.

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