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La conservación a
través del desarrollo:
la cría de mariposas

Hembra de Hypolimnas misippus libando en una flor

PROYECTO KIPEPEO

Muchas personas que viven en los bosques o en sus proximidades no reconocen el gran valor que pueden representar los recursos forestales y, por consiguiente, a menudo no intervienen en las iniciativas de conservación. Hacer que las comunidades locales sean conscientes de los beneficios que reportan los recursos naturales puede contribuir a alentarlas a participar en su conservación. En muchos países tropicales, como Belice, Costa Rica, Indonesia, Kenya, Malasia, Papua Nueva Guinea y Singapur, se ha promovido una actividad que permite conseguir ingresos muy necesarios y que, al mismo tiempo, favorece la conservación de los bosques: la cría de mariposas.

La cría de mariposas es una actividad apropiada para la población de los bosques como fuente alternativa de ingresos porque requiere una inversión poco importante, los conocimientos y conceptos básicos se aprenden rápidamente y los materiales y el equipo necesarios son sencillos. Consiste en la liberación de mariposas hembra, silvestres o criadas en cautividad, en recintos cercados con abundantes plantas autóctonas, y en la recogida posterior de los huevos que hayan puesto esos ejemplares. A continuación, se colocan los huevos en jaulas y se controla su evolución hasta la aparición de las pupas. También se pueden recolectar los huevos y/o las pupas en el bosque protegido. Luego se reúnen las pupas y se envían a exposiciones de mariposas y a otros clientes de todo el mundo. Que el proceso de cría de mariposas autóctonas sea satisfactorio depende de la vegetación nativa de la zona que constituye el hábitat de esas especies. En consecuencia, se induce a los criadores de mariposas a conservar sus bosques, pues aprecian el nexo existente entre su medio de sustento y la existencia de zonas forestales en buenas condiciones.

Pupas recogidas listas para la exportación

PROYECTO KIPEPEO

UN EJEMPLO: EL PROYECTO KIPEPEO, EN EL BOSQUE DE ARABUKO-SOKOKE, EN KENYA

El bosque de Arabuko-Sokoke, que ocupa una extensión de 42 000 ha en la costa septentrional de Kenya, está considerado a escala internacional como una zona de importancia biológica por ser un hábitat esencial de numerosas especies animales y vegetales endémicas y amenazadas. Este bosque es la última parte que se conserva del bosque litoral que se extendía en otro tiempo desde el sur de Somalia hasta el norte de Mozambique. La población del bosque está formada por unas 110 000 personas. El rápido crecimiento demográfico ha conducido a una excesiva explotación del bosque para obtener madera de combustible y de construcción, así como carne y tierra de cultivo. El futuro del bosque depende del apoyo que presten la población local, sus dirigentes y políticos, para su conservación.

El Proyecto Kipepeo, administrado por la Sociedad de Historia Natural de África Oriental, en colaboración con los Museos Nacionales de Kenya, comenzó en 1993 con los siguientes objetivos:

Inicialmente, participaban en el proyecto 152 familias de cuatro comunidades del límite oriental del bosque. A comienzos de 2001 eran ya 546 agricultores los que participaban en el proyecto, procedentes de 15 de las 18 comunidades que existen en el bosque y en sus proximidades y se han adoptado medidas para conseguir la participación de las tres comunidades restantes.

Para determinar el efecto del proyecto sobre la diversidad de especies de mariposas, se procedió a controlar las poblaciones de mariposas silvestres existentes en el bosque de Arabuko-Sokoke antes del comienzo del proyecto y cuatro años después de la recolección. Los resultados revelaron que no se habían registrado cambios significativos en la abundancia de especies recolectadas ni en la de especies silvestres, lo que indicaba que la captura de mariposas no tenía un impacto importante en las poblaciones silvestres.

Los problemas que se han planteado en la ejecución del proyecto guardan relación con la vulnerabilidad de las poblaciones de mariposas a las condiciones meteorológicas adversas, las enfermedades y los parásitos, la lentitud del transporte, la evolución de los mercados, la competencia creciente y el exceso de producción.

Sin embargo, los efectos globales del proyecto sobre el bosque y las comunidades rurales son positivos. Los ingresos procedentes de la exportación de pupas de mariposas y del turismo ecológico han aumentado todos los años, lo que ha supuesto un incremento considerable de los ingresos locales. Se observó también un efecto positivo sobre las actitudes de la población local en relación con el bosque, como los demuestran los estudios del comportamiento realizados antes y después del inicio del proyecto. La proporción de la población que propugnaba la tala del bosque para establecer asentamientos o conseguir tierras de cultivo disminuyó casi en un 75 por ciento en cuatro años, lo que indica una mayor concienciación sobre el valor de los bosques.

Los ingresos procedentes de la cría de mariposas han mejorado los medios de subsistencia de las familias pertenecientes a las comunidades que viven en las lindes del bosque de Arabuko-Sokoke

- PROYECTO KIPEPEO


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