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Prefacio


El presente trabajo presenta un estudio en América Latina y el Caribe que forma parte, a su vez, de una iniciativa mayor dentro de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) llamada «Fortaleciendo vínculos entre el agricultor y los agronegocios». El énfasis de esta iniciativa es buscar alternativas sobre como desarrollar y fortalecer relaciones justas y eficientes entre el agricultor y los agronegocios. Los participantes en agronegocios pueden ser todas las firmas comerciales que negocian con la producción, la distribución y el procesamiento de productos agrícolas, así como firmas que ofrecen servicios e insumos, incluyendo la extensión, investigación y/o administración empresarial.

El fortalecimiento de vínculos agricultor-agronegocios se refiere al mejoramiento de la capacidad de los agricultores para agregar valor a sus productos convirtiendo su agricultura de subsistencia a una agricultura comercial, o por medio del procesamiento de sus productos, o estableciendo contratos de suministro de materias primas con procesadores o distribuidores nacionales o internacionales. Se refiere también al mejoramiento del suministro regular y puntual de los productos agrícolas que necesitan las empresas de agronegocios, bajo las especificaciones de calidad deseadas.

La cada vez más visible integración de los mercados mundiales tiene enormes consecuencias en los esfuerzos por impulsar el sector agrícola de los países menos desarrollados. En este contexto, existe seria preocupación sobre la sobrevivencia a mediano plazo de pequeños agricultores y otras firmas de agronegocios. Su exclusión y marginalización de los mercados nacionales e internacionales de mayor valor podrían convertirse en una realidad.

El fortalecimiento de las relaciones entre productores y procesadores así como entre productores y comerciantes puede ser promovido por organizaciones internacionales de apoyo y/o asistencia técnica como la FAO. Relaciones más confiables y fuertes son básicas para generar beneficios a ambos actores, lo que podría llevar a situaciones de ganancia para ambas partes gracias a la reducción de riesgos o disminución de costos mediante una mejor planeación de la producción y manejo empresarial. Una mejor comprensión de los requisitos de calidad exigidos por los procesadores y los consumidores finales, así como ingresos más estables cuando existe garantía de mercado para sus productos, son algunos de los beneficios directos que se obtienen de relaciones sólidas entre estos actores. Por otra parte, los beneficios a largo plazo se derivan de convertir la agricultura y el agroprocesamiento en sectores más eficientes, eficaces responsables y sostenibles. Otras ventajas serían la substitución de importaciones de materias primas y ahorro de divisas, mayor competitividad a nivel nacional e internacional y generación de empleo y desarrollo rural sostenible.

El presente trabajo sobre el fortalecimiento de las relaciones de agronegocios y agricultores en algunos países de América Latina y el Caribe, complementa trabajos similares desarrollados por la FAO/AGSF en África y Asia. En estos fueron desarrollados estudios de caso y encuentros de expertos. Los resultados y las lecciones aprendidas confirman el propósito fundamental de esta iniciativa de la FAO que es promover y apoyar el desarrollo de agronegocios como estrategia para ayudar a transformar el sector agrícola, y con ello promover el desarrollo y la generación de ingresos y empleo, mejorar la seguridad alimentaria e incrementar la competitividad en los mercados regionales e internacionales.

El interés y el compromiso de la FAO para apoyar el desarrollo de agronegocios se originan en algunas observaciones sencillas. Es bien conocido internacionalmente el hecho que el mayor crecimiento del sector agrícola esta ocurriendo desde hace algún tiempo en las actividades de post-producción, lo que se explica mayormente por el creciente número de consumidores con ingreso medio, aún en países de bajos ingresos, y sus demandas por alimentos de mayor calidad y mayor valor agregado.

En segundo lugar, los sistemas agroalimentarios a nivel internacional están siendo dominados por organizaciones coordinadas o integradas verticalmente. Alta concentración y coordinación vertical son hoy en día realidades en países de altos ingresos. Una tendencia similar esta surgiendo en los países en desarrollo, especialmente en América Latina y el Caribe y Asia sudoriental.

En tercer lugar, la ausencia de agroindustrias y agronegocios que impide agregar valor a los productos agrícolas, ha sido una de las causas principales del estancamiento de los ingresos rurales. Diversamente, mirando a través de un gran número de países y regiones, un sector de agronegocios fuerte que agrega valor a los bienes primarios de la agricultura se encuentra correlacionado con un PIB agrícola e ingresos rurales más altos.

En síntesis, la promoción del desarrollo de agronegocios resulta ser crítica e inevitable. La pregunta es como acelerar el crecimiento del sector asegurando que los máximos beneficios sean obtenidos de manera equitable y justa en el contexto de los cambios que necesariamente ocurrirán.

La Dirección de Sistemas de Apoyo a la Agricultura (AGSF) de la FAO inició el trabajo sobre desarrollo de agronegocios y sus vínculos en el año 2000, dando seguimiento a una actividad similar en apoyo de agricultores comerciales en Asia y en Europa Central. Bajo un modelo nuevo de programa iniciado ese mismo año, fue creado un proyecto que ofrece apoyo para el desarrollo de agronegocios concentrándose en las pequeñas y medianas empresas. Las actividades de este proyecto tienen cuatro áreas principales de apoyo técnico:

El presente trabajo, está relacionado con todas las áreas mencionadas pero se concentra en la tercera de ellas, especialmente en referencia a estrategias para mejorar la capacidad de negociación y cumplimiento de los requisitos de mercado de pequeños agricultores y otros empresarios rurales. Para la realización de este trabajo, en diversas regiones y tiempos, FAO/AGSF ha estado buscando evaluar las principales tendencias, oportunidades y necesidades de capacitación, en base a casos específicos de la vida real y en las opiniones de expertos que de una manera u otra han estado relacionados con el desarrollo de agronegocios. En las consultas y talleres de trabajo regionales, la FAO ha favorecido discusiones y debates, teniendo en cuenta las voces del mayor número posible de actores, buscando crear conciencia sobre estos aspectos, sus posibilidades y limitaciones y desarrollar consensos sobre futuras estrategias y acciones.

Doyle Baker
Jefe, Servicio de Gestión, Comercialización y Finanzas Agrícolas
Dirección de Sistemas de Apoyo a la Agricultura


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