III. Seminario subregional para el desarrollo de microempresas agroindustriales rurales, realizado en San Felipe, Yaracuy, Venezvela, Los Dias 19 y 20 de septiembre de 1994

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3.1. Informacion general
3.2. Objetivos
3.3. Documento de base para el seminario
3.4. Informes por país
3.5. Conclusiones
3.6. Recomendaciones

3.1. Informacion general

Este Semanario fue organizado por la Oficina Regional de la FAO, para América Latina y el Caribe, a través de la Red de Cooperación Técnica en Procesamiento de Frutas y Hortalizas, con la colaboración y auspicio del Centro de Investigaciones del Estado para la Producción Experimental Agroindustrial (Fundación CIEPE).

El evento se realizó los días 19 y 20 de septiembre de 1994, en el CIEPE en San Felipe. Participaron técnicos de Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Venezuela. Además participaron alrededor de 30 técnicos nacionales de CIEPE, delegados de instituciones gubernamentales y no gubernamentales y de organismos privados.

Los representantes de los países presentaron un informe sobre el estado actual, limitaciones y perspectivas sobre el desarrollo de las microempresas agroindustriales rurales en el país. Asimismo, cada participante presentó una propuesta para crear un modelo de microempresa agroindustrial en su propio país. En los informes presentados y en las discusiones sostenidas se puso énfasis en los problemas que afectan a la pequeña agroindustria en los países y, en particular, en los aspectos tecnológicos, necesidades y disponibilidad de equipo adecuado, estrategias de comercialización y acceso al crédito, además del papel de la mujer, de los jóvenes y de los pequeños agricultores del medio rural.

Durante el Seminario, los participantes reconocieron la importancia de las microempresas agroindustriales rurales para el desarrollo socio-económico de la Subregión. Sin embargo, se destacó que en la mayoría de los paises representados, no habían políticas ni programas específicos para fomentar y desarrollar las microempresas agroindustriales rurales. El desarrollo de las mismas ofrece una alternativa para el mejoramiento económico del sector rural.

3.2. Objetivos

El objetivo principal del Seminario fue discutir el estado actual, limitaciones y posibilidades de desarrollar microempresas agroindustriales rurales en los paises participantes, con el fin de establecer un plan de acción subregional.

Los objetivos específicos del Seminario fueron los siguientes:

  1. Estudiar la información disponible en la Oficina Regional de la FAO y los documentos sobre procesamiento a pequeña escala de frutas y hortalizas en las áreas rurales.
  2. Discutir los avances, limitaciones y estrategias a seguir para desarrollar la pequeña agroindustria de frutas y hortalizas en el medio rural de la Subregión, con especial referencia al papel jugado por las mujeres y jóvenes del medio rural
  3. Discutir necesidades de entrenamiento, intercambio de cooperación técnica y planificar una estrategia subregional común, de acuerdo con los objetivos de la Red de Cooperación Técnica en Procesamiento de Frutas y Hortalizas.

3.3. Documento de base para el seminario

3.3.1 Introduccion
3.3.2. La microempresa rural
3.3.3. La agroindustria rural
3.3.4. La capacitacion
3.3.5. La vision de futuro

 

Fernando Figuerola, Consultor de la FAO

3.3.1 Introduccion

3.3.1.1. Marco general

Este seminario subregional se desarrolla organizado por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe y con la colaboración y el coauspicio de la Fundación CIEPE, con el objetivo principal de aunar criterios sobre las posibilidades de fortalecer el desarrollo rural a través de actividades agroindustriales de pequeña escala.

Es una necesidad para las comunidades rurales de toda la América Latina, encontrar la forma de canalizar y organizar sus esfuerzos en pos de un desarrollo sustentable y sostenible que les permita aprovechar en forma eficiente y responsable el gran cúmulo de recursos de que dispone la región.

Así, frente a necesidades comunes, se hace evidente la posibilidad de desarrollar estrategias comunes, que permitan a todos los paises con características similares enfrentar unidos este gran desafío de los tiempos actuales, que en definitiva se convertirá en la herencia imperecedera de las generaciones del mañana.

Grande es el deseo de todos los habitantes de esta región del mundo de ver a la América joven y rica convertida en una región desarollada y pujante, con grandes empresas y con todos sus hijos gozando de un bienestar derivado de este nivel de desarrollo. Sin embargo, la historia ha demostrado que los cambios pueden demorar penados muy prolongados y son generalmente muy paulatinos. De este modo, es bueno comenzar a caminar a fin de lograr un entrenamiento adecuado para cuando la historia nos exija correr.

La microempresa puede resultar entonces el camino adecuado para este aprender a caminar, teniendo siempre claro que si el mejoramiento continuo es nuestro objetivo principal en todo lo que hagamos, la microempresa será un punto de partida, el comienzo de un camino de desarrollo, pero el que sea la meta o no de nuestra vida, dependerá de los límites que nosotros mismos pongamos a nuestro destino.

3.3.1.2. Definición de Microempresa

El definir una actividad es siempre una tarea difícil, especialmente cuando ella no es siempre enfocada desde un punto de vista técnico, presentando por tanto una variabilidad muy grande en sus procedimientos.

Se intentará por lo tanto una definición que podría satisfacer las características de todas las microempresas que conocemos en América Latina, pero que por su naturaleza podría no corresponder exactamente a lo que se trata de explicar en la misma definición.

Una definición que existe para este tipo de empresa, se basa en el número de personas que laboran en ella y es así como se puede definir como microempresa aquélla que cuenta con un número de empleados no superior a 10. Esta definición, sin embargo, adolece de un defecto importante, se olvida que existen empresas altamente tecnificadas que con un número inferior al mencionado puede tener ventas de volúmenes muy importantes.

Resulta entonces necesario desarrollar una definición basada en el tipo de tecnología que utiliza la empresa de manera de caracterizar su acción sobre la base de la forma de producir, más que del número de personas que la conforman. Obviamente, el número de personas será un indicador relevante cuando la tecnología usada sea de nivel primario.

De este modo, una microempresa es aquélla que desarrolla sus actividades sobre la base de tecnologías muy simples, con bajos niveles de inversión y con una importante componente de mano de obra de un grupo pequeño de personas. Normalmente, estas empresas tienen bajos niveles de producción, tienen un nivel muy primario de organización y están conformadas por grupos que tienen una relación que va más allá de la normal relación empleador/empleado.

Una empresa de esta naturaleza puede además caracterizarse por la especialización en su producción. Puede producir bienes de altos niveles de calidad y al mismo tiempo puede caracterizarse por ser muy innovadora en sus procesos y en sus productos, por simples que ellos sean. Estas cualidades le permiten a la microempresa tener acceso a mercados de élite con alto poder adquisitivo y un marcado sentido de la discriminación por la calidad.

3.3.1.3. El contexto general del análisis

Este seminario fue concebido en el marco de las recomendaciones del Seminario-Taller Regional para el Desarrollo de la Pequeña y mediana Industria en el Medio Rural, que se llevó a efecto en Roque, Celaya, México, en mayo de 1992, bajo los auspicios de la Red de Cooperación Técnica en Procesamiento de Frutas y Hortalizas.

Así, este es el segundo Seminario de esta naturaleza, después de la reunión similar realizada en agosto de 1993 en Lima, Perú. Se trata pues, de crear un consenso entre los diferentes representantes de los paises de la América Latina, para promover iniciativas tendientes a fomentar el desarrollo rural basados en la implementación de proyectos, cuidadosamente analizados, con futuro, de autogeneración, donde las comunidades rurales latinoamericanas puedan apoyar su tan ansiado escape a la pobreza.

No se trata entonces, de crear iniciativas a espaldas de los actores principales, las comunidades rurales, sino de fomentar la creatividad natural de los mismos componentes de tales comunidades, de sus organizaciones de base, con el apoyo de sus organizaciones nacionales respectivas. Todo esto dentro de un marco común a la subregión, donde se deben potenciar las acciones locales con las experiencias de otras comunidades de países vecinos o miembros de otras áreas de la región.

Este es el contexto en el cual debe darse este debate, en el convencimiento de que solos no somos absolutamente nada y que unidos bajo un ideal común podremos alcanzar grandes metas. No se trata de crear falsas ilusiones, ni de proponerse alcanzar lo inalcanzable, se trata de crecer juntos, de mejorar el estándar de vida de miles y miles de hombres, mujeres, jóvenes y niños que hoy están lejos del desarrollo y que sólo desean una oportunidad para demostrar con esfuerzo y sacrificio que son plenamente capaces de aprender, de trabajar y de crear su propio bienestar futuro.

3.3.1.4. Objetivos del Seminario

De acuerdo a lo antes expuesto, el presente seminario tiene como objetivo general el discutir el estado actual, las limitaciones y las posibilidades de desarrollar microempresas agroindustriales rurales en los paises participantes, con el fin de establecer un plan de acción subregional.

Los objetivos específicos del seminario son los siguientes:

3.3.2. La microempresa rural

3.3.2.1. Introducción

Las aplicaciones de los conceptos relacionados con la microempresa a las condiciones del medio rural, deben adecuarse a las particulares características de este medio tan especial. Lo extraordinario de este medio radica en que está inserto en la naturaleza misma, es la naturaleza misma, los recursos disponibles constituyen las materias primas y las personas que forman parte de él son los ejecutores ideales para una actividad a pequeña escala.

3.3.2.2. Naturaleza y características

El medio rural es un ámbito de características muy adecuadas para la instalación y desarrollo de empresas pequeñas. Las familias rurales son instituciones naturales para este tipo de actividad. La interrelación que existe entre familias de una misma comunidad da las condiciones óptimas para un crecimiento lento, pero sostenido. Muchas de las comunidades presentan características de aislación que favorecen la producción de materias primas susceptibles de procesamiento, dentro de un marco de especialidad orgánica. Muchas otras presentan una gama de especies exóticas de gran aceptación en mercados exigentes y de alto poder adquisitivo.

Si a lo anterior se agrega que las frutas y hortalizas son cada vez más demandadas por sus características nutricionales tan particulares, el rubro de las microempresas agroindustriales rurales de frutas y hortalizas, especialmente aquellas que presentan altos contenidos de vitaminas u otras sustancias nutritivas, resulta altamente atractivo.

3.3.2.3. Organización y objetivos

Uno de los aspectos más importantes a considerar en el desarrollo de la idea de tratar de implementar una microempresa, es el aspecto organizativo, es decir, de qué manera estará constituida la empresa; cuál será su organigrama, por simple que sea; cuál será su sistema de producción, incluidos los procesos que estarán involucrados; cómo será el abastecimiento de las materias primas; cuáles serán los mercados objetivo, por lo tanto, cuáles serán los productos y sus especificaciones.

Así, la creación de una microempresa, a diferencia de lo que se puede suponer, debe considerar las mismas estructuras de gestión que una empresa de tamaño más grande, más simplificadas, pero de igual naturaleza, de manera que la empresa pueda manejarse en términos técnicos, económicos y de gestión en forma adecuada que permita su sustentabilidad.

Un aspecto muy importante en la organización es lo relativo al abastecimiento de materias primas. Cuál será la forma de proveerse de las materias primas para el funcionamiento de la empresa. Cuál será el tipo de relación entre los proveedores y la empresa de procesamiento. Cuál será la proporción de autoabastecimiento si la hubiera. Cómo se estructurarán los contratos de compra para los proveedores externos.

Un conocimiento acabado del mercado objetivo, dará las bases para la adecuada planificación de la producción, de su calidad, de las características que deberán presentar los diversos productos, los tipos de envase a usar.

Por otra parte, es muy importante establecer claramente cuáles son los objetivos de la actividad que se va a realizar. Se debe determinar si el objetivo es el autoconsumo de la comunidad donde se encuentra inserta la empresa, si el objetivo es además el mejoramiento del nivel de vida de la comunidad, si el objetivo es proyectarse al mercado regional o nacional. En otras palabras, se debe establecer con certeza por qué se está desarrollando el emprendimiento, por qué se está instalando la empresa, de modo de actuar en consecuencia.

3.3.2.4. Los marsos disponibles

Como se expresó antes, una de las características mas favorables del medio rural es que es una fuente continua de recursos. Por una parte, se tiene la gran gema de productos derivados de la producción agrícola y por otra, se cuenta en toda América Latina y especialmente en algunas zonas de la región, con abundantes recursos naturales, frutas y hortalizas silvestres a disposición de quienes deseen hacer un esfuerzo por transformarlas en alimentos atractivos y de buen valor nutritivo.

Esta abundancia de recursos se complementa con la naturaleza muy variada de los mismos y al mismo tiempo con el carácter exclusivo que muchos de ellos tienen en el contexto mundial. Esto favorece las posibilidades de un intercambio activo entre los microempresarios de esta región y el resto del mundo, lo que lleva a considerar a las actividades propuestas como medios ciertos de mejoramiento para las comunidades más aisladas y menos privilegiadas de nuestra américa.

El aprovechamiento integral y responsable de los recursos disponibles debe ser una meta para todos los gobernantes de esta región. Es imprescindible remarcar el carácter responsable de la utilización de los recursos, lo que en la práctica significa que debemos velar en esta tarea por la sustentabilidad de los proyectos, es decir, debemos asegurar que las generaciones futuras podrán gozar, al igual que se hace hoy, de abundantes riquezas naturales y podrán, a su vez, continuar con la misión de mantener el mejoramiento continuo de las comunidades que hoy inician este camino.

El medio ambiente de algunas áreas aisladas de la región presenta una alta susceptibilidad frente a cambios producidos por el hombre, de manera que se debe tener especial cuidado al planificar explotaciones de recursos aprovechables que esas áreas sean especialmente consideradas al tomar las precauciones necesarias para mantener un equilibrio ecológico.

Con este marco de referencia, los recursos de mayor disponibilidad para los fines de cumplir con los objetivos de este Seminario son las frutas y hortalizas, especialmente aquellas que no requieren de un proceso de producción formal agrícola, sino que se obtienen de un proceso de recolección, debido a su naturaleza silvestre. Por supuesto, existen muchas especies que son cultivadas, en muy buenas condiciones en esta región y que constituyen materias primas verdaderamente idóneas para los procesos de pequeña escala que deberán ser incluidos en el sistema productivo de la microempresa.

3.3.2.5. La mujer y los jóvenes

El medio rural presenta, como ya se analizó antes, algunas características muy particulares y una de ellas es la necesidad de dar una mayor participación a la mujer y a los jóvenes rurales en los esfuerzos tendientes a salir del subdesarrollo. Esta necesidad radica en el conocido hecho de que las migraciones del sector rural a las grandes ciudades tienen como causa principal la falta de posibilidades de los jóvenes y en que las exigencias de los tiempos actuales requieren de una cooperación activa de la mujer en el mantenimiento del hogar, especialmente como un complemento de las actividades de producción agrícola de sus cónyuges.

Uno de los aspectos que es muy necesario destacar es el hecho de que cuando se propone la creación de microempresas como una forma de favorecer el desarrollo rural, no se está proponiendo la conversión de productores agrícolas o campesinos en industriales. Esta podría ser una de las mas graves consecuencias de un programa basado en los resultados sin pensar en la historia previa de los principales actores.

Es aquí entonces, donde la mujer y los jóvenes rurales juegan su papel fundamental. El complemento a la producción agrícola primaria es la gestión para lograr aumentar el valor agregado de tal producción y es a esta gestión a la que se propone que dediquen sus máximos esfuerzos estos estamentos de la familia rural. La mujer rural tiene un temple especial y una capacidad de trabajo a toda prueba, factores que unidos a una especial sensibilidad hacia la innovación le permite ser un elemento de importancia trascendental en cualquier emprendimiento que se desee desarrollar.

3.3.3. La agroindustria rural

3.3.3.1. Introducción

Para muchos el adjetivo rural acompañando al sustantivo agroindustria puede resultar una redundancia. Porque puede resultar incomprensible que una agroindustria se encuentre localizada en otras áreas que no sean aquellas de las cuales provienen lo bienes que constituyen las materias primas para la actividad. Sin embargo, es bastante común encontrar empresas agroindustriales insertas en áreas urbanas densamente pobladas, especialmente en algunas de las grandes ciudades de América Latina que han tenido un crecimiento inorgánico y han dejado las plantas de procesamiento que estaban localizadas en la periferia, inmersas casi en el centro de las ciudades.

Para los objetivos de este seminario, lo relevante es el desarrollo de actividades agroindustriales en el medio rural, es decir, el crear una forma de complementar las actividades que ya se realizan en el campo, con un sistema productivo que permita el aprovechamiento de los recursos disminuyendo las pérdidas, la creación de nuevas oportunidades de trabajo y la incorporación de todos los estamentos de la población a la producción.

A pesar de lo antes dicho, es necesario dejar la posibilidad abierta al desarrollo de proyectos de naturaleza agroindustrial en el medio suburbano, como una forma de enfrentar la difícil situación por la que atraviesan muchas ciudades que cuentan con populosos sectores periféricos de escasos recursos, los conocidos cordones de pobreza de muchas grandes ciudades de América Latina.

3.3.3.2. Definición de agroindustria

Para los fines de este seminario resulta innecesario e improductivo entrar en una discusión profunda de los que se entiende por agroindustria, un tema que ha dado para llenar varias páginas de voluminosos documentos desarrollados en diferentes contextos en el pasado.

Por lo tanto, proponemos desarrollar una definición simple, que exprese lo que necesariamente debe estar presente como una forma de crear un consenso para continuar con la discusión de los aspectos verdaderamente interesantes de este seminario.

Así, podemos definir agroindustria como aquél subsector de la economía que comprende actividades de acondicionamiento, conservación, procesamiento y comercialización de bienes provenientes de la producción primaria agropecuaria y/o la recolección de productos silvestres o naturales. Esta definición, como se puede observar, no considera algunas actividades de tipo secundario, que contemplan el uso de materia primas industriales como la harina, los cueros, los subproductos de la industria azucarera y otros. Solamente se refiere a la actividad industrial desarrollada con productos primarios. Además, esta definición deja definitivamente fuera del análisis a los productos acuícolas, ya sea marinos o de agua dulce.

Para los fines de este seminario, el concepto de agroindustria adquiere una connotación más restringida, en el sentido de incluir solamente el manejo de materias primas de tipo hortifrutícola, es decir, todas aquellas materia primas provenientes de la fruticultura y de la olericultura, ya sean de naturaleza silvestre o espontánea, o proveniente de sistemas de producción agrícola formales.

De este modo, estarnos cubriendo una parte del sistema agroindustrial, porque estimamos que la especificidad de los productos que se consideran en esta oportunidad constituye por si misma un tema muy complejo, que difícilmente se podría combinar con otros sistemas productivos agropecuarios en un análisis de tiempo limitado como el que estamos desarrollando ahora.

3.3.3.3. El aprovechamiento integral de los recursos

Ya se ha mencionado que los recursos disponibles en América Latina, en términos de productos hortifruticolas cultivados o silvestres, es potencialmente muy grande. Sin embargo, cuando se analizan las pérdidas que afectan a este tipo de productos, las cifras pueden sorprendernos. En general es relativamente sencillo estimar volúmenes no aprovechados cuando se trata de productos cultivados, los cuales se manejan en sistemas relativamente controlados, resulta difícil, sin embargo, estimar siquiera en muchos casos, las pérdidas que ocurren en sistemas silvestres donde los productos se desperdician aún sin recolectar.

Lo significativo de este análisis radica en que, en muchos casos, los productos potencialmente aprovechables pueden constituirse en recursos procesables y comercializables de un valor importante. Por esta razón es que se hace necesario que cada país evalúe su potencial en términos de los recursos naturales disponibles, es necesario tener claro cuál es el volumen de los recursos y cuáles son las realidades actuales, en relación con las pérdidas netas de poscosecha o con el desperdicio de productos silvestres no aprovechados al no ser recolectados.

Muchos de estos recursos están disponibles con diferente grado de dificultad para las comunidades que los contienen, de modo que se hace necesario establecer la disponibilidad real de los recursos, las formas de producirlos o recolectarlos para las condiciones específicas de cada área o región, así como las diferentes posibilidades de aprovechamiento que ellos tienen en cada caso en particular. Muchas voces este aprovechamiento será de tipo local, en algunas oportunidades existe un potencial de comercialización más regional o incluso nacional y en otros casos, existen posibilidades ciertas de una comercialización que traspase las fronteras nacionales para acceder a mercados de alta exigencia.

Lo importante en el mensaje es que los recursos existentes, sean de la naturaleza que sean, deben ser aprovechados en beneficio de un mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de las regiones que los poseen. Cuando un bien agrícola se produce, con los consiguientes costos de producción involucrados, resulta penoso ver que algunos casos lo realmente aprovechable no supera el 50 % de lo potencialmente aprovechable, esto significa que un 50% de los recursos productivos usados fueron desperdiciados aproximadamente y no es posible concebir que este sea un lujo que los países de América Latina puedan darse.

3.3.3.4. Las posibilidades industriales

Cuando se piensa en un proceso agroindustrial, la tendencia es crearse la imagen de lo que uno está acostumbrado a observar en el mercado, es decir, una serie de productos que significan el resultado de una serie de actividades que conforman el proceso. Sin embargo, cuando se debe caracterizar el sistema de la microempresa, debemos acotar las aspiraciones a aquellos procesos que sean factibles en el marco de la realidad de la pequeña escala, de las limitaciones tecnológicas que ello implica y del carácter artesanal que pueden tener muchas de las ideas que se desee implementar.

De este modo, primero que nada es necesario tener muy claro que, dependiendo de las disponibilidades de financiamiento, los procesos que se pueden implementar a escala artesanal y aún a pequeña escala, están limitados por las posibilidades de llevarlos a cabo con eficiencia y calidad a costos razonables y de acuerdo con las dimensiones del emprendimiento.

Los procesos de mayores posibilidades serán, por lo tanto, aquellos que utilicen tecnología simple, donde exista una componente importante de mano de obra y que presenten una simplicidad en términos de sus componentes y sus resultados, en los cuales la calidad sea fundamentalmente determinada por un cuidado especial en las diversas operaciones del proceso y no por las características mismas del proceso en sí.

Entre los procesos sencillos que se pueden aplicar a la idea de microempresa, se encuentran la conservaría, especialmente de productos ácidos; la elaboración de productos concentrados azucarados; los encurtidos; la elaboración de jugos y néctares pasteurizados naturales o formulados; la deshidratación, por nombrar aquellos que se pueden aplicar a la conservación y el procesamiento de frutas y hortalizas. Otras materias primas, de naturaleza diferente, podrán ser susceptibles de acceder a otro tipo de proceso.

De los procesos antes nombrados, algunos presentan una mayor amplitud de aplicación, como es el caso de la conservaría los concentrados azucarados, otros, sin embargo, presentan limitaciones por condiciones propias de los productos o por condiciones de medio ambiente que caracteriza las áreas en las cuales se desarrolla la actividad. La deshidratación, por ejemplo, presenta el inconveniente que requiere ciertas condiciones de radiación y humedad del aire que son imprescindibles para desarrollar un proceso eficiente.

La conservaría de baja acidez, por otra parte, requiere de un manejo especializado de la operación de esterilización y, en ciertos casos de la disponibilidad de elementos mas sofisticados que los comúnmente usados, como ser un autoclave a presión para esterilizar a temperaturas mayores que las normales de ebullición del agua. Existe en este caso una relación directa entre calidad del producto y las temperaturas y tiempos de esterilización usados. Idealmente, se debe usar tiempos cortos y temperaturas altas. Esto necesariamente implica el uso de sobre presión, lo cual, para asegurar la eficiencia, significa la implementación de un sistema de autoclave con vapor, lo cual implica la instalación de una red de vapor y una caldera.

De lo anterior se desprende que las posibilidades de industrialización de frutas y hortalizas mediante métodos artesanales y de pequeña escala son dependientes de las condiciones particulares que presente la microempresa, su localización, los recursos disponibles, la capacitación que hayan tenido sus integrantes, las posibilidades de mercado y la infraestructura disponible.

Debe, en todo caso, tenerse muy claro que la diversificación excesiva puede ser un problema muy importante y difícil de manejar por una microempresa. La mono producción, por otra parte, resulta también de un alto riesgo para una empresa pequeña, porque los clientes potenciales preferirán tener el menor número posible de proveedores para una serie de productos similares. La solución es entonces, escoger un grupo de productos de naturaleza similar y que puedan ser ofrecidos como un paquete. De la definición de estos productos, se derivará la definición de los procesos que definitivamente conformarán la base de los programas de producción de la empresa.

Se debe considerar, además, que la naturaleza de los procesos hace que ellos presenten diferencias en el grado de dificultad para su implementación, lo que significa, como se mencionó antes, que el nivel de preparación de los ejecutores de la microempresa resulta en muchos casos determinante sobre el tipo de proceso que se implementará, por lo tanto el tema de la capacitación que se analizará más adelante reviste especial importancia, tanto en la planificación e implementación de la microempresa como en el funcionamiento futuro de ella.

Otro factor determinante de los procesos a implementar en la microempresa es el de los mercados objetivo, es decir, cuáles sean las expectativas que la empresa tenga en relación a sus clientes potenciales. La definición sobre si serán mermeladas, conservas, productos encurtidos (acidificados), deshidratados u otros, dependerá de cuáles son los mercados que se desea atacar en la estrategia de comercialización de la empresa. este modo, la producción se adecuará a la naturaleza de los clientes.

3.3.3.5. Los mercados

Este es uno de los aspectos más relevantes en el análisis de las posibilidades de éxito, en la factibilidad de un proyecto de microempresa. El establecer la naturaleza de los mercados, la accesibilidad de los mercados existentes, el nivel de competitividad que la empresa tiene frente a proveedores ya posicionados en el mercado, resultan factores muy importantes de considerar al momento de planificar esta actividad

Los mercados objetivo de una microempresa agroindustrial rural en el ámbito de las frutas y hortalizas, por ejemplo, pueden ser de naturaleza muy variada. Desde la producción para el autoconsumo, no necesariamente considerada un mercado propiamente tal, hasta la exportación hacia países de alta exigencia, poder adquisitivo alto, niveles importantes de discriminación.

Estas posibilidades crean una variabilidad importante en el enfoque que los microempresarios pueden y deben dar a su actividad, será diferente cuando el producto de la empresa sea para autoconsumo que cuando éste sea para el consumo comunitario o si se destina a consumo regional, nacional o internacional. Las diferencias radican en los requerimientos que el producto debe cumplir en relación a las normativas particulares que en cada caso se deben aplicar. Existirán, de este modo, normas técnicas y sanitarias que se deben cumplir a nivel local, regional y nacional; así como procedimientos que se deben cumplir para satisfacer las exigencias de los mercados internacionales.

En algunas ocasiones, las regulaciones locales son diferentes y especiales con respecto a la normativa nacional, privilegiándose un sistema de producción y comercialización local, por sobre la comercialización nacional que incluye trabas adicionales en materias de subsidios para la instalación, exigencias en términos de leyes laborales y otras regulaciones especiales que pueden incentivar este tipo de actividad en una región o zona determinada del país.

Otro aspecto de mucha importancia a considerar cuando se planifica la comercialización hacia mercados específicos, es el de los envases. El tipo de envases, su capacidad, su calidad y diseño y su rotulado, forman un conjunto que debe ser especialmente analizado al diseñar una estrategia de mercadeo. En este tipo de productos, que por su naturaleza están destinados a una élite socio-económica en muchos casos, la presentación es un factor determinante del éxito del negocio y por ello es necesario conocer las diversas posibilidades de acceder a envases y embalajes de buena calidad. Una dificultad que se debe tener en cuenta es que, en la mayoría de los casos, las empresas fabricantes de envases y embalajes no venden sus productos en pequeñas cantidades, lo que obliga a las pequeñas empresas a asociarse en algún tipo de organización que les permita comprar al por mayor y luego distribuir el material entre sus asociados, de acuerdo a sus necesidades.

Los envases de vidrio, las tapas para los mismos, las etiquetas, son materiales normalmente comercializados por cantidades bastante mayores que las que requiere un microprocesador y el costo financiero de mantener un stock de tales materiales puede ser más alto de lo que la microempresa puede soportar. Se requiere, entonces, un sistema donde estos costos financieros sean compartidos, de ser necesario, por un grupo de microempresarios asociados, por ejemplo en una cooperativa para el abastecimiento de insumos.

Un aspecto que también resulta atractivo de desarrollar es el de la asociación para la venta de los productos. Esto requiere de una organización muy ordenada, en el sentido de establecer un mecanismo de normas que permita al grupo producir bienes uniformes, es decir, bajo las mismas especificaciones técnicas que puedan comercializarse incluso bajo una misma marca. De este modo el cliente recibe el material de un distribuidor sin conocer el origen específico del producto. La comercialización desarrollada en esta forma tiene la ventaja de la disminución significativa de los costos relacionados con este ítem, uno de los costos variables de mayor importancia en este negocio. Además, permite establecer una estrategia conjunta para todos los productos de una región o incluso del país, lo que logra un mejor posicionamiento frente a los clientes.

3.3.3.6. Las metas

Uno de los aspectos más difíciles al planificar una actividad, de la naturaleza que sea, es la estructuración de metas específicas que alcanzar, estableciendo los plazos en los cuales estas metas deben ser cumplidas. Las metas son los resultados que satisfacen los objetivos propuestos por el grupo que sustenta una idea y corresponden a hitos muy bien definidos que deben ser alcanzados normalmente como paso previo al avance a etapas consecutivas.

En las microempresas agroindustriales también es necesario fijarse metas, hitos que alcanzar en plazos claramente determinados, pues solamente en esos casos se puede establecer un plan de desarrollo que conduzca al éxito. Si no se tienen metas claras y se navega sin rumbo fijo se cae en un problema muy común y que es determinante de muchos fracasos de empresas de muy variado tamaño, pequeñas, medianas grandes y también microempresas, la improvisación. Es, sin embargo en estas últimas donde el establecimiento de metas claras parece más necesario. La improvisación en una empresa pequeña resulta en una desorganización permanente y generalizada de sus actividades y ello conduce casi seguramente a un caos financiero.

3.3.4. La capacitacion

3.3.4.1. Introducción

Una de las bases del buen accionar de cualquier actividad que requiera de una habilidad técnica, es el desarrollo del conocimiento. Cuando un ser humano desea llevar a cabo tareas definidas de un cierto grado de especialización, se hace necesario que logre la mejor preparación posible para enfrentar tales tareas. De este modo, el poner en funcionamiento una microempresa agroindustrial rural para que trabaje en el procesamiento de frutas y hortalizas, hace necesario desarrollar un esfuerzo importante en capacitación. En diversas áreas del quehacer productivo se hace necesario crear capacidades, desarrollar habilidades que permitan a quienes llevan adelante la tarea salir exitosos del emprendimiento.

3.3.4.2. Una necesidad permanente

La capacitación no tiene un plazo establecido dentro del cual se produce y luego se olvida, la capacitación es una tarea que implica un proceso continuo, que se adecue a los cambios permanentes que se experimentan en el medio en el cual el individuo de desenvuelve.

Este proceso que puede ser interno de la empresa, aún de la microempresa, también puede requerir de ayuda externa, en materias de diversa índole, laboral, de gestión, de tecnología, administrativa y financiera, etc. Cualquiera que sea la naturaleza de la necesidad, es importante tener muy claro que es un proceso imprescindible de realizarse si se desea mejorar en forma permanente los niveles de eficiencia de la empresa.

¿Por qué se considera una necesidad?. Porque debe ser visualizado de ese modo por los verdaderamente interesados en recibir los conocimientos. No es posible que la capacitación sea una actividad impuesta desde el exterior, por instituciones gubernamentales o no gubernamentales, excepto como requisito básico para la entrega de recursos. Pero la capacitación debe ser entendida como una inversión por parte de la propia empresa. Por ello que el proceso puede ser realizado internamente como una manera de aprovechar los recursos internos disponibles en materia de conocimientos.

3.3.4.3. El desarollo de capacidades

La eficiencia de un grupo de trabajo dependerá siempre de la capacidad individual de cada uno de sus integrantes y esta capacidad es siempre susceptible de ser aumentada mediante el entrenamiento, la capacitación sistemática y el logro de un trabajo en equipo, en el cual se cumplan cada una de las metas impuestas por los responsables de la gestión, que en el caso de una microempresa pueden ser todos los participantes o dueños de la misma.

La capacidad de establecer los objetivos, las metas y los procedimientos para lograrlos es una de las más fundamentales necesidades de un grupo organizado. Se debe tener la capacidad para variar, para reestudiar el camino recorrido, para hacer correcciones, para enfrentar problemas y, sobre todo, se debe tener una capacidad especial para resolverlos en forma eficiente.

La capacidad para resolver problemas es una herramienta muy valiosa, pero se debe tener claro que más importante que encontrar una solución en forma rápida, es la capacidad de reconocer dónde está el problema, cuál es el problema que nos afecta. Recién con una adecuada identificación del problema, recién en ése caso se puede pasar a buscar las causas que lo motivan y luego de establecidas estas causas, que deben ser las causas raíces o fundamentales, se puede pensar en las posibles soluciones que existen para el problema.

3.3.4.4. El mejoramiento continuo y el desarrollo

Las teorías de la calidad total siempre han considerado como uno de sus pilares fundamentales el mejoramiento continuo, es decir, el logro de pequeños mejoramientos en forma permanente, de manera de producir cambios sutiles en los procedimientos y en el accionar de las personas, más que cambios rápidos y muy significativos en un plazo menor. El mejoramiento continuo es un término que se aplica indistintamente a la gestión y a los procesos y tiene un efecto muy positivo en el aumento tan buscado de eficiencia en los procesos industriales. La gente contenta es más productiva y la mayor productividad conduce casi siempre a un desarrollo sostenido de las actividades del hombre.

Una forma distinta de mejoramiento es la Reingienería, es decir, cambiar en un momento dado la naturaleza del proceso que se está llevando a cabo, desarrollar una idea nueva sobre el mismo objetivo, establecer un proceso diferente. La reingeniería no es un paso paulatino, sino es un cambio casi completo de la concepción del proceso actual por uno nuevo, y se realiza en un plazo más bien breve.

El mejoramiento continuo es un logro, no es una metodología, sino es una meta, que se puede desarrollar por diversos métodos, todos los cuales pueden ser igualmente aplicados. Así, siendo casi una disciplina de vida, es perfectamente posible su aplicación, como concepto, a empresas de cualquier tamaño, incluso familiar. Analizado desde este punto de vista, obviamente el mejoramiento continuo será un factor altamente determinante de un desarrollo sostenido de la empresa.

Al variar las metas con el tiempo y al tenerse una visión diferente cada vez que se alcanza un hito, el desarrollo será una consecuencia casi lógica de todo el proceso de mejoramiento, por muy paulatinos que sean los cambios que se deben producir.

El mejoramiento continuo es un fenómeno que ocurre generado desde el interior de las organizaciones, difícilmente se puede inducir o favorecer significativamente desde el exterior. Las organizaciones cambian porque sus integrantes desean el cambio y solamente si existe la real voluntad de cambio, entonces, se producirán los cambios que conduzcan a un mejoramiento real del nivel de eficiencia de la empresa. El apoyo de las organizaciones técnicas producirá solamente el incentivo sistematizado para los cambios, pero ellos serán permanentes solamente si el fondo de los cambios proviene directamente del interior mismo de los grupos que son el sujeto del cambio.

3.3.4.5. Tipos y niveles de capacitación

Como ya se planteó antes, la capacitación a ser entregada a grupos microempresarios, especialmente en el área de la agroindustria rural, es muy variada. Los temas que son más recurrentes en los requerimientos por capacitación son los relativos a la organización, al manejo administrativo financiero, al apoyo en materias de tecnología y de comercialización.

Las formas de capacitación varían desde los cursos formales financiados por los interesados, los cursos de capacitación con apoyo financiero internacional, las actividades de extensión y difusión de los centros universitarios y de investigación, las cartillas técnicas sobre temas específicos de tipo tecnológico, la capacitación en el trabajo y otras.

Los niveles que se pueden aplicar en este tipo de actividad, dependerán fundamentalmente del nivel de instrucción de la población objetivo de tal capacitación. En el caso de microempresas sería de esperar que los niveles de los programas de capacitación fueran de tipo medio o bajo, teniendo en cuenta que estas empresas estarán constituidas fundamentalmente por no especialistas o por personas sin ninguna instrucción formal en el tema del proceso de conservación de frutas y hortalizas. Obviamente existen microempresas cuyos integrantes sí tienen instrucción formal en los tópicos que les son de interés, en cuyo caso la capacitación es de un mayor nivel.

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