Notas especiales

El suministro de alimentos y la situación de seguridad alimentaria en Mongolia

A petición del Ministerio de Alimentación y Agricultura de Mongolia, una misión conjunta de las Naciones Unidas, conformada de la FAO, UNICEF y PNUD, visitó el país del 2 al 20 de octubre para efectuar una evaluación rápida de la seguridad alimentaria.

El contexto económico general de la seguridad alimentaria es favorable, con tasas sostenidas de crecimiento de la economía y las exportaciones mineras que aumentan de manera pronunciada como resultado de los precios sin precedentes de los minerales. El sector agrícola, basado en el sistema tradicional de pastoreo nómada, sigue siendo una parte importante de la economía nacional, que comprende alrededor del 22 por ciento del PIB, emplea el 40 por ciento de toda la fuerza laboral, y representa el 44 por ciento de las exportaciones totales. La población de Mongolia se estimó en 2.562 millones de personas en el 2005. El país ha experimentado un proceso de urbanización rápido en años recientes.
La población rural ha disminuido del 2001 al 2005 y la de la capital ha crecido a una tasa promedio anual de 4,5 por ciento. En 2005, el 60 por ciento de la población se consideró urbana, lo que comprende la población de Ulaanbaatar y la de las capitales de provincias.
La población rural incluye los pastores nómadas y los agricultores (dos tercios de la población rural) y la población de las capitales de distritos.

Los niveles de autoconsumo son altos en las áreas rurales

La harina de trigo, la carne y la leche son los alimentos básicos de Mongolia. Según estimaciones efectuadas en el marco de la encuesta nacional ‘Household Income and Expenditure Survey/Living Standards Measurement Survey 2002/03”, estos tres productos cubrían aproximadamente 86 por ciento de la ingesta calórica diaria promedio. Aunque el consumo de productos derivados de los animales está entre los más altos del mundo, los cereales constituyen la principal fuente de energía, suministrado un 55 por ciento de la
ingesta diaria. A pesar del rápido aumento en el consumo de papas, hortalizas y frutas en años recientes, la dieta de los mongoles continua siendo deficitaria en estos productos. Existen pronunciadas diferencias entre los patrones de consumo entre las poblaciones urbanas y rurales. Las familias nómadas consumen una amplia gama de productos ancestrales derivados de la carne y la leche (existen más de 500 productos lácteos), que son preparados y almacenados en los hogares usando técnicas de elaboración tradicionales. Basándose en el autoconsumo, la población rural consume en promedio de tres a cinco veces mas leche y productos derivados de la leche que la población de las ciudades, alrededor de 50 por ciento más de productos cárnicos y solamente un poco menos de harina de trigo.
En consecuencia, la ingesta calórica diaria promedio es un 15 por ciento más alta en las áreas rurales que en las urbanas. Por el contrario, el consumo de papas y hortalizas en las áreas rurales es sólo de un tercio a la mitad que en las ciudades.

La producción de productos básicos se ha recuperado en los años pasados

El trigo es el cultivo principal en Mongolia. Desde 1990, la producción ha ido disminuyendo constantemente como consecuencia del desmembramiento de la Unión Soviética y de la consiguiente pérdida de subvenciones gubernamentales en gran escala. Como consecuencia, han aumentado las importaciones comerciales y la ayuda alimentaria de trigo y harina de trigo (Figura 7). En los últimos cinco años, la producción interna de trigo ha cubierto por término medio el 40 por ciento de las necesidades de consumo.

De resultas de la grave sequía registrada durante la campaña agrícola de 2005, Mongolia obtuvo sólo 74 000 toneladas de trigo, el volumen más bajo obtenido hasta entonces, e importó 251 000 toneladas en el año de mercadeo 2005/06 (octubre/setiembre).
La producción de este año se recuperó gracias al tiempo favorable reinante en las principales zonas productoras. La misión visitó las provincias productoras norcentrales de Selenge, Bulkan, Tov y Darkhan-Uul, donde los rendimientos han duplicado los niveles del año pasado. La producción de 2006 se estima provisionalmente en 145 000 toneladas y se espera que cubrirá 45 por ciento de las necesidades de consumo. La necesidad de importaciones,
incluidas las importaciones comerciales y la ayuda alimentaria en 2006/07, debería disminuir
a 230 000 toneladas.

Entre 1999 y 2002, el sector ganadero experimentó inviernos crudos (“dzud”, en idioma vernáculo) y sequías estivales, que causaron la pérdida de unos 10 millones de camellos, caballos, vacunos, ovinos y caprinos, o sea el 30 por ciento aproximadamente de la cabaña total, y determinaron la migración de un gran número de pastores hacia las ciudades.
A partir de 2004 el sector se ha venido recuperando hasta el punto de que las estimaciones provisionales para 2006 indican cifras de la población pecuaria semejantes a las de los niveles sin precedentes alcanzados en 1999. Ello se debe principalmente a unas condiciones atmosféricas invernales favorables, a las inversiones incentivadas por los precios convenientes de los productos animales, y a la baja tasa de sacrificio de los animales. Cabe señalar, sin embargo, que el número de los animales, expresado en términos de bod^1/, es inferior en un 30 por ciento aproximadamente al de 1999, debido principalmente a la proporción cada vez mayor de caprinos en el total, lo que ha suscitado preocupación acerca de la presión sobre los pastizales (Cuadro 12).

Mongolia es autosuficiente en carne y dispone de un excedente exportable. Luego de la pronunciada disminución en el período 2001-2003, la producción de carne se ha recuperado en los dos últimos años pero en 2005 continuaba estando 38 por ciento por debajo de los niveles de 2000. Ello se debe principalmente a la estrategia aplicada por los pastores para aumentar el número de animales a los niveles previos a 1999, pero también a cambios en la composición de la cabaña en término de tamaño de los animales (mayor número de animales pequeños).

Durante el período socialista, el país era autosuficiente en leche. Al igual que el resto del sector alimentario, la industria lechera colapsó al inicio de los años 1990 con la transición abrupta de la propiedad estatal a la privada. La disminución de la cabaña en los años 2000-2002 se tradujo en el desmoronamiento de la producción lechera y en la importación de casi toda la leche y los productos lácteos vendidos en los mercados urbanos.
La producción lechera se ha ido recuperando en los últimos años y para 2005 era inferior en sólo un 10 por ciento a la de 2000. Aunque la mayor parte de la leche elaborada por la industria es todavía importada, debido a la falta de conexión entre productores y consumidores, el subsector lechero y de productos lácteos industrial se ha ido también recuperando y el componente de leche producida domésticamente en la industria lechera se ha incrementado de aproximadamente 3 por ciento en 2003 a cerca de 7 por ciento en 2005.

Cuadro 12. Mongolia: Número de animales, producción
y comercio de productos de origen animal

Los mercados cuentan con suficientes productos alimenticios y los precios son estables (salvo los de la carne)

En Mongolia, los mercados revisten una importancia particular para el acceso a los alimentos dado que la mayoría de la población (alrededor del 60 por ciento) vive en zonas urbanas y compra los alimentos que consume. En las zonas rurales, los pastores son autosuficientes en carne y productos lecheros, pero necesitan todos los otros productos alimenticios, sobre todo la harina, un componente importante de su alimentación. La liberalización del comercio ha contribuido a mejorar significativamente la disponibilidad y la estabilidad de los suministros alimentarios. En todo el país, los mercados cuentan con suministros suficientes de harina de trigo, arroz, hortalizas y frutas. Los precios de los alimentos básicos, con la excepción de la carne, han permanecido estables o han disminuidos en términos reales desde 2000.
Aunque en general la baja de los precios de los alimentos básicos ha favorecido el acceso a los alimentos, las disminuciones mayores se han registrado en los precios de harina de trigo
y de hortalizas, que son los principales alimentos básicos de los grupos de bajos ingresos de la población. Las variaciones en los precios de los alimentos han también redundado en un mejoramiento de la relación de intercambio entre la carne y la harina de trigo y la carne y las papas, lo que favorece el acceso de las poblaciones ganaderas a dichos productos.

Los precios de la carne en los mercados internos están muy por debajo de los del mercado mundial, lo que pone de relieve el potencial de exportación del país pero también las dificultades de importar en momentos de crisis. Como en el mercado nacional de la carne influyen principalmente la oferta y la demanda internas, a partir de 2005 los precios de la carne han ido subiendo significativamente debido a una disminución de la oferta.
Los precios de los productos alimenticios experimentan variaciones estacionales debido a
los largos y fríos inviernos en Mongolia; los precios de la carne y las hortalizas aumentan en los meses de primavera y los de la leche en invierno (véase la figura 8).

 

El consumo de alimentos a nivel nacional es adecuado

En el plano nacional la situación de la seguridad alimentaria es satisfactoria. El consumo medio anual de alimentos básicos per cápita ha aumentado en desde 2000^2/, y las tasas de ingesta de productos cárnicos y lácteos a 100 kg/pc/año y 140 kg/pc/año son elevadas para los índices regionales, mientras que la de trigo se sitúa en 119 kg/pc/año. Los indicadores nutricionales también muestran tendencias generales positivas, con disminuciones en las tasas de malnutrición infantil, aunque persisten las carencias de micronutrientes.

La población pobre de las ciudades es la más aquejada de inseguridad alimentaria

El panorama brillante que se presenta a nivel nacional no deja ver la vulnerabilidad e inseguridad alimentaria de un gran número de hogares. Las personas con mayor inseguridad alimentaria son los pobres que viven en Ulaanbaatar y en las capitales de provincias y distritos. Estas poblaciones no poseen animales (o poseen un número muy limitado) y su subsistencia depende de sus ingresos en efectivo. La causa principal de su inseguridad alimentaria es el insuficiente poder adquisitivo para adquirir alimentos.
Los hogares afectados por la pobreza son por lo general los que han perdido sus animales y han migrado hacia las ciudades donde las tasas de desempleo y subempleo son muy altas. La falta de educación y destrezas de la población que migra hace que les sea muy difícil conseguir un empleo en el nuevo medio ambiente. Los hogares pobres subsisten gracias a empleos y a la prestación de servicios temporeros, beneficios sociales y donativos por parte de las familias más ricas. La oferta de trabajo experimenta variaciones estacionales y durante los meses de invierno las oportunidades laborales son muy pocas o inexistentes.
En este período, aumenta también la presión sobre los recursos financieros de las familias puesto que el costo de vida se incrementa debido a los gastos de calefacción, que es tan necesaria como los alimentos durante el invierno. Las capas de población mas pobres de las ciudades no se pueden permitir el consumo de carne y leche, y sus dietas se basan en productos derivados de la harina del trigo, papas y hortalizas. Además, su acceso a los alimentos es inestable ya que los mecanismos de supervivencia incluyen la reducción del número de comidas por día o el comer en días alternados.

Los pastores y los agricultores están por lo general en situación de seguridad alimentaría pero son los más vulnerable

La población ganadera, que representa dos terceras partes de la población rural y alrededor del 28 por ciento del total nacional, pareciera gozar de una situación de seguridad alimentaria adecuada. En general, su ingesta de alimentos es suficiente, e incluye trigo, carne y leche. No obstante, los pastores acusan carencias de micronutrientes a causa de una deficiente diversificación alimentaria. La población agrícola se concentra en las provincias centrales, donde cultiva principalmente trigo y hortalizas con fines comerciales. Su seguridad alimentaria también es satisfactoria. Pero el elevado riesgo de variaciones meteorológicas extremas, principalmente “dzuds” y sequías, unido a la falta de diversificación en los medios de subsistencia, hace que los pastores y agricultores sean el grupo más vulnerable de la población. Un gran número de esta población puede volverse pobre y en estado de inseguridad alimentaria de una campaña a la otra y pierde su ganado.
Ello es sobre todo en el caso de los hogares afectados por la pobreza (comúnmente definidos como dueños de unas 25 cabezas o menos,), que representan alrededor de una cuarta parte de la población ganadera total. Los pastores pobres están sujetos a una inseguridad alimentaria temporal al comienzo de la primavera, cuando se agotan las reservas invernales de productos cárnicos y lácteos y los pastizales aún no se han regenerado.

Aunque la vulnerabilidad y los riesgos de las poblaciones rural y urbana son diferentes, hay una línea de continuidad entre la vulnerabilidad de las zonas agrícolas y la inseguridad alimentaria en las ciudades. La población urbana afectada de inseguridad alimentaria suele estar formada por ganaderos vulnerables que perdieron sus animales y migraron a las zonas urbanas en busca de un empleo que no consiguieron.

1.  La finalidad de la escala bod es la de calcular el tamaño de la cabaña transformando todos los animales en su equivalente en caballos. Se supone que un caballo es lo mismo que un vacuno (vaca o yak), 0,67 camellos, seis ovejas u ocho cabras.

2.  National Statistic Office; “Mongolian Statistical Yearbook”, 2000 a 2005