Salvar los olivos mediterráneos de una destructiva enfermedad

La FAO ayuda a prevenir la propagación de la Xylella fastidiosa en el Cercano Oriente y África del Norte

Datos clave

La Xylella fastidiosa es una enfermedad bacteriana que en los últimos años ha conseguido asentarse en diferentes lugares de la cuenca del Mediterráneo, donde está atacando cultivos de gran importancia económica como el olivo, los cítricos, los frutales de hueso y la vid. Sin una cura conocida, la enfermedad amenaza con propagarse aún más a la región del Cercano Oriente y África del Norte. Para ayudar a los pequeños agricultores a proteger sus cultivos y medios de subsistencia, la FAO apoya los esfuerzos de los países de la región para concienciar sobre la amenaza y aplicar tecnologías y técnicas que puedan ayudar a prevenir, detectar y contener esta letal enfermedad.

30/05/2019

En 2013, investigadores italianos hicieron un descubrimiento preocupante: una de las enfermedades de las plantas más destructivas del mundo y que normalmente se encuentra en el continente americano, la Xylella fastidiosa, había llegado a los olivos de Italia. Sin cura conocida, el patógeno ya ha afectado a más de 10 millones de árboles en el extremo sureste del país. Si no se contiene adecuadamente, amenaza con extenderse por toda la cuenca mediterránea. El gobierno italiano encargó a instituciones nacionales de investigación y al Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM) estudiar y combatir la Xylella fastidiosa. Sin embargo, otros países mediterráneos corren un gran riesgo si la enfermedad continúa propagándose.

No sólo son los olivos, hay también más de 500 especies de plantas que contienen las diversas cepas de la bacteria. De no prevenirse, los pequeños agricultores del Cercano Oriente y África del Norte podrían ver sus medios de subsistencia devastados y las economías nacionales resultar desestabilizadas ante su potencial propagación en la región. Debido a este peligro, la FAO ha puesto en marcha un proyecto para apoyar a los países de la región en sus esfuerzos por evitar que se  introduzca y se extienda la enfermedad.

Xylella fastidiosa: una amenaza que se extiende

La Xylella fastidiosa ha causado problemas desde hace mucho tiempo en el continenete americano, donde el coste de sus daños se estima en cientos de millones de USD anuales. Más allá de los olivos, las diferentes cepas de Xylella fastidiosa pueden también afectar a la vid, frutales de, los cítricos y las plantas ornamentales. La enfermedad es difícil de poner en cuarentena, porque la bacteria es transmitida por insectos y los árboles infectados tardan mucho tiempo en presentar síntomas, ya que el período de incubación de la Xylella fastidiosa puede durar de siete meses a más de un año.

Si un insecto chupa la savia de un árbol infectado, puede transportar bacterias a otros árboles. Sin embargo, la enfermedad también se propaga a través del transporte de plantas infectadas, especialmente por plantas ornamentales que pueden contener la bacteria sin presentar síntomas.

Los síntomas de una infección por Xylella fastidiosa incluyen ramas debilitadas, hojas secas y frutos endurecidos y encogidos. Los árboles infectados sufren en efecto una sequía interna: las bacterias multiplicadoras se adhieren a los tubos del xilema que transportan el agua y los nutrientes, asfixiando las extremidades del árbol.

Herramientas innovadoras

Con el fin de mitigar la amenaza potencial de Xylella fastidiosa para los países del Mediterráneo, la FAO está apoyando los esfuerzos preventivos en Argelia, Egipto, Líbano, Libia, Marruecos y Túnez. Mediante la aplicación de tecnologías modernas de detección, la FAO ayuda a los países a verificar los materiales de siembra importados –la vía principal de introducción de las bacterias a través de largas distancias– de una manera más precisa, económica y simplificada.

Un componente importante del proyecto fue la introducción del innovador dispositivo de amplificación isotérmica mediada por bucle (LAMP, por sus siglas en inglés), que puede analizar plantas e insectos en tiempo real para detectar cualquier molécula asociada a la enfermedad. Los dispositivos LAMP portátiles se utilizan con tabletas que sirven de interfaz, realizando pruebas y recibiendo los resultados. Estos dispositivos permiten a agricultores y científicos identificar e informar inmediatamente sobre la Xylella fastidiosa desde el terreno, sin tener que esperar a los informes del laboratorio.

Correr la voz

Las campañas en los medios de comunicación y las conferencias de prensa han ayudado a difundir información sobre la Xylella fastidiosa, con un alcance efectivo a través de las redes sociales, la radio y la televisión en Egipto y Libia. Además, se organizaron jornadas regionales de sensibilización en los países de la región NENA, dirigidas a técnicos, agricultores, operarios de viveros, estudiantes e inspectores de aduanas, para poder detectar y tratar las plantas infectadas con la bacteria.

Para seguir proporcionando información clave, se establecieron una serie de canales de comunicación (incluyendo líneas telefónicas gratuitas, correo electrónico, WhatsApp y Facebook) para que las partes interesadas compartieran información y abordaran las cuestiones relacionadas con la gestión de la enfermedad.

La FAO ha organizado también una serie de sesiones de capacitación para los distintos interlocutores sobre prácticas de vigilancia, diagnóstico y gestión relacionadas con la Xylella fastidiosa. Estos talleres han ayudado a cada país a organizar jornadas nacionales y regionales de sensibilización, así como sesiones de formación para el diagnóstico y seguimiento de la Xylella fastidiosa. A su vez, estos eventos contaron con otros 3 858 participantes (942 eran mujeres), entre ellos especialistas, investigadores y agricultores.

La prevención es la única alternativa

A pesar de las contramedidas adoptadas, la enfermedad sigue matando a los olivos en Italia, y se ha extendido a España y Francia. Hasta ahora, no se ha reportado en África del Norte ni en el Cercano Oriente.

Para evitar que la enfermedad siga avanzando, la FAO está ayudando a los países en riesgo a actualizar su legislación fitosanitaria y reforzando las medidas fitosanitarias en los puertos de entrada, para evitar su introducción a través de la actividad comercial. En el peor de los casos, la FAO asiste además a los países para elaborar planes de contingencia, en caso de que detectarse la enfermedad.

Mediante el establecimiento de sistemas coordinados de vigilancia regional, gestionando la comunicación sobre los riesgos a nivel internacional y mejorando las capacidades para detectar y responder a la enfermedad, la FAO espera prevenir su introducción en nuevos territorios.

Como parte de este esfuerzo de prevención, la FAO ha desarrollado una aplicación móvil específica (XylAppNENA) y una base de datos para que cada país recopile datos de campo. A pesar de las dificultades para hacer frente a la enfermedad, las medidas preventivas y la detección temprana reducen en gran medida el riesgo y la propagación de la infección. Lograr contener a la Xylella fastidiosa significa garantizar mayor estabilidad y rendimientos para los agricultores en el Mediterráneo, y es una buena noticia para los amantes de los olivos en todo el mundo.

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