REDD+ Reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques

FAO y su trabajo por las turberas

¿Qué es la turba?

Una turbera es un área de tierra donde ocurre la acumulación superficial por capas de material orgánico en un estado de descomposición conocido como turba. La turba se desarrolla en condiciones anegadas y las turberas son una de las más importantes reservas de carbono sobre la tierra. Es un ecosistema frágil que tarda miles de años en formarse y convertirse en un sumidero de carbono, por lo tanto, su deterioro representa una fuente importante de gases de efecto invernadero. Según recientes análisis, a nivel mundial se estima que el drenaje y los incendios de turberas aportan al menos el 5 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así al cambio climático. La protección y restauración adecuada de los ecosistemas de turbera favorecen tanto la capacidad de adaptación como los esfuerzos de mitigación del cambio climático, además de mantener la provisión de otros servicios ecosistémicos.

Nuestra contribución

Los objetivos de la FAO en su trabajo por las turberas son: apoyar la gestión responsable de las turberas, desarrollar medios de vida sostenibles, mejorar los servicios ambientales, y reducir los impactos negativos como la emisión de gases de efecto invernadero. La FAO apoya a los países en sus esfuerzos por el manejo sostenible de las turberas a través de:

  • Intercambio de conocimientos y desarrollo de capacidades.
  • Políticas y gobernanza, como la integración de las turberas en los planes e informes nacionales, y
  • Soporte técnico a nivel regional, nacional y en campo.

El soporte técnico incluye el mapeo, monitoreo y la inclusión de estas actividades en las directrices e instituciones existentes.

La FAO trabaja junto con cuatro países en proyectos que incluyen diferentes aspectos del manejo de las turberas. Estos países son Indonesia, el Perú, la República Democrática del Congo y el Congo, además de otros proyectos a nivel mundial

La importancia de las turberas

Si bien las turberas cubren sólo el 3 por ciento de la masa terrestre libre de hielo, contienen el 30 por ciento del carbono orgánico del suelo mundial, y pueden contener más carbono que el total almacenado en los bosques y la atmósfera combinados.

Se estima que las turberas pueden encontrarse en 180 países, en todas las zonas climáticas. Sin embargo, la distribución real y área total de turberas sobre la tierra aún se desconoce.

Las turberas se encuentran cada vez más amenazadas debido a la disminución del nivel freático por los usos del suelo que implican drenaje, como la agricultura, plantaciones, tala, pastoreo y extracción de turba para su uso como combustible.

Las turberas drenadas representan en la actualidad el 10 por ciento de las emisiones totales del sector de agricultura, silvicultura y uso de la tierra.

Además, el drenaje de las turberas altera la cobertura vegetal, amenaza la biodiversidad, disminuye la calidad del agua, causa hundimiento de la tierra, aumenta la frecuencia de incendios y genera otros impactos negativos a las comunidades, sus medios de vida y al medio ambiente. Algunas soluciones son rehumedecer y manejar responsablemente las turberas, ayudando así a mantener sus servicios ecosistémicos, mejorar los medios de vida locales, mejorar la calidad del agua y contribuir con la mitigación y adaptación al cambio climático, así como reducir el riesgo de desastres.

Trabajando con nuestros socios

La FAO es miembro fundador de la Iniciativa Global por las Turberas (Global Peatlands Initiative, GPI), que está compuesta por más de 28 autoridades e instituciones que trabajan juntas en la conservación y gestión sostenible de las turberas con el fin de mantener el carbono en el suelo y no en la atmósfera, donde contribuiría al cambio climático.

Juntos, los socios contribuyen al Mapa global de carbono orgánico del suelo.

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