FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias No.1, marzo 2003

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SITUACION DE LOS CULTIVOS Y DEL SUMINISTRO DE ALIMENTOS

PANORAMA GENERAL

En marzo de 2003, el número de los países que se encuentran en una grave situación de escasez de alimentos se cifra en 38: 25 en África, 6 en Asia, 5 en América Latina y 2 en Europa. En muchos de ellos la escasez de alimentos se ve agravada por los efectos que la pandemia del VIH-SIDA tiene en la producción, la comercialización, el transporte y la utilización de los alimentos. De ahí que en las próximas misiones conjuntas de evaluación de los cultivos y el suministro de alimentos del PMA y la FAO se integrará este factor en la medida de lo posible.

En el África austral, las perspectivas para las cosechas de cereales de 2003 han mejorado gracias a unas lluvias entre normales y superiores a lo normal recibidas en la mayor parte de las regiones durante febrero, particularmente en las zonas ya afectadas por las rachas secas y la irregularidad de las precipitaciones. En conjunto, las perspectivas son hasta ahora favorables y se esperan buenas cosechas de cereales en la mayoría de los países, siempre y cuando las precipitaciones continúen hasta finales de marzo. En Zimbabwe, sin embargo, las perspectivas son malas debido a una sequía prolongada y a una nueva reducción de la superficie plantada en el sector comercial. También se prevé una mala cosecha en las provincias meridionales de Mozambique, pese a que en el plano nacional las perspectivas son más bien buenas. En otras zonas afectadas por sequías cortas, como Botswana, Namibia, algunas partes de Lesotho y Swazilandia y la provincia meridional de Zambia, las perspectivas siguen siendo inciertas ya que el resultado definitivo dependerá de que las lluvias continúen hasta principios de abril. En las próximas semanas deberán vigilarse de cerca las condiciones atmosféricas y la situación de los cultivos en esas zonas.

La difícil situación creada en el suministro de alimentos debido a dos malas cosechas consecutivas se ha atenuado gracias a unas distribuciones de ayuda alimentaria considerablemente mejoradas en diciembre, enero y febrero, que han impedido el empeoramiento de la crisis alimentaria. Como respuesta al llamamiento del PMA, en el que se pedían 993 000 toneladas de ayuda alimentaria para prestar asistencia hasta finales de marzo de 2003 a 10,3 millones de personas muy afectadas de seis países de la subregión, al final de febrero las contribuciones cubrían el 90 por ciento. En Malawi y Zambia, las cuantiosas importaciones comerciales no registradas provenientes de Mozambique y Tanzanía han contribuido significativamente a colmar el déficit de cereales. En la mayoría de los países los precios del maíz, el alimento básico principal, comenzaron a bajar durante el mes de febrero y se encuentran ahora por debajo de sus niveles de hace un año.

En la región de los Grandes Lagos, la producción agrícola de la primera temporada de 2003 disminuyó en Burundi debido al retraso de la estación de las lluvias y a la inseguridad reinante durante el tiempo de la siembra. Los precios de los frijoles y de otros cultivos alimentarios, como las batatas y los bananos, están muy por encima de sus niveles de hace un año particularmente en los mercados rurales. Durante el primer trimestre de 2003 se seguirá necesitando asistencia alimentaria para las personas desplazadas en el interior del país y otras personas vulnerables. En la República Democrática del Congo, el retraso de las lluvias recibidas en la región de Kivu, unido a la persistencia de los conflictos civiles, dio lugar a otra cosecha menguada durante la primera campaña agrícola de 2003. La situación alimentaria y nutricional de un gran número de personas desplazadas en el interior sigue siendo crítica.

En el África oriental, las considerables pérdidas agropecuarias sufridas en algunas partes, a causa principalmente de la sequía, han determinado una grave situación de escasez de alimentos. La situación es particularmente grave en Eritrea y Etiopía donde se necesitan cantidades grandes de importaciones, principalmente como ayuda alimentaria. En Eritrea, cerca de dos terceras partes de la población están atravesando una grave crisis alimentaria debida a una sequía prolongada que afectó sensiblemente a la producción agropecuaria en 2002. Se necesita, además, asistencia humanitaria para un gran número de personas desplazadas por la guerra de 1998-2000 con el vecino país de Etiopía y para los que regresan del Sudán. En Etiopía, una misión conjunta de evaluación de los cultivos y el suministro de alimentos del PMA y la FAO enviada recientemente observó que la producción de cereales de 2002 había disminuido en alrededor de un 25 por ciento debido a la sequía. Ha muerto un gran número de cabezas de ganado y las tasas de malnutrición han aumentado espectacularmente, particularmente entre los niños. El gobierno ha formulado un llamamiento a la comunidad internacional por 1 440 000 toneladas de alimentos para prestar asistencia a más de 11 millones de personas. En el Sudán, una misión conjunta de evaluación de los cultivos y el suministro de alimentos del PMA y la FAO enviada entre finales de noviembre y diciembre observó que en 2002 la producción de cereales había disminuido alrededor de un 30 por ciento con respecto al año anterior. Lo cual ha agravado las dificultades alimentarias a las que hacen frente los grupos vulnerables, particularmente las personas desplazadas a causa del conflicto. Según las estimaciones, 3,5 millones de personas necesitan alrededor de 230 000 toneladas en concepto de asistencia alimentaria. En Kenya, pese al mejoramiento de las perspectivas para la cosecha de la temporada secundaria y a las lluvias buenas recibidas en las zonas afectadas por la sequía, en algunos distritos septentrionales sigue habiendo preocupación por la salud alimentaria. En Uganda, el desplazamiento de un gran número de personas registrado en las partes septentrionales debido a la escalada del conflicto, unido a las malas cosechas obtenidas en algunas partes a raíz de la sequía, ha agravado las dificultades alimentarias en las zonas afectadas. Cerca de 1,5 millones de personas reciben actualmente asistencia del PMA en diversas partes del país. En cambio, en Somalia y Tanzanía ha mejorado en general la situación en el suministro de alimentos gracias a las buenas cosechas obtenidas, pero en algunos lugares siguen escaseando los alimentos debido a la sequía y a los conflictos.

En el África central, el recrudecimiento de las hostilidades en la República Centroafricana ha provocado el des-plazamiento de miles de personas, pero la inseguridad está impidiendo la prestación de asistencia humanitaria.

En el África septentrional, ha terminado la siembra de la mayor parte de los cereales de invierno de 2002/03 que se recogerán a partir de abril. En enero se registraron lluvias entre normales y abundantes en la mayor parte de la región y se señala que la situación de los cultivos es en general favorable. En Argelia y Túnez, se espera una recuperación de la producción respecto a 2002, cuando los cultivos se vieron gravemente afectados por la sequía. Las perspectivas son también favorables en Egipto y Marruecos, donde se pronostican cosechas entre medias y superiores a la media.

En el África occidental, ha surgido una grave situación de escasez de alimentos en algunas partes debido principalmente a la sequía y a los efectos de los conflictos pasados o actualmente en curso.

En el oeste del Sahel, la grave sequía del año pasado fue gravemente perjudicial para la seguridad alimentaria de cerca de 600 000 personas en Cabo Verde, Gambia, Malí, Mauritania y el Senegal. Unas 420 000 personas atraviesan dificultades alimentarias en Mauritania, el país más afectado, donde, además de tres años consecutivos de grave sequía, las lluvias fuera de estación recibidas el año pasado causaron la muerte de decenas de miles de cabezas de ganado, una fuente importante de subsistencia para muchas familias. Los conflictos actualmente en curso en Côte d'Ivoire y Liberia han determinado un desplazamiento en gran escala y minaron la seguridad alimentaria de miles de personas en toda la subregión. En Côte d'Ivoire, al menos 1 millón de personas han debido desplazarse internamente, mientras que otras 200 000, principalmente trabajadores emigrantes de las vecinas Burkina Faso, Guinea, Liberia y Malí, han abandonado el país. En Liberia, miles de personas recientemente desplazadas afluyeron a Sierra Leona y Guinea, que ya hospedan un gran número de refugiados y PDI. Desplazamiento masivo que ha trastornado las actividades productivas y de comercialización, perjudicando la situación en el suministro de alimentos en los países interesados.

En Asia, debido a las lluvias en general desfavorables e irregulares del monzón de 2002, el arroz, principal cereal alimentario de la región, sufrió ese año grandes pérdidas (alrededor de 16 millones de toneladas), habiéndose registrado la mayor parte de la merma en los dos principales países productores del mundo, la India y China. Las pérdidas se vieron compensadas en parte por unos aumentos moderados registrados en la región en la producción de trigo y otros cereales. Según estimaciones, la producción de alimentos ha acusado una mejora considerable en 2002/03 en el Irán, Sri Lanka, Bangladesh, Viet Nam, la República Democrática de Timor-Leste y Filipinas, mientras que en la India, el Pakistán, el Nepal, Mongolia y Tailandia es probable que las condiciones atmosféricas desfavorables reduzcan la producción de alimentos. China, un importante productor de cereales, y otros países de la región deberían de mantener sus niveles normales de producción. La República Popular Democrática de Corea, que es el país que más asistencia alimentaria per cápita necesita en la región, ha recibido muy poca ayuda exterior en los últimos meses a pesar de los llamamientos lanzados por el PMA pidiendo ayuda alimentaria de urgencia. En Mongolia, la situación en el suministro de alimentos se ha visto perjudicada por las rigurosas condiciones atmosféricas invernales que dieron lugar a que 665 000 personas necesitaran asistencia alimentaria de urgencia.

En el Cercano Oriente, se considera que en el Afganistán se obtendrá una producción de cereales igual a la de la cosecha recuperada del año anterior gracias a una mejora de las precipitaciones y de las condiciones de crecimiento. Sin embargo, se necesitará ayuda alimentaria para los refugiados repatriados, los nómadas, las personas discapacitadas y otras familias vulnerables. Unas lluvias buenas recibidas últimamente en Siria y Jordania han mejorado las perspectivas para la cosecha de cereales de 2003 que se recogerá en abril y mayo. En el Iraq, las perspectivas para la producción agrícola de 2003 son en general inciertas debido a las perspectivas de una posible guerra. Además, la producción de cereales se verá afectada por la grave escasez de fertilizantes, piezas de repuesto para la maquinaria agrícola y otros insumos agrícolas. La situación alimentaria en la Ribera Occidental y en la Faja de Gaza es también grave debido a la escasez de alimentos y desorganización del mercado que se han visto ulteriormente agravados por las continuas operaciones militares y a una situación política actualmente tensa.

En la CEI asiática, la situación de los cultivos de invierno es satisfactoria gracias a una humedad del suelo suficiente y al mejoramiento de las precipitaciones en toda la región. El mejoramiento de la cosecha prevista tendrá lugar más en los países deficitarios de alimentos de la región, muchos de los cuales han necesitado algo de ayuda alimentaria en el pasado reciente. Se pronostica que en Kazajstán, el principal exportador de cereales de la región, la cosecha de cereales disminuirá en alrededor de 2,6 millones de toneladas, debido a una destrucción invernal superior a la media y a una disminución de la superficie sembrada con cereales, particularmente en las nuevas tierras septentrionales del país.

En América Central, han comenzado los preparativos de la tierra para la siembra de los cultivos de cereales y frijoles de la primera temporada de 2003. Las producciones conjuntas de cereales obtenidas en 2002 en los países centroamericanos superaron en alrededor de 600 000 toneladas a la media de los últimos cinco años. Pero la situación varía de un país a otro. En El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, la situación en el suministro de alimentos continúa siendo difícil particularmente para los miles de trabajadores rurales que han perdido sus empleos en el sector cafetero. Los grupos más afectados están recibiendo asistencia alimentaria. En el Caribe, la producción de cereales para la subregión en su conjunto superó en alrededor de 200 000 toneladas el nivel medio, pero en Haití las producciones de los cereales secundarios y el arroz fueron muy inferiores debido al mal tiempo imperante durante el primer semestre de 2002.

En América del Sur, se ha terminado de recoger en las zonas australes la cosecha de trigo de 2002, y se han comenzado a sembrar los cereales secundarios de 2003. La producción total de trigo en 2002 fue de alrededor de 1 millón de toneladas menos que la media de los últimos cinco años, debido principalmente a la merma de la producción en Argentina, el principal productor de trigo de la región. Se señalan condiciones en general normales para los cultivos de maíz en fase de desarrollo. En los países andinos, se han registrado lluvias intensas e inundaciones en diversos departamentos de Bolivia y en el sur del Perú. En algunas de las zonas afectadas se ha declarado el estado de emergencia. En el Ecuador, las condiciones atmosféricas son en general normales, y la recolección de la cosecha de maíz de la primera temporada de 2003 comenzará a partir de abril. En Colombia, está muy avanzada la recolección de las cosechas de cereales secundarios de la segunda temporada de 2002/03. En Venezuela, se han terminado de recoger las cosechas de cereales secundarios y de arroz de 2002 cuya producción se estima en un nivel inferior a la media.

En Europa, la superficie sembrada con trigo de invierno en la UE podría ser marginalmente inferior a la del año anterior debido a las perspectivas de una baja de los precios al productor durante el período de siembra otoñal y al mal tiempo registrado en algunas partes durante la siembra. En los países de Europa central y oriental, las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno son variadas. En los países septentrionales, como Polonia y las Repúblicas Checa y Eslovaca, en los que el mal tiempo afectó a la siembra de los cereales de invierno, es donde las perspectivas son menos favorables. En cambio, son en general favorables en Hungría y en la mayor parte de los países balcánicos ubicados más hacia el sur, en los que la superficie de cereales de invierno se mantuvo cercana al nivel del año anterior y la situación de los cultivos es significativamente mejor que en la campaña anterior.

En la CEI europea, unas condiciones atmosféricas extremadamente frías y una cubierta de nieve insuficiente han comprometido la situación de los cereales de invierno cultivados en superficies superiores a la media. La destrucción invernal en la Federación de Rusia se estima en más de 2 millones de hectáreas, que se resembrarían con cereales de primavera. Es probable que este año la producción total de cereales de invierno, principalmente trigo, centeno y cebada, disminuya en cerca de 10,4 millones de toneladas en comparación con 2002. En Ucrania los daños sufridos por los cultivos de invierno han sido significativamente superiores a la media, y en primavera tendrán que resembrarse cerca de 1,6 millones de hectáreas de cereales. Según estimaciones, la producción de los cereales de invierno menguará en alrededor de 2,8 millones de toneladas en comparación con la del año pasado.

En América del Norte, la persistencia de la sequía en las praderas de trigo de invierno de los Estados Unidos suscita preocupación por las perspectivas de la cosecha de este año. Aunque las lluvias recibidas en otoño fueron benéficas para la siembra y para un comienzo bueno de los cultivos en la mayor parte del país, la sequía imperante durante todo el invierno, sumada a la del año pasado, ha dejado las reservas de humedad del suelo muy por debajo de los niveles convenientes, de suerte que ya hacen falta lluvias abundantes para los cultivos que están saliendo de la latencia. Según estimaciones, la superficie sembrada con trigo de invierno en los Estados Unidos aumentó en un 6 por ciento con respecto al año anterior, al nivel máximo desde 1998. En Canadá, todo parece indicar un aumento de la superficie que se sembrará en los próximos meses con los principales cultivos de cereales de primavera, tras la cosecha reducida a causa de la sequía de 2002. Pero dependerá mucho de las precipitaciones de primavera ya que, según se informa, los niveles de humedad son bajos en una gran parte de las principales zonas productoras.

En Oceanía, la producción de cereales de invierno de 2002 en Australia se estima en 15,4 millones de toneladas, 61 por ciento menos que la cosecha récord del año anterior, y constituye la producción más baja desde 1982, debido a una grave sequía imperante durante toda la campaña agrícola. Pareciera también que la cosecha de cereales secundarios de verano de 2003 se verá significativamente menguada a causa de la sequía, ya que la superficie sembrada es inferior en alrededor de un 20 por ciento al nivel medio y las perspectivas de rendimiento son malas a menos que se reciban precipitaciones significativas dentro de poco para los cultivos en fase de desarrollo.


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