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Apoyo de la FAO a las negociaciones en el marco de la OMC

6. Costo total de las importaciones de alimentos de los países menos adelantados (PMA) y los países en desarrollo importadores netos de alimentos (PEDINA)

RESUMEN

En 2001, los gastos en concepto de importaciones comerciales de alimentos de los PMA y los PEDINA fueron de 4 800 millones de dólares EE.UU. y de 10 100 millones de dólares EE.UU. respectiva mente. Esos gastos fueron considerablemente inferiores en comparación con los niveles máximos alcanzados en 1996, período en el que los precios de los productos alimenticios alcanzaron máximos cíclicos. Sin embargo, en cifras reales y durante un período de tiempo más largo, las importaciones de alimentos en ambos grupos de países han aumentado, a una tasa anual de más del 6 por ciento durante las últimas décadas. Se espera que esta tendencia continúe.

De hecho, respecto de todos los productos agrícolas, los PMA han sido importadores netos de productos agrícolas desde principios de los años noventa, ya que el valor de sus exportaciones también se ha estancado1 . Se prevé que este déficit agrícola crecerá en los años venideros. En algunos PMA en particular, la plena explotación de su potencial de suministro interno de alimentos y el crecimiento de los ingresos y la demanda no han sido suficientes, especialmente en África.

Las importaciones de alimentos son importantes para satisfacer las necesidades nutricionales de la población de los PMA y los PEDINA. Aunque el consumo medio de calorías de la población de los PMA es bajo, las importaciones de alimentos constituyen actualmente entre un 10 y un 12 por ciento del aporte calórico. En los PEDINA, la proporción media es muy alta, ya que alcanza el 35 por ciento.

En comparación con el producto interno bruto (PIB) total, el costo total de las importaciones de alimentos tanto para los PMA como para los PEDINA es elevado y, a finales de los años noventa, período en el que los precios de los productos básicos eran altos, los países gastaron en promedio del 5 al 6 por ciento de sus PIB en importaciones de alimentos. En ciertos países, la proporción es significativamente superior. Por ejemplo, en el período alrededor de 1996-1998, en el que los precios de los productos fueron altos, Sierra Leona gastó del 22 al 24 por ciento de su PIB en las importaciones comerciales de alimentos, Somalia del 11 al 12 por ciento y Haití más del 10 por ciento. Muchos países afectados por la inseguridad alimentaria no tienen ingresos suficientes para poder importar alimentos para su población. Muchos países deben comprar alimentos en los mercados internacionales, gastan una parte importante de sus recursos en esas compras y ello los hace vulnerables a las grandes variaciones de los precios de los alimentos y de las condiciones macroeconómicas. Además, el costo total de las importaciones de alimentos constituye una parte considerable tanto de los gastos totales en concepto de importación como de los ingresos en concepto de exportación de esos países, lo que hace que sus balanzas comerciales sean altamente vulnerables a las variaciones de los precios de los productos básicos.

A la creciente dependencia de las importaciones de alimentos y la proporción cada vez mayor de los ingresos que se gasta en ellas, se suma la disminución en cifras relativas de la ayuda alimentaria a los PMA y los PEDINA. La relación entre la ayuda alimentaria y las importaciones de alimentos alcanzó su nivel máximo en los años ochenta, a saber, un 28 por ciento en los PMA y un 20 por ciento en los PEDINA, pero para 2001 había descendido hasta aproximadamente la mitad de dicha cifra (Figura 5). Evidentemente, esta evolución repercute en el nivel de las importaciones comerciales de esos países, pero pone de relieve las consecuencias de los cambios en los niveles de asistencia internacional.

Los mercados internacionales de productos agrícolas son notoriamente variables y registran a menudo grandes subidas de los precios muy imprevisibles. Por ejemplo, los precios internacionales del trigo pueden aumentar de repente de un 50 a un 100 por ciento en pocos meses. Para los PMA y los PEDINA que se enfrentan a esta variabilidad, en el contexto de una dependencia cada vez mayor de las importaciones de alimentos y un menor apoyo relativo de la ayuda alimentaria, ello puede causar graves dificultades para mantener los niveles de importación precisos para satisfacer las necesidades alimenticias de su población. Esta situación podría exigir una especial atención, bien en forma de asistencia directa, de reformas institucionales para afrontar dicha variabilidad, por ejemplo, mediante un seguro de los precios, o de asistencia con el objetivo de aumentar la disponibilidad de alimentos de sustitución producidos en los mercados nacionales.


PRINCIPALES RETOS


1 Véase el Capítulo 9 de “Agricultura mundial: Hacia los años 2015/2030”. FAO (2003).

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