Thaís Barbosa dos Santos

“El mijo tiene un gran potencial para combatir el hambre.“
05/07/2023

Brasil

La primera vez que Thaís Barbosa dos Santos vio el mijo fue en el estante de una tienda que vendía piensos. En ese momento, todavía era una niña, vivía en el sudeste del Brasil y no tenía relación con el cereal que pudiera sugerir que se convertiría en el centro de su carrera. 

 

En la actualidad, Thaís es ingeniera alimentaria especializada en el mijo perla, o sea que estudia los nutrientes de ciertos tipos de mijo, como sus proteínas y carbohidratos, y la mejor forma de procesarlos para elaborar productos alimenticios que la gente quiera comprar y consumir. 

 

En el contexto regional, esto la sitúa a la vanguardia de un sistema que podría modificar profundamente el panorama agrícola y nutricional en el Brasil y otros países. 

 

“A diferencia de muchos países africanos y asiáticos que utilizan el mijo como la base de la alimentación humana, aquí en el Brasil las personas suelen verlo como pienso y cobertura del suelo”, explica. “Su potencial para la agricultura y la nutrición humana aún no se conoce bien. Y eso incluye al resto de América Latina también”. 

 

Es por eso que, además de su investigación, promueve el mijo entre los alumnos en los cursos profesionales que dicta en materia de nutrición. 

 

“El mijo tiene un gran potencial para combatir el hambre”, afirma, “especialmente el mijo perla, ya que es rico en proteínas, más que el arroz y el maíz”. También es libre de gluten, por lo que resulta ideal para pacientes celíacos. 

 

En la Universidad Rural Federal de Río de Janeiro y la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria, también estudió los beneficios de una nueva variedad híbrida de mijo. Y está dispuesta a compartir sus resultados con los productores, señala. Las variedades híbridas combinan las mejores características de dos o más mijos en uno. 

 

“Ahora que terminé mi doctorado, tengo intención de alentar a los pequeños productores locales a producir sobre todo mijo perla”, dice. En particular le gusta el híbrido 9070 que estudió, porque es muy productivo, rentable y necesita poca agua. 

 

Y es en este punto donde observa una importante dimensión del desarrollo en su trabajo. “En zonas como el nordeste del Brasil”, comenta, “donde otros cultivos comerciales enfrentan dificultades debido al calor extremo y el déficit hídrico, el mijo podría contribuir al crecimiento económico de la región”. 

 

En definitiva, se trata de abarcar tanto el pasado como el futuro. “Nuestros ancestros tenían una dieta diversificada. Entonces, ¿por qué no volver a diversificar y conocer cereales nutritivos como el mijo perla?”