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APENDICE D
Discurso del Representante del Oficial Encargado del Departamento de Pesca de la FAO, Roma

Señor Presidente, Distinguidos Delegados, Señoras y Señores:

Es para mí un gran placer trasmitir a ustedes los cordiales saludos y mejores votos del Director General de la FAO, Dr Edouard Saouma, y del Oficial Encargado del Departamento de Pesca de la FAO, Dr A. Labon y desearles en su nombre una reunión exitosa y fructuosa.

Quisiera también aprovechar esta oportunidad para expresar nuestra sincera gratitud al Gobierno y al pueblo de la República Dominicana por haber hospedado esta segunda reunión de la Comisión y por las excelentes disposiciones tomadas para asegurar el éxito de la misma.

Esta reunión de COPESCAL se celebra en un momento crucial en que el mundo se enfrenta con el problema cada vez mayor de proporcionar adecuados recursos alimentarios a sus poblaciones. No necesito recordar a esta reunión el importante papel de la pesca.

En su exposición presentada a la Conferencia de la FAO el 9 de noviembre de 1981, el Director General de la FAO recordó a los dirigentes de la agricultura mundial que también los océanos están en crisis. La producción mundial de pescado para el consumo humano, que satisface la sexta parte de las necesidades de proteinas animales no ha aumentado desde hace varios años en consonancia con el crecimiento de la población. Algunas especies se han pescado con exceso mientras que no se dispone todavía de tecnología para el desarrollo de especies no convencionales.

Al mismo tiempo, el establecimiento de zonas económicas exclusivas está llevando a una redistribución de la captura actual entre los países. Sólo un planteamiento internacional por todos los países interesados, a escalas regional y global, permitirá al sector pesquero abordar la doble y difícil tarea de hacer frente al cambio estructural y a aumentar la producción. En muchos lugares los recursos marinos están muy lejanos y el pescado que llega de las costas es de mala calidad. Por esta razón, el programa del Director General proporciona un equilibrio entre la pesca marina y continental y entre la captura y el cultivo. Se dedica atención preferente a la producción de alimentos mediante la pesca y al importante papel de las pequeñas pesquerías y de muchas formas de acuicultura para proporcionar trabajo y aumentar el desarrollo rural. La necesidad de unificar las actividades de asistencia técnica con los esfuerzos destinados a ayudar a los desfavorecidos a vivir una vida más provechosa como se pone de manifiesto en la estrategia de la FAO para el desarrollo rural y la reforma agraria, resulta particularmente evidente en relación con el desarrollo de la pesca en las zonas continentales. A este respecto, deseo señalar que el Director General ha apoyado plenamente las recomendaciones de la Conferencia Mundial sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural. Presenta un interés particular para los trabajos de esta Comisión el acuerdo firmado en Caracas el 11 de septiembre de este año con el fin de establecer un Centro Regional para el Desarrollo Rural Integrado. Se han establecido ya centros de esta clase en Asia y en Africa.

En la región de América Latina, los grandes ríos constituyen una característica dominante de los recursos de aguas continentales y son importantes para la navegación, la hidroenergía y la pesca. El desarrollo de los recursos hidráulicos suele ir acompañado de la formación de lagos que ofrecen nuevas oportunidades para la pesca o la acuicultura en escala apreciable. Pero ese desarrollo puede también interrumpir las rutas migratorias de especies importantes y afectar adversamente a la riqueza pesquera de las llanuras aluviales. Estas últimas, representan excelentes zonas agrícolas por lo cual el control de las inundaciones constituye con frecuencia un objetivo principal del desarrollo de cuencas hidrográficas, con efectos adversos sobre la pesca. Por otra parte, el desarrollo agrícola puede enriquecer las aguas descendentes. Es más, el adecuado aprovechamiento de la tierra puede considerarse como la clave de la ordenación de los recursos pesqueros de un río y de sus embalses o lagos, mientras que los reglamentos de pesca y medidas análogas no alcanzan a resolver estos problemas en su totalidad.

Lo mismo que en el mar, las unidades de ordenación natural de la pesca continental, tales como los lagos y las grandes cuencas fluviales, no siempre caen enteramente dentro de los límites de un solo estado. Hay pues necesidad de diálogo y cooperación entre los estados sobre las cuestiones de ordenación y desarrollo. Pero para poder aplicar la medida más importante que requiere el fortalecimiento de los vínculos entre los países en materia de pesca continental y acuicultura hace falta compartir la experiencia y los conocimientos adquiridos, costear la capacitación y cooperar en los experimentos e investigaciones. En la región de América Latina existe la necesidad especial de encontrar recursos suplementarios para costear publicaciones regionales, sobre todo las de carácter científico y profesional. El éxito del proyecto INFOPESCA de la FAO es un testimonio de la importancia del intercambio regional de información. Otro testimonio es la excelente Revista Latinoamericana de Acuicultura que publica el SELA.

Me parece apropiado que esta reunión se celebre en la República Dominicana. Por el momento, la industria pesquera no aporta una contribución muy grande al Producto Nacional Bruto, pero representa una contribución muy útil a los suministros alimentarios internos. Aunque el empleo total sólo representa por ahora alrededor del 1 porciento del empleo total en la agricultura, la industria pesquera es de importancia económica localizada como fuente de empleo en las comunidades del litoral.

La pesca continental representa una importante actividad de subsistencia, así como un valioso complemento de los ingresos derivados de otras actividades agrícolas. El potencial pesquero de las aguas dominicanas (excluida la acuicultura) se estima provisionalmente en 25 000 toneladas por año en comparación con el actual nivel de la captura anual, que se estima en 9 600 toneladas. La producción de las aguas continentales podría aportar 2 000 toneladas más por año. Además, existen oportunidades para la acuicultura en lo que respecta, sobre todo, al cultivo de la carpa y camarones del género Macrobrachium. El aumento de la producción de las aguas continentales exige el desarrollo de sistemas de ordenación para optimizar la explotación de las poblaciones de tilapia y el mejoramiento de las especies en el mercado.

Por otra parte, en los últimos tres años el aumento de la producción ha permitido disminuir las importaciones de pescado en un poco más del 50 porciento, contribuyendo así significativamente al ahorro de divisas.

Nos espera un programa muy completo y no voy a retrasar las deliberaciones con un largo discurso. Permítanme señalar ahora a la atención de ustedes los temas substantivos de su programa.

El tema 3 se refiere al informe del Grupo de Trabajo sobre Recursos Pesqueros, que se reunió en marzo de 1981 en Medellín, Colombia. El Grupo de Trabajo propone un programa de labores a corto y a medio plazo y mecanismos para su ejecución, así como discusiones detalladas sobre la evaluación de las poblaciones de peces de los ríos. Se invita a la Comisión a que examine el informe y formule comentarios al respecto, así como a que apruebe sus conclusiones y recomendaciones.

El tema 4 trata del informe del Grupo de Trabajo sobre Tecnología Pesquera, que se reunió en octubre de 1981 en Trinidad, Bolivia y examinó la situación y los problemas actuales de las pesquerías continentales en América Latina en lo que se refiere a embarcaciones pesqueras, aparejos y métodos de pesca, así como manejo, elaboración y mercadeo de la pesca y formuló propuestas específicas de desarrollo. Se invita a la Comisión a examinar el informe y formular comentarios sobre sus conclusiones y recomendaciones, así como a estudiar las medidas que deben adoptarse para su aplicación.

El tema, 5 trata del informe del Simposio sobre Desarrollo y Explotación de Lagos Artificiales que se ha celebrado aquí en los dos primeros días de esta semana para estudiar los efectos de las presas sobre las pesquerías, incluidos los aspectos tecnológicos y de planificación relativos al desarrollo de pesquerías en los embalses. La Comisión será invitada a tomar nota de las conclusiones y recomendaciones del Simposio y a proponer medidas para su aplicación.

La acuicultura en América Latina, tema 6 del programa, se examina en el documento COPESCAL/81/7. El documento responde a un doble propósito: resumir el estado de la acuicultura en la región y examinar los progresos realizados en el desarrollo de la acuicultura de agua dulce en la región durante los seis años transcurridos desde que se celebró en Caracas, Venezuela, la reunión Consultiva Regional de Planificación sobre Acuicultura en América Latina. La Comisión tendrá la oportunidad de estudiar qué medidas cooperativas podrían adoptarse para fomentar una mejora de la planificación y una ejecución más eficaz de los programas nacionales de acuicultura.

En su primera reunión y en la labor de los Grupos de Trabajo, la Comisión ha constituido ya un foro importante para estudiar los problemas de importancia regional. Ha llegado, pues, el momento de poner en práctica todos los principios colaborativos y acelerar el desarrollo de las pesquerías continentales.


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