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Los instrumentos biotecnológicos en la silvicultura

A.D. Yanchuk

Alvin D. Yanchuk es director de programa
y científico mayor en la Sección de Investigación
del Servicio Forestal de British Columbia, Victoria, Canadá.
Escribió este artículo mientras desempeñaba las
funciones de consultor de la FAO en la Dirección de Recursos
Forestales en virtud del acuerdo de asociación con instituciones
académicas y de investigación.

Orientación actual de la investigación y cuestiones que deben considerarse en el futuro al decidir sobre el uso de la biotecnología en la silvicultura.

La biotecnología ha experimentado adelantos tan rápidos en los diez últimos años que el sector forestal no puede dejar de considerar sus efectos potenciales. Tal vez sea imposible adivinar qué técnicas y opciones específicas serán viables en los próximos decenios. Aunque es seguro que determinadas técnicas suscitarán cuestiones críticas específicas, es importante no obstante evaluar los principios básicos de gestión genética forestal que han de seguirse, independientemente de la tecnología en sí misma.

El debate en la agricultura sobre los posibles efectos de los productos de la biotecnología en cuanto a seguridad de la alimentación y del medio ambiente -que ha creado confusión en el público e incluso entre los profesionales- seguirá siendo muy instructivo para el sector forestal. Muchas de las técnicas aplicables a la silvicultura son similares a las utilizadas en la agricultura, aunque los problemas en la silvicultura pueden ser algo distintos y requerirán atención especial.

En este artículo se resumen las biotecnologías actualmente utilizadas y las que se están desarrollando en el sector forestal. Se presentan los principales problemas y controversias en relación con su uso, recalcando la importancia de adoptar un enfoque científico en materia de toma de decisiones. Por último, se considera brevemente la orientación que la investigación y la aplicación de la biotecnología pueden adoptar en el futuro, y en qué medida los gobiernos pueden propiciar el desarrollo de la biotecnología y regular su uso.

BIOTECNOLOGÍAS UTILIZADAS EN LA SILVICULTURA

El Convenio sobre la Diversidad Biológica define la biotecnología como «toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos». Las biotecnologías utilizadas en la silvicultura son de tres órdenes: uso de métodos de reproducción vegetativa, uso de marcadores genéticos moleculares y producción de organismos genéticamente modificados (OGM)1 o árboles transgénicos.

Métodos de reproducción vegetativa

La reproducción vegetativa comprende una amplia gama de técnicas de manipulación de muestras de tejidos vegetales (p.ej. partes de tallos, hojas, raíces, semillas o incluso cultivos celulares) que permite en último término la «repropagación» vegetativa completa de la planta entera. Los resultados finales son individuos genéticamente idénticos: variedades o líneas clonales.

Las formas más sencillas de propagación vegetativa son las técnicas corrientes de injerto y el arraigo de partes de tallo o esquejes. Algunas especies arraigan o se dejan injertar fácilmente en troncos de especies con otros genotipos o especies próximas. Otras requieren un tratamiento a fondo y muy complejo para que tengan éxito el arraigo o la propagación a partir de varios tipos de tejido, es decir la clonación. No se esperan alteraciones genéticas con métodos de clonación vegetativa de tejidos, pero es posible provocar variaciones somaclonales de vez en cuando con algunas de las técnicas más avanzadas.

En el sector forestal, la mayoría de los métodos de clonación se han encaminado directamente a producir árboles con fines de reforestación, pero estas técnicas son también un requisito básico para la producción de árboles genéticamente modificados (GM). Las biotecnologías de reproducción vegetativa en la silvicultura se dividen en tres categorías principales: micropropagación, crioconservación y almacenamiento in vitro, y selección in vitro.

Micropropagación. La micropropa-gación es el desarrollo de líneas clonales a partir de pequeñas muestras de tejidos como brotes, raíces y embriones tomados de semillas. Esta última modalidad, llamada embriogénesis somática, será probablemente la más prometedora tecnología de micropropagación para el almacenamiento a largo plazo y la producción en gran escala de árboles a partir de líneas clonales seleccionadas. La embriogénesis somática puede ser particularmente útil una vez determinado el valor de los clones, para lo que puede necesitarse un proceso de evaluación de varios años sobre el terreno. Se han conseguido mediante embriogénesis somática varias especies de coníferas árboles que crecen de modo normal, pero algunos de los resultados más exitosos hasta la fecha se han alcanzado en la especie Picea (Fan y Grossnickle, 1999). No obstante, los costos de ejecución de estas tecnologías avanzadas de cultivo de tejidos son elevados en comparación con técnicas más sencillas como arraigo de esquejes.

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Árboles obtenidos mediante embriogénesis somática: a) Iniciación de la embriogénesis somática a partir del megagametofito inmaduro en
Pinus strobus; b) Embriones somáticos maduros de P. strobus tras 12 semanas de cultivo en un caldo de cultivo de ácido abscísico y goma gellan; c) Embriones somáticos de P. strobus tras 11 días en caldo de cultivo para germinación; d) Plántulas somáticas de P. strobus tras 12 semanas en caldo de cultivo para germinación, antes de ser transferidas a un invernadero; e) Plántulas somáticas de P. strobus en el invernadero tras dos meses de crecimiento; f) Plántulas somáticas de picea blanca (Picea glauca) tras cuatro meses de crecimiento en el invernadero

- CANADIAN FOREST SERVICE/K. KLIMASZEWSKA

Crioconservación y almacenamiento in vitro. Con esta técnica se mantienen a temperaturas muy bajas pequeñas muestras de tejidos en su condición fisiológica actual. En muchas especies de coníferas, suele realizarse la crioconservación con material vegetal fisiológicamente juvenil. Los árboles desarrollados a partir de tejidos más viejos pueden tener después menor potencial de crecimiento, pero esta característica varía mucho según las especies y los genotipos. Por ello la evaluación de los genotipos en atención a la producción eficiente de material vegetal más tarde suele ser uno de los principales objetivos de la crioconservación. También es importante que el propio proceso de almacenamiento no provoque una inestabilidad cromosómica que pueda dar lugar a formas vegetales variables e indeseables (Tremblay, Levasseur y Tremblay, 1999). Aunque la tecnología es útil y necesaria para muchas aplicaciones en la silvicultura clonal, puede tener un papel especial en programas para especies con semilla recalcitrante, en las que el almacenamiento de semillas básicas es un problema fundamental (Englemann, 1997).

Selección in vitro. Esta técnica consiste en la selección en función de un rasgo particular (por ejemplo, tolerancia de metales pesados o sal) en una etapa temprana de la fase de micropropagación. El rasgo debe manifestarse también de manera estable en la vida de la planta derivada. Aunque la selección in vitro se ha utilizado en cierta medida en plantas cultivadas, los ensayos con árboles forestales se han limitado a la selección de árboles GM. Las técnicas de selección in vitro son una condición básica en el proceso selectivo de líneas clónicas GM transformadas con éxito. Otros rasgos, por lo tanto, pueden combinarse con los criterios básicos de la selección in vitro necesarios para seleccionar árboles GM (por ejemplo, tolerancia al mercurio en el tulipero amarillo [Rugh et al., 1998]).

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Marcadores de repetición de secuencia del ADN del cloroplasto para 16 plantas de abeto Douglas costero. Las vías marcadas «hae» son estándar, y cada vía numerada es un marcador de gen para cada clon. Varios clones tienen bandas comunes, pero algunos (30, 26, 18, 20 y 22) tienen bandas de marcador genético únicas (alelos); tales marcadores genéticos variables son muy útiles para la identificación genética.

- BRITISH COLUMBIA FOREST SERVICE/M.STOEHR

Marcadores genéticos moleculares

Los marcadores genéticos sirven como «localizadores aleatorios» sobre el ADN del núcleo o la organela. El genetista tiene que buscar las relaciones entre esos marcadores y las características de los árboles de pedigríes o poblaciones específicas. Con interpretaciones correctas, los marcadores genéticos son preciosos para el examen de la variación genética entre y dentro de las poblaciones, la medida de los niveles de polinización exterior o endogámica y la identificación genética o toma de «huellas dactilares» de variedades o pedigríes.

Los datos de marcadores genéticos pueden utilizarse también para facilitar la selección temprana de genotipos mejores, en lugar de esperar a que el árbol manifieste la característica mucho más tarde. Se ha avanzado mucho en la agricultura como en la silvicultura relacionando los datos de marcador con los rasgos físicos. Sin embargo, la selección con ayuda de marcador no se practica todavía rutinariamente en los programas de mejora genética de árboles, sobre todo porque requiere tiempo y dinero. Será necesario también poner de manifiesto una clara ventaja económica sobre los métodos convencionales de selección. Es pues probable que se utilice el marcador tan sólo para la selección de unas pocas especies y situaciones, por ejemplo algunas de las principales especies de utilidad comercial de pino (Frewen et al., 2000) y Eucalyptus.

La mayoría de los marcadores hoy utilizados se basan en sistemas en los que se corta mediante enzimas el ADN, tras lo cual las secciones del ADN se multiplican (amplifican) en reactores y se separan después mediante técnicas electroforéticas; es decir, se separan bandas del ADN por su peso y su carga molecular en presencia de una corriente eléctrica en una solución coloidal (Foto 2). Los rápidos adelantos de los marcadores de ADN y las tecnologías de representación y ordenación por secuencias están ampliando el conocimiento básico del papel de los genes y sus productos en los procesos celulares. Las investigaciones en el campo de la «genómica» están muy avanzadas en los seres humanos así como en animales, plantas y unas pocas especies arbóreas (Merkle y Dean, 2000).

Los marcadores moleculares son ante todo un instrumento informativo. No contribuyen directamente a la producción vegetal, sino que ofrecen información esencial para localizar y trabajar con el ADN, lo que puede ser de interés para la transformación genética, o información sobre estructura de la población, sistemas de fecundación y confirmación del pedigrí.

Árboles GM y transformación genética

El término «biotecnología» se asocia a menudo enteramente a la transformación genética, la más controvertida de todas estas tecnologías por cuanto supone la introducción de genes extraños seleccionados en el genoma de la planta. Se utilizan genes bien caracterizados de otras especies, lo que suele conducir a la manifestación de un rasgo nuevo en un contexto genético nuevo. Para introducir el gen o los genes se recurre a la «biolística» (introducción del ADN en el núcleo de la célula sobre pequeñas partículas de metal mediante técnicas de proyección a alta velocidad) o a microorganismos vectores que llevan el gen específico que interesa. Naturalmente, también es esencial la manifestación a largo plazo o suficiente del gen en la planta GM, lo que se ha llamado a veces «estabilidad».

Las técnicas de transformación genética son básicamente diferentes de la mejora fitogenética convencional. Al menos en las generaciones iniciales, la mejora genética y la selección convencionales llevan a un aumento en la frecuencia de genes deseables correspondientes a algún rasgo actual en la especie. Se supone que esto ocurre a través de muchas ubicaciones de genes y que cada gen tiene un efecto pequeño, aunque algunos genes de efecto mayor serán también importantes para la respuesta en las primeras generaciones. Más tarde se acumularán nuevas mutaciones favorables -la mayoría de ellas son desfavorables y probablemente la selección se hará contra ellas- al aumentar su frecuencia mediante mejora genética (recombinación sexual), pruebas y reselección.

La mayoría de las especies arbóreas están todavía muy próximas de sus parientes silvestres y tienen altos niveles de variación genética para la mayoría de los rasgos de interés. De ahí que, para ser valiosos, los árboles GM deban
ostentar rasgos únicos que no puedan producirse económicamente mediante programas de mejora genética convencional, y que puedan compensar los costos y el tiempo invertidos en poner a punto la tecnología.

Los rasgos que hasta ahora se han tomado en consideración para la modificación genética potencial de los árboles son resistencia a herbicidas, floración reducida o esterilidad, resistencia a insectos y química de la madera. Si bien los programas convencionales de mejora genética han prestado atención a la resistencia a insectos y la calidad de la madera (pero no a muchos de los aspectos específicos de la química de la madera), probablemente tendrán poca capacidad para incorporar rasgos como resistencia a herbicidas o floración reducida.

Otras técnicas

Dos técnicas bastante utilizadas para crear nuevas fuentes de variación genética en la agricultura, la horticultura y la fruticultura, que no es fácil clasificar como cultivo de tejidos ni como modificación genética, son la fusión protoplásmica (hibridación de especies por fusión de protoplasma y genomas de especies emparentadas, pero con barreras reproductivas) y la haploidización (creación de líneas clonales completamente homocigóticas hechas duplicando células haploides, como polen). Ninguna de estas técnicas está bien desarrollada en las especies arbóreas forestales, pero se está investigando sobre fusión protoplás-mica en algunas plantas leñosas (Guo y Deng, 1999). Otra técnica utilizada rutinariamente en cultivos y frutales es la mutagénesis: una mutación dirigida o cuasialeatoria de un gen existente, en general mediante agentes químicos mutagénicos. Aunque tales técnicas no se usan realmente y ni siquiera se consideran importantes en la actual silvicultura, indican también la posibilidad de grandes modificaciones genéticas potencialmente útiles con técnicas distintas de las actuales.

Otra técnica de uso hoy frecuente en cultivos y bosques, por ejemplo en álamos híbridos (Zuffa, Lin y Payne, 1999), es el rescate de embriones, consistente en retirar un embrión de una semilla que por sí sola no sobreviviría y cultivarlo hasta que se hace un germen viable o una plántula. Este procedimiento suele ser necesario cuando hay diferencias en la biología de la semilla básica entre las especies o las líneas parentales, como incompatibilidades en el desarrollo del óvulo o el embrión. Aunque es una biotecnología bastante sencilla, es importante observar que estas plantas no existirían sin este esfuerzo de rescate.

EL USO DE ÁRBOLES FORESTALES DERIVADOS DE LA BIOTECNOLOGÍA

La mayoría de las biotecnologías utilizadas hoy en la silvicultura son aplicaciones del cultivo de tejidos y los marcadores moleculares. Los adelantos en estos dos campos de la biotecnología han sido progresos y perfeccionamientos lógicos de técnicas que se han practicado en la mejora de plantas y árboles durante decenios, o incluso siglos, para producir líneas clonales o variedades.

La reticencia popular respecto a las plantas genéticamente modificadas o el uso de cualquiera de las demás técnicas antes mencionadas se refiere sobre todo a los productos alimentarios cultivados para consumo humano. Esta cuestión rara vez se planteará directamente en la silvicultura, aunque habrá que hacer una evaluación cuidadosa en el caso de especies arbóreas polivalentes que ofrecen productos no madereros.

Se ha esgrimido el argumento del carácter «antinatural» de los cam-bios genéticos en los organismos genéticamente modificados (OGM) como motivo de preocupación. Es difícil, no obstante, decir que cualquier técnica particular pueda suponer un mayor riesgo biológico. Son los productos genéticos los que pueden suscitar menores o mayores riesgos, cualquiera que sea la tecnología con que se hayan obtenido. Para evaluar cabalmente los riesgos posibles, se precisa un conocimiento profundo de la transformación genética, es decir: producto obtenido, dónde ocurrió la transformación, qué genes «promotores» se utilizaron, y fiabilidad de la manifestación en el tiempo (Gutiérrez, MacIntosh y Green, 1999), y con mayor motivo cuando se incorporen más de uno o dos transgenes. En tales casos pueden ser necesarias pruebas más prolongadas sobre el terreno, evaluaciones medioambientales y más precaución (Burdon, 1999). Además, la mutación causada por la transferencia de genes y el cultivo de tejidos (variación somaclonal) puede producir en genes que no se pretendía tocar alteraciones funcionales sólo detectables al cabo de algún tiempo. Estas cuestiones, sin embargo, no son genéticas per se; lo que hace falta es disponer de programas adecuados de pruebas genéticas y evaluación antes de implantar y utilizar árboles GM (o incluso convencionalmente mejorados) en espacios forestales ordenados.

Cuestiones referentes a rasgos o características especiales

Resistencia a herbicidas. La resistencia a herbicidas en los álamos es probablemente la tecnología mejor desarrollada de modificación genética en árboles forestales. La primera preocupación respecto a las plantas GM resistentes a herbicidas es el hecho de que se desarrolla la resistencia en la propia cizaña. El riesgo puede ser bastante menor en la silvicultura que en la agricultura, ya que los herbicidas se aplican sólo por corto tiempo y menos veces durante el período inicial de la plantación. Además, en las plantaciones forestales no es necesario eliminar por completo las malas hierbas, de manera que hay menos presión selectiva en favor de la resistencia en las malas hierbas.

Otra preocupación es el cruce con poblaciones silvestres. Aunque esto es posible, es probable que las poblaciones silvestres que se cruzan con árboles genéticamente modificados tengan pocas ventajas selectivas a menos que las poblaciones silvestres adyacentes sean tratadas con herbicidas, lo que es raro en la silvicultura. Lo importante es pues el efecto sobre la estructura genética de las poblaciones silvestres locales en caso de que ocurra el cruce (por ejemplo, en zonas de conservación in situ) y la aceptabilidad del riesgo para los administradores de los recursos locales. Si este riesgo preocupa, podría requerirse en los árboles GM en estas situaciones una floración reducida o transgenes de esterilidad junto con la resistencia a los herbicidas.

La introducción de la resistencia a herbicidas es probablemente la modificación genética más factible y más aplicada en los árboles. Sin embargo, sólo es adecuada para unas pocas especies bien desarrolladas en ciertas situaciones, tales como plantaciones madereras intensivas de álamos en las que los herbicidas son a veces un instrumento de gestión aprobado.

Floración reducida o esterilidad. La floración reducida en árboles forestales puede ser deseable para dirigir los productos de la fotosíntesis hacia la producción de madera y no hacia tejidos reproductivos. No obstante, como esta reasignación de recursos no está bien cuantificada en este punto, la principal justificación para promover la floración reducida o la esterilidad es reducir sustancialmente el caudal genético a poblaciones silvestres adyacentes de la misma especie. Así se puede promover una mayor aceptación de plantaciones intensivas de árboles GM contiguas a bosques naturales. Aunque se están haciendo importantes investigaciones sobre mecanismos de floración (Skinner et al., 1999), la estabilidad en el tiempo del gen de esterilidad tendrá que confirmarse en pruebas sobre el terreno durante el tiempo de rotación previsto.

Resistencia a insectos. Es ya corriente el desarrollo de cultivos genéticamente modificados con resistencia a los insectos, pero tales cultivos dan lugar también a algunas de las situaciones ecológicas de más complejo tratamiento. La primera cuestión inquietante es la posible toxicidad de los compuestos producidos en plantas GM resistentes a los insectos cuando se cultivan específicamente para consumo humano o para pienso de animales como parte de cadenas alimentarias. En segundo lugar, los ecologistas se preocupan por el cruce con parientes silvestres y por la evolución de la resistencia en las propias plagas, como respecto a la resistencia a herbicidas. Un grave problema adicional en la silvicultura es que el largo tiempo de crecimiento de los árboles da a muchas generaciones de poblaciones de insectos la posibilidad de desafiar el mecanismo de resistencia.

El método de modificación genética más desarrollado para la resistencia a insectos en la silvicultura, como en la agricultura, ha sido el uso de genes de un agente patógeno natural transmitido por insectos, Bacillus thuringiensis (Bt). Los álamos están de nuevo entre las especies arbóreas con las que más ha avanzado la tecnología (TGERC, 1999). Está en marcha la investigación y el desarrollo de otros compuestos para no tener que depender del grupo relativamente reducido de toxinas naturales Bt (ffrench-Constant y Bowen, 1999). Dadas las complejas ramificaciones ecológicas y las preocupaciones públicas en torno a las plantas GM resistentes a insectos, serán precisas muchas pruebas de laboratorio y de campo con una buena base científica.

Química maderera. Ya es técnicamente posible alterar genéticamente la química de la lignina en los árboles para fabricar pasta con más facilidad y de manera más ecológica. Se han modificado genes importantes en el proceso de formación de la lignina en la madera para producir una composición única de la madera en árboles muy jóvenes (Lapierre et al., 1999). Sin embargo, se han encontrado también genes de efectos relativamente más amplios sobre la química de la madera (p.ej.
un importante gen recesivo en el pino taeda [Ralph et al., 1997]), de modo que las propiedades de la madera pueden modificarse también por selección y mejora genética convencionales. Hay que tener en cuenta muchas de las mismas consideraciones ecológicas y económicas, con o sin tecnología de transformación genética. Dos cuestiones importantes que subsisten para el desarrollo de variedades o clones con lignina modificada son el valor económico que tendrían las plantaciones de esos árboles y la posibilidad de que la madera alterada sea vulnerable a las presiones medioambientales. Si la respuesta a la última cuestión fuera afirmativa, es probable de nuevo que hubiera que incorporar genes de floración reducida o esterilidad al material utilizado en gran escala cuando sea importante minimizar el flujo de genes hacia las poblaciones silvestres contiguas (por ejemplo, zonas de conservación in situ).

¿Pueden implantarse sin riesgo en la naturaleza los árboles genéticamente modificados?

Una de las principales objeciones ecologistas a las plantas GM es la cuestión del intercambio de genes con poblaciones silvestres, cuestión que ya se está considerando en la silvicultura respecto a los huertos de semillas de programas de mejora genética convencional. En la mayoría de las situaciones en que entren en juego árboles GM, las especies de plantación serán exóticas, por lo que este factor no intervendría; pero cuando intervenga, la floración reducida o la esterilidad serán probablemente un requisito básico. Sin embargo, es mucho lo que se ha aprendido y se seguirá aprendiendo de la investigación agrícola sobre flujo transgénico de cultivos GM a sus parientes silvestres. También en la silvicultura se están investigando estas cuestiones específicas (DiFazio, et al., 1999).

Aunque las especies de plantación exóticas puedan suponer en sí mismas escaso riesgo de cruce, la introducción en el medio ambiente de un OGM suscita, en la mayoría de los casos, un riesgo ecológico menor que la introducción de una especie exótica. Al introducir una especie exótica se deja libre en el medio ambiente una constitución genética enteramente diferente, lo que es distinto que introducir un solo gen en una especie nativa. El actual reglamento del Consejo de Manejo Forestal (1999) prohíbe el uso de árboles genéticamente modificados, pero indica que «el uso de especies exóticas se controlará cuidadosamente y se vigilará atentamente para evitar consecuencias ecológicas adversas». Esta recomendación es bastante contraria a la posición aquí mantenida de que es preciso evaluar objetivamente los riesgos biológicos y las realidades económicas de todas las opciones de gestión forestal. Por otra parte, tampoco es conveniente un gran cambio genético hecho en la condición general de una especie nativa e introducido sin la debida consideración de los riesgos medioambientales locales.

Está claro que hay que sopesar los riesgos potenciales frente a los beneficios en todos los tipos de árboles mejorados, considerando los planes de ordenación que se seguirán en el espacio y el tiempo. Por ejemplo, variedades clonales de árboles frutales se han utilizado en grandes huertos continuos durante cientos de años, y casi todo el mundo considera ecológica y económicamente aceptable esta forma de ordenación y gestión, que no presenta problemas bióticos o abióticos insolubles. En las plantaciones para la producción de madera, bloques clonales pueden ser adecuados en ciertas situaciones, como las plantaciones de álamos, mientras que tipos de plantación de una sola especie o de mezcla de familias son probablemente adecuados en la mayoría de las demás situaciones forestales.

En cualquier caso, para minimizar los riesgos de pérdidas económicas del rodal y de pérdidas biológicas futuras, hay que diseñar estrategias de ordenación como el desarrollo de poblaciones resistentes a plagas y enfermedades (Roberds y Bishir, 1997). Como mínimo, se precisarán algunas docenas de clones GM bien probados para satisfacer las necesidades normales de producción y diversidad incluso en programas de silvicultura intensiva.

En respuesta a muchas de estas preocupaciones, varios países han establecido reglas y restricciones que especifican los requisitos de prueba en campo limitado antes de la utilización comercial (OCDE, 2000). Estos requisitos, necesarios para reducir riesgos biológicos y económicos, sin duda evolucionarán. Además de las leyes y los reglamentos nacionales, hay también acuerdos internacionales más amplios sobre biodiversidad, como el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología (Convenio sobre la Diversidad Biológica, 2000).

Igualdad de acceso a las biotecnologías de modificación genética

Inversores privados se han puesto en cabeza para la mayoría de las inversiones en biotecnología moderna, y al hacerlo así han tenido también que hacer frente a los correspondientes riesgos económicos. En muchas situaciones estos riesgos de inversión se protegen con patentes. Preocupa entonces, como es natural, que el acceso a plantas y árboles GM esté controlado casi enteramente por entidades privadas. Los acuerdos para el uso de técnicas o material podrían tener un precio prohibitivo, impidiendo el uso de la tecnología potencialmente valiosa.

Los gobiernos fueron los principales inversores en investigaciones sobre mejora genética y biología molecular. Su papel puede tener que extenderse una vez más a este respecto, para proporcionar un caudal de materiales e informaciones que puedan ser aprovechados y compartidos por instituciones privadas y públicas (Santos y Lewontin, 1997), en lugar de ser controlados principalmente por compañías privadas. Sin embargo, las estrecheces financieras son probablemente la mayor dificultad con que tropezará la aplicación de la biotecnología moderna en los países menos desarrollados, mucho más que la disponibilidad de conocimientos técnicos. Se ha puesto de manifiesto, por ejemplo por el Agricultural Biotechnology Support Project (www.iia. msu.edu/absp/), que es posible hacer algo mediante donaciones.

Aun cuando puedan abordarse las consideraciones financieras en las fases de investigación de la biotecnología, el traslado de la tecnología de la fase de desarrollo a la realidad operacional suscita una serie de dificultades técnicas adicionales con nuevos gastos (Polonenko, 1999). Es probable que sólo unas pocas especies económicamente importantes justifiquen tales inversiones adicionales, y es en el marco de esas situaciones y realidades económicas en el que hay que situar el debate.

Aceptación pública de la modificación genética

Una de las consideraciones económicas más importantes que separan la silvicultura de la agricultura en lo tocante a investigación biotecnológica es que los árboles requieren mucho más tiempo para la debida evaluación, tanto en laboratorio como en el campo. El breve ciclo biológico de las especies cultivadas ha permitido el rápido desarrollo de la tecnología de modificación genética. Aunque esto ha sido ventajoso desde el punto de vista económico, las ramificaciones ecológicas han sido mucho más difíciles de estudiar, ya que hay que realizar experimentos complejos durante varios años. Es probable que la aceptación por el público y los gobiernos de las plantas GM dependa ahora tanto de la evaluación del riesgo biológico y del tratamiento de este problema (Leiss, 1999) como de los progresos técnicos o de la economía.

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En estas instalaciones para el cultivo de tejidos del herbario y laboratorio vegetal nacional de Thapathali, Nepal, se realizan investigaciones sobre los árboles forestales

- G. ALLARD

Para los árboles GM, está claro que es preciso proporcionar al público información científicamente segura, objetiva e inteligible, de manera que, en caso de que haya una oferta comercial de árboles genéticamente modificados, puedan tomarse decisiones concientes sobre su introducción en el medio ambiente. Los técnicos forestales son en general muy concientes de la necesidad de participación del público en muchos otros sectores de la gestión forestal (por ejemplo, aplicaciones químicas en los bosques, ordenación de la caza, modalidades y planes de la tala, niveles permisibles de extracción anual), de modo que las decisiones sobre árboles GM podrían ser simplemente una cuestión más que se trataría en el proceso.

CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS DE FUTURO

El presente artículo ha querido revisar los principales interrogantes que pueden, en el futuro como en el presente, estar ligados al uso de biotecnologías forestales modernas. He aquí una breve reseña de esos puntos y las conclusiones.

Los genetistas han tratado siempre de crear opciones genéticas para el futuro. Si consideramos atentamente adónde apuntan estas biotecnologías forestales presentes y futuras, es obvio que las actividades de investigación y desarrollo se aplicarán en gran medida para el progreso de la silvicultura clonal. Es pues en el contexto de la silvicultura clonal apropiada en el que hay que examinar y evaluar la mayoría de las cuestiones.

Desde una perspectiva genética, la preocupación por lo «antinatural» de la biotecnología ignora los cambios dinámicos del código genético que tienen lugar dentro y a través de los genomas de las especies por modificación de genes o elementos transportables en virus vectores y por mutación. En este artículo se ha querido poner de manifiesto que el ser humano ha producido ya un enorme efecto sobre la estructura genética de muchas plantas y animales, con muchas tecnologías diferentes, y estas tecnologías seguirán desarrollándose y cambiando con el tiempo. No obstante, al final serán los sistemas económicos y reguladores de los órganos de gobierno nacionales y mundiales los que tendrán que evaluar la pertinencia y la idoneidad de la tecnología.

Bibliografía


1 Otros términos utilizados para las plantas o animales genéticamente modificados mediante tecnología recombinante del ADN son «organismos vivos modificados», «plantas con rasgos nuevos» y «árboles con rasgos nuevos».


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