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Estudio de caso 7. HENO Y PAJA EN AFGANISTÁN (CONSERVACIÓN DE FORRAJES PARA INVIERNOS LARGOS)


Todo el pais es árido a semiárido y en las zonas montañosas los inviernos son largos y severos; el Cuadro 20 da referencias de sus condiciones climáticas. Si bien el tamaño de los predios agrícolas es muy pequeño y la producción animal está limitada por la disponibilidad de agua para riego, el forraje -la mayor parte del cual es para heno- es un importante cultivo tradicional. Los forrajes se cultivan en muchos sistemas de producción y la producción de heno es tradicional en todo el país, especialmente las leguminosas forrajeras bajo riego. La alfalfa (Medicago sativa) y el trébol persa (Trifolium resupinatum) son las especies principales. La preferencia por las leguminosas se basa en tres razones, además de su crecimento favorable en esa región: complementan los residuos ordinarios usados durante el invierno para alimentar el ganado, no requieren fertilizantes nitrogenados, y mejoran la fertilidad del suelo.

Cuadro 20. Datos climáticos de algunas estaciones en Afganistán

Estación

Temperatura (°C) enero

Temperatura (°C) julio

Precipitación (mm)

(altitud msnm)

máxima

mínima

máxima

mínima

REGIÓN NORTE Y NOROESTE

Faizabad (1 200)

6,7

-4,7

33,4

16,0

321

Kunduz (433)

7,3

-2,4

33,7

21,1

349

Mazar-i-Sharif (348)

9,1

-2,0

33,6

23,3

190

Herat (964)

10,4

-2,9

36,4

21,2

241

REGIÓN DE LAS MONTAÑAS CENTRALES

Lal (2 800)

-3,4

-21,4

23,1

4,2

282

Kabul (1 791)

3,3

-7,4

32,2

14,0

276

Ghazni (2 183)

1,6

-10,7

30,3

13,9

292

REGIÓN SUR, ESTACIONES EN ZONAS BAJAS

Farah (660)

13,9

0,2

42,3

24,3

77

Kandahar (1 010)

13,2

0,1

40,4

22,7

132

Khost (1 164)

13,4

-1,1

33,9

21,9

442

Jalabad (580)

16,0

2,6

39,3

27,1

164

El área forrajera se redujo considerablemente cuando las familias de agricultores eran refugiados, pero cuando los cultivos de subsistencia se reinstalaron y se estabilizó la producción de los grupos familiares, la producción de forrajes también comenzó a progresar rápidamente. Los forrajes tradicionales se encuentran en muchas áreas, sobre todo en las áreas que abastecen de leche a los centros urbanos. Los mercados de semillas visitados en muchas partes del país tienen en casi todos los casos semillas de los forrajes locales; sin embargo, la producción dentro de la finca y el intercambio de las semillas entre los agricultores son las principales fuentes de las mismas. La semilla de alfalfa y de trébol persa son en general producidas localmente ya que las condiciones climáticas son favorables para su producción, sobre todo en Ghazni y Herat que son zonas de gran producción de semillas. Anteriormente, la semilla de alfalfa se producía para la exportación; al restablecerse la producción comercial se vende en grandes cantidades a Baluchistán (Quetta, Pakistán), así como para satisfacer las necesidades nacionales. La proporción de forrajes en las rotaciones es variable pero según las condiciones locales y las necesidades de los agricultores, oscila entre 5 y 10 por ciento.

El informe del proyecto del Programa de Cooperación Técnica de la FAO TCP/AFG/ 4552, indica que:

«La principal producción y la mayor necesidad de forraje para las vacas ocurre durante el verano y los bueyes deben estar en buen estado para los trabajos de primavera, pero el abastecimiento insuficiente de forraje a fines del invierno es, probablemente, el mayor problema. Además de la escasez de la producción debida a la poca tierra disponible y a la falta de agua, sería interesante conocer si existen otras razones como la falta de mano de obra durante el período de producción de heno o técnicas de conservación inadecuadas que contribuyen a la deficiencia en el período invernal».

El informe técnico (O. Thiene) sobre la producción animal del mismo proyecto discute los problemas del forraje y el heno en la forma siguiente:

«En Afganistán, la producción ganadera depende básicamente del pastoreo, pero sólo cerca del 40 por ciento del área es adecuada para pastorear durante el invierno (Yalçin, 1979). En las partes más altas y en las montañas con bajas temperaturas, durante el largo período invernal cubierto de nieve todos los animales se alimentan bajo techo y en las partes más altas del norte sólo se hace con los rumiantes. En las zonas más cálidas del sur y el este de Afganistán el ganado permanece al abierto durante todo el año. La alimentación suplementaria con cultivos forrajeros frescos, heno de pasturas naturales o cultivos forrajeros, subproductos agrícolas o concentrados durante los períodos de escasez o de producción importante es, sin embargo, común en muchas áreas. Los cultivos forrajeros más importantes son la alfalfa (Medicago sativa), el trébol persa (Trifolium resupinatum) y en las áreas más cálidas del este de Afganistán, el trébol de Alejandría (Trifolium alexandrinum). Estos forrajes se usan sobre todo para la alimentación de los rumiantes. El trébol persa se da fresco a los animales y la alfalfa y el trébol de Alejandría se dan frescos o como heno. La alfalfa fresca o henificada también es vendida a otros productores; se maneja como un cultivo perenne pero la duración de su utilización varía según las diferentes áreas de dos a ocho años. El trébol persa se siembra como un segundo cultivo y se cosecha principalmente al final de la primavera. En la provincia de Ghazni los rendimientos de heno de cuatro cortes de alfalfa alcanzaron a 7-9 t/ha y los de trébol persa llegaron a 2,5-3,5 t/ha (ASA, 1993). En algunas áreas, hasta el 10 por ciento de la tierra, antes de 1988 se sembraba con cultivos forrajeros (Grotzbach, 1990) y parecería que la producción de forraje, después de ese período, ha recuperado un lugar importante en el sistema de producción. Asumiendo que los cultivos forrajeros se siembran en un cinco por ciento de las tierras arables, se producen por lo menos un millón de toneladas de equivalente heno.

Aún los agricultores más modestos tienen por lo menos una vaca para los requerimientos familiares de productos lácteos; sin embargo, muchos agricultores tienen más de una vaca, algo común en todo el país (ASA, 1993). En todas las áreas visitadas durante la misión, los agricultores mostraron gran interés en aumentar la producción de leche de su ganado. En comparación con los pequeños rumiantes, el ganado bovino presenta ventajas para la producción de leche, especialmente en el caso de los pequeños agricultores. Unas pocas cabezas de ganado bovino son más fáciles de manejar que las cabras o las ovejas, las vacas tienen un período de lactación más largo, su producción está menos sujeta a la estacionalidad y además, permanecen en las aldeas todo el año abasteciendo de leche fresca y productos lácteos a todo el grupo familiar. Al contrario, en razón del sistema común de manejo, muchas ovejas y cabras se trasladan durante el período de lactación a las praderas de verano alejadas de los centros poblados, eliminando así la posibilidad del abastecimiento cotidiano con productos lácteos frescos, especialmente a las mujeres y a los niños. Durante la primavera y el verano, el ganado estabulado recibe alfalfa o tréboles -persa o de Alejandría- frescos, varias veces al día, o cuando vuelven al establo al atardecer, los animales que están a pastoreo. En todo Afganistán, las fuentes más importantes de forraje durante el invierno son la paja de cereales, el heno de gramíneas y leguminosas y los tallos de maíz. Otras fuentes de materiales voluminosos como las hojas de la espina de camello (Alhagi sp.) en Badakshan, en las llanuras del norte del Turkestán, tienen sólo una importancia regional. Se hacen grandes esfuerzos para recolectar suficiente forraje, especialmente en aquellas áreas con largos inviernos como Badakshan o Hazarajat, y el heno se almacena encima de los establos o de los refugios del ganado (Centlivres y Centlivres-Demont, 1977). Muy a menudo la paja de trigo se mezcla con heno de leguminosas antes de darla al ganado. Bouy y Dasniere (1994) calcularon que en las comunidades de Badaskhan hay una disponibilidad de una tonelada de paja y 200 kg de heno de leguminosas por cada unidad animal (300 kg), lo cual era suficiente para el período de alimentación en encierro de cerca de 110 días. En contraste con esto, la información recolectada de los agricultores en Ghazni y en Kandahar (ASA, 1993) indica que muchos agricultores tienen que comprar paja y/o heno para proporcionar suficiente forraje a su ganado durante el invierno. Las vacas en ordeñe y los bueyes de trabajo por lo general también reciben en invierno un suplemento con concentrados como torta de semillas de algodón, o granos de maíz o cebada. La información acerca la cantidad ofrecida cada día varía entre 250 a 400 gramos en Ghazni y Khost (Barker y Rahmani, 1994; Halimi, 1995), 1,8 kg en Sar-i-pol y 2,5 kg in Balkh (obs. pers., 1996; ASA, 1993).

Durante el invierno, los pequeños rumiantes se encierran en refugios cuando hay mal tiempo y en la noche. En este período se dan a los animales distintos tipos de heno, paja, hojas, forrajes locales y concentrados. En Nuristán, el forraje más importante para las cabras son las hojas de los árboles de encinas siempreverdes (Edelberg y Jones, 1979). La cantidad total de alimentos que se dan a los animales y el largo del período depende de la región y de las condiciones del tiempo. Un suplemento de concentrados, con 250-400 g de maíz o cebada durante dos meses parece ser una práctica común (ASA, 1993); McArthur (1980) encontró que la práctica local de dar esos concentrados antes del nacimiento de los corderos era más económica que alimentar toda la majada».

Residuos de cultivos

Son una fuente importante de alimentos en los sistemas sedentarios de producción. El trigo es el principal cultivo de invierno si bien también se cultiva algo de cebada. El maíz, y en algunos lugares el arroz, son los principales cultivos de verano. Los tallos de las leguminosas como el caupí (Vigna spp.), las lentejas, las arvejas de campo y los maníes son usados como forraje. Los tallos de algodón pueden ser pastoreados o llevados al establo como forraje o para combustible. Los métodos locales de trilla del trigo aplastan la paja la cual puede de esa manera ser fácilmente almacenada y ofrecida al ganado. Se ha demostrado el tratamiento de paja de trigo con urea, pero en algunas áreas hay escasez general de materia seca por lo que los tratamientos que aumentan la ingestión de alimentos son difíciles de aceptar. Los bloques de suplementación de urea/melaza para los forrajes basados en la paja, en invierno, han tenido resultados promisorios y parecen estar difundiéndose en algunas áreas.

La mayor parte de la paja y de los tallos aplastados de las leguminosas son almacenados en montones cubiertos de barro. En las zonas en que el abastecimiento excede a las necesidades o cuando se necesita dinero en efectivo, se venden los residuos de los cultivos, sobre todo a los Kuchis, pero algunos lugares en que escasea la paja para su uso en el invierno, se transporta desde grandes distancias.

Heno y cultivos forrajeros

La alfalfa -rishka- (Medicago sativa) es la especie forrajera más difundida y se cultiva desde las partes más bajas y cálidas hasta las áreas más altas y frías de todas las provincias del país; se usan ecotipos locales. Casi todos los cultivos son regados, por lo que un criterio para elegir entre alfalfa y trébol es siempre la disponibilidad de agua para todo el período de crecimiento ya que gran parte del riego está disponible sólo en forma estacional. La alfalfa por lo general se siembra con el trigo y a densidades de siembra tan altas como 60 kg/ha. La calidad de las semillas es generalmente mediocre; es común usar semillas producidas en las fincas o intercambiadas con los vecinos. En las áreas de cultivos especializados, cercanas a las grandes ciudades donde la alfalfa se vende como un cultivo comercial, puede ser sembrada directamente o con un cultivo temporario para darle sombra, sobre todo en la estación cálida; en la zona de Kandahar por lo general se siembra debajo del mijo (Panicum miliaceum). Las siembras de primavera son tan exitosas como las siembras de otoño, pero dado que una gran parte es sembrada con el trigo, está generalizada la siembra en otoño, al voleo. El cultivo se establece con la intención de que dure varios años -cerca de diez- y los ecotipos locales son persistentes, si bien sus mejores rendimientos se obtienen en los primeros cinco años. El número de cortes depende del clima local; en áreas bajas se pueden obtener de seis a ocho cortes siempre que haya agua abundante; en las áreas altas, por sobre los 2 000 msnm, se hacen usualmente tres cortes.

El trébol persa (Trifolium resupinatum) es el segundo cultivo forrajero en importancia en Afganistán; se usa en rotaciones y también en los casos en que no existe riego permanente para la alfalfa. En las zonas más cálidas con dos estaciones de cultivo, como en Khost, se prefiere el trébol persa ya que se cosecha antes de la siembra de los cultivos de verano. El trébol se siembra en septiembre-octubre y la cosecha termina en mayo. En las áreas más altas, donde el trébol permanece latente bajo la nieve por varios meses, la cosecha comienza en mayo y se hacen tres cortes hasta el mes de agosto, siendo el último corte por lo general para semilla. En todas las áreas se siembra en otoño para su uso en primavera y verano. En las zonas más altas y frías también puede ser cultivado como un cultivo de verano después de los cereales de invierno; en algunos lugares se siembra en el momento del último riego del trigo. En los cultivos sembrados en otoño se hacen generalmente dos cortes. También se hace un corte muy temprano para secar y ser usado en la alimentación humana. El trébol persa, del cual existen varios ecotipos, es una especie adaptada para la producción de heno. Por lo general, los campos de trébol persa muestran un mejor crecimiento que el que se observa en Pakistán, por lo que es posible que los agricultores hagan alguna selección. La mayor parte del trébol persa cultivado en las áreas tradicionales procede de semillas cultivadas localmente con poco o ningún control de calidad dando lugar a una densidad de siembra muy alta; este problema no debería ser de díficil solución ya que esta especie es una buena productora de semillas. Los ecotipos que se encuentran en Afganistán, donde el trébol persa es importante para la henificación, son superiores a los materiales comunes de Pakistán, sobre todo en las provincias de Ghazni y Herat.

Cuadro 21. Número de ganado en Afganistán, 1967-1995 (miles de cabezas)


1967 (1)

1981 (1)

1991 (2)

Agricultores sedentarios 1995 (3)

Kuchis 1995 (3)

Bovinos

3 633

3 750

4 049

3 495

198

Ovinos

21 455

18 900

18 688

15 504

6 508

Caprinos

3 187

2 900

5 458

3 472

-

Equinos

403

400

245

167

200

Asnos

1 328

1 300

1 131

872

147

Camellos

299

265

80

101

176

Fuentes: (1) Oficina Centralde Estadísticas, Afghan Agriculturein Figures (1978); Anuario Estadístico 1360 (1983); (citado según Grotzbach, 1990). (2) estimaciones propias usando datos de: Swedish Committee for Afghanistan; the Agricultural Survey of Afghanistan, 14th Report, 1991 Survey. (3) estimaciones propias usando datos del recuento de 1995 organizado por el proyecto FAO/ UNDP/AFG/93/004.

Cuadro 22. Área de cultivos en Afganistán, 1997 - 1998

Cultivo

Área (millones ha)

Producción (millones t)

Rendimiento (t/ha)

Trigo

2,35

2,65

1,13

Maíz

0,48

0,76

1,58

Arroz

0,21

0,40

1,91

Cebada

0,31

0,30

0,97

Otros

0,04

0,04

0,81

Total/promedio

3,39

4,15

1,22

El trébol de Alejandría (Trifolium alexandrinum) es un cultivo que se ha introducido recientemente a través de Pakistán. Se cultiva en algunas áreas bajas como Khost y Ningarhar donde los inviernos son suficientemente moderados ya que solo tolera heladas ligeras. Los métodos de cultivo son similares a los del trébol persa, pero por lo general se lo siembra en setiembre, muchas veces mezclado con algunas crucíferas. Si se siembra temprano, a diferencia del trébol persa, tiene un crecimiento temprano y rápido por lo que se pueden hacer varios cortes antes de que detenga temporalmente su crecimiento debido al frío. Posteriormente, en primavera se pueden hacer cuatro o cinco cortes. En los climas propicios es más productivo que el trébol persa y produce en otoño y al inicio del invierno así como también durante plena primavera. No es tan popular como el trébol persa y se utiliza sobre todo como forraje verde ya que su preparación como heno es más dificultosa que el trébol persa o la alfalfa. No es posible utilizarlo como alimento humano. Es improbable, sin embargo, que el trébol de Alejandría reemplace al trébol persa en la agricultura de Afganistán de la misma forma en que lo hizo en las condiciones más cálidas de Pakistán y el norte de la India.

Otros forrajes como las vicias (Vicia spp.) están difundidos, a menudo como un cultivo de verano, pero su volumen no es importante como el de la alfalfa o los tréboles. Lathyrus sativus se cultiva en las áreas muy altas como forraje y como leguminosa alimenticia para uso humano. No hay gramíneas forrajeras cultivadas, si bien se usan para alimentar a los animales las plantas de maíz que se entresacan de este cultivo; el trigo verde puede ser cortado como forraje en momentos de escasez.

Técnicas tradicionales de producción de heno

La producción de heno es casi toda manual; la siega se hace por lo general con hoz si bien la guadaña es una herramienta conocida. La hoz común tradicional tiene una hoja curvada con un largo cuello metálico y un mango de madera; el mango puede tener un pequeño gancho en su extremidad. La hoz se maneja con un suave movimiento semicircular pero usando una sola mano.

El heno del forraje cultivado es casi todo de alfalfa y trébol persa. Ambos son excelentes cultivos para heno pero el mayor problema cuando se henifica en un clima cálido y de veranos secos es evitar la pérdida de hojas al sacudir el forraje. Los sistemas tradicionales consideran este problema; el cultivo se siega y se deja marchitar ligeramente en el campo para finalizar su secado en el depósito antes de que se pierdan las hojas.

El forraje marchito también se puede atar en manojos para ser secado; esto libera el campo y permite el rebrote con un mínimo de sombra del forraje cortado y del tráfico durante las otras operaciones de henificación. Los manojos se giran periódicamente hasta que están lo suficientemente secos antes del transporte y almacenamiento final.

Por este procedimiento se obtiene un excelente heno y las hojas se mantienen dentro del manojo. Estos procesos se muestran en las Láminas 6 y 7. Después que el forraje se ha marchitado puede ser llevado al depósito y secado fuera del alcance del ganado, por lo general en los techos; las hojas caídas se barren y se recogen (Lámina 55). El trébol persa a menudo se cuelga en armazones para su secado inicial el que es finalizado en el techo de las casas. El heno después se almacena, por lo general bajo techo.

Lámina 55. Secado de trébol persa sobre un techo. Ghazni, Afganistán

Heno de pasturas naturales

En general hay poca vegetación natural adaptada para la henificación si bien en la zona oriental cerca de la frontera con Pakistán algunas laderas producen suficiente vegetación que puede ser segada. Las gramíneas cuando están verdes son por lo general poco palatables, si bien las inflorescencias son comidas por los pequeños animales y el pasto seco es comido por el ganado.

Heno de arbustos

En las llanuras del norte cerca de Balkh se hace un heno poco común a partir de la espina de camello (Alhagi sp.) la cual aparece en poblaciones casi puras durante los años de barbecho del cultivo de trigo. No hay agua suficiente para regar toda el área disponible, por lo que el trigo se rota con barbecho. La espina de camello se corta a fin del otoño, se seca en el campo, se hacen manojos y se almacenan en los depósitos para alimentar camellos y cabras durante el invierno. Los tallos no comidos por los animales se utilizan como combustible. El análisis de la espina de camello hecho en áreas vecinas de Pakistán se presenta en el Cuadro 23.

Cuadro 23. Análisis de espina de camello (Alhagi sp.). Baluchistán, Pakistán

Alimento

Proteína cruda

Fibra cruda

Grasa cruda

Ceniza

Planta completa, julio 1994

10,20

28,27

2,42

7,48

Hojas y espinas, depósitos de

10,56

-

-

10,79

invierno, noviembre 1994





Semillas, noviembre 1994

12,62

-

-

-

Datos proporcionados por P. O’Donovan y T.J. Barker


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