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TALLER 1: ASOCIACIONES PARA EL POTENCIAMIENTO DE LOS SERVICIOS OFICIALES DE CONTROL DE LA INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS (Tema 6.1 del programa)


82. Presidió el Taller el Sr. Jos Goebbels, Director del Organismo de Inspección de los Alimentos, Alimentos Nacionales e Inocuidad de los Productos para los Consumidores de los Países Bajos.

83. Para abrir el debate se presentaron los siguiente documentos de sala (CRD):

84. El Taller reconoció que tanto los países desarrollados como en desarrollo debían aumentar sus capacidades, y que sus actividades en materia de inocuidad de los alimentos debían basarse en la ciencia. Aunque proporcionar alimentos inocuos era ante todo una responsabilidad de la industria, la inocuidad de los alimentos constituía una responsabilidad compartida entre la industria, los gobiernos y los consumidores. Los países apoyaban la formula del organismo único y de sistemas integrados de inocuidad de los alimentos. Se hizo hincapié en los productos de consumo local y los productores en pequeña escala.

85. Los delegados pidieron mayor cooperación entre los países para mejorar el control del comercio internacional, especialmente entre países limítrofes y a efecto del seguimiento de los envíos rechazados.

86. El Taller se dedicó luego a tres importantes cuestiones.

i) Diferencias en las normas entre los mercados internos e internacionales

El Taller observó que el compromiso de los gobiernos era fundamental para la capacidad de control de los alimentos en el ámbito del mercado local. Los gobiernos no debían limitarse a respaldar las exportaciones del sector privado, y las autoridades responsables de la inocuidad de los alimentos deberían aprovechar la experiencia adquirida en el intento de responder a la demanda de exportación para mejorar la inocuidad de los alimentos en su propio mercado interno. Esto no se significa que deban aplicarse sistemáticamente en los mercados internos los mismos requisitos exigidos para la exportación; debería adoptarse como base una evaluación de riesgos teniendo en cuenta que es preferible un enfoque preventivo. Puesto que se considera que es la industria la primera responsable de suministrar alimentos inocuos, los servicios de control de la inocuidad de los alimentos no deben concentrar la mayor parte de sus recursos en el control de la exportación sino distribuirlos de manera equilibrada entre el control de los mercados internos y de la exportación. El desequilibrio entre países desarrollados y en desarrollo se está acrecentando porque éstos últimos carecen de los recursos y competencias especializadas necesarias o bien no les otorgan la debida prioridad. Por consiguiente, los organismos internacionales deberían ayudarles a evaluar sus necesidades de capacidad y los países importadores deberían prestar asistencia a los países en desarrollo para aumentar dicha capacidad. El Taller tomó nota con satisfacción del ofrecimiento de la Comisión Europea en este campo.

ii) Sólido conocimiento científico como base de las medidas de inocuidad de los alimentos

El Taller recordó que si bien es importante desarrollar competencias especializadas para garantizar la justificación de las medidas que se adopten, en general es más sencillo que las normas y sistemas nacionales se basen en las normas, códigos de prácticas y directrices del Codex Alimentarius. El Taller destacó que puesto que el control de la inocuidad de los alimentos comprende un gran número de actividades variadas para las que se dispone de recursos limitados, éstos últimos deben de concentrarse en los ámbitos en que puedan obtener un impacto mayor, y las prioridades han de determinarse en relación con objetivos de salud pública. Las autoridades de reglamentación sobre inocuidad de los alimentos no sólo deben ocuparse de los riesgos evaluados por la ciencia sino también de la idea del riesgo que se forman los consumidores, por lo que éstos últimos deben ser conscientes de los costos adicionales que comportan sus exigencias. Sin dejar de reconocer la importancia fundamental de la consulta de los interesados directos, el Taller lamentó que el lenguaje utilizado en relación con la inocuidad de los alimentos fuera a menudo demasiado oscuro y no siempre coherente; para que la comunicación de riesgos resulte eficaz es necesario que se realicen empleando un lenguaje sencillo.

iii) Mantener la sencillez

Aunque la ciencia no es simple, especialmente si se considera la sofisticación de las técnicas de detección empleadas en el laboratorio, el Taller insistió en la necesidad de que las actividades organizadas en relación con la inocuidad de los alimentos se mantengan tan simples como sea posible. En general se necesita transparencia para informar a los consumidores; los sistemas demasiado complicados no mejorarán la comunicación sino que confundirán al consumidor. Los países deben adaptar sus sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos a sus necesidades específicas, pero sin tratar de "inventar la rueda". Deben basarse en las experiencias existentes, por lo que es indispensable el intercambio de experiencia. En general no es posible obtener todos los detalles en un tiempo breve, y se hace necesario adoptar medidas sin demora. Por consiguiente, para actuar con eficacia las autoridades responsables de la inocuidad de los alimentos no deben esperar hasta el último detalle antes de resolver los problemas. El Taller recordó que las buenas prácticas de higiene (BPH) constituyen una condición previa para la aplicación del APPCC y subrayó que es más útil un sistema eficaz de BPH que un sistema de APPCC sofisticado pero ineficaz.


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